CAPÍTULO 16. ¿Sombras?

CAPÍTULO 16. ¿Sombras?

—¡Arsen, yo…! —empecé a gritar desde la puerta, pero me quedé en silencio al ver su sombra.

—Yo también, al parecer —dijo Barmuto con calma, girándose hacia mí—. La he estado observando un rato. Sabes, nunca me he transformado en dragón, no sé cómo se siente, pero ver aunque sea de reojo mi forma dracónica… es impactante.

—¿Y hablas de eso así de tranquilo? —pregunté, temerosa de entrar más en la habitación.

—Tu sombra está desapareciendo —me informó el bufón, mirando por encima de mi hombro.

Miré mis manos: las sombras temblorosas parecían replegarse en mi cuerpo como finos hilos hasta desaparecer por completo. La sombra de Barmuto también se absorbió en él como si entrara por una puerta; unos cuantos hilos oscuros flotaron sobre su cabeza antes de desvanecerse.

Barmuto miró una vez más al espejo con tristeza y se apartó.

—¿Qué es esto? —pregunté ya más tranquila, entrando en la habitación.

—Creo que es la segunda manifestación de los habitantes de aquí —respondió el chico, invitándome con un gesto a sentarme en la silla—. En ellos se manifiesta en los espejos, pero en nosotros, por alguna razón, aparece directamente en el mundo real. Es una lástima que haya desaparecido tan rápido. Quería comprobar si se movía junto a mí o si existía de forma independiente.

—¡¿Cómo puedes decir eso, Arsen?! —empecé a reprocharle—. ¡Esto no es normal! No sabemos lo que es. Podría ser peligroso para la vida. ¡Me asusté muchísimo!

—Así que —resumió Barmuto—, tenemos que averiguar más sobre las sombras, el desdoblamiento y todo lo relacionado.

—Y de algún modo entrar al castillo real —añadí yo.

—Exactamente. Por eso, ahora vamos a caminar un poco por la ciudad y preguntar a los ciudadanos dónde están los lugares que necesitamos. Yo iré a la biblioteca e intentaré encontrar información sobre las sombras y el desdoblamiento. Me parece que es algo que necesitamos saber con urgencia. Tú intenta averiguar las últimas noticias sobre el castillo real. Tal vez se esté organizando algún evento, una velada benéfica, una recepción… no sé, un baile de primavera al que se permita la entrada a ciudadanos comunes.

—¿Y cómo te imaginas eso? ¿Que voy al palacio y pregunto si mañana habrá un baile? Porque necesito ver a Tores, el prometido de su princesa…

—Bueno, también puedes hacerlo así —se rió Barmuto—. Pero sería mejor que nadie supiera que alguien está interesado en Orest. El encuentro con él debe parecer natural y no despertar sospechas. No olvides que Orest no recuerda nada de su vida pasada.

—Ay, qué complicado es todo —suspiré—. Está bien, ¿nos encontramos esta noche en el hotel?

Fui a mi habitación para prepararme para el paseo. Decidí no ponerme la máscara; ya bastaba con uno en el grupo, Barmuto. Unos minutos después nos encontramos en la salida del hotel y nos apresuramos a buscar el castillo real y la biblioteca. No tuvimos problema con lo primero, ya que se encontraba en la plaza central de la ciudad, pero cuando preguntamos por la biblioteca, todos se encogían de hombros con sorpresa...