LÁZARO

Hali no puede creer que Enrique sobrevivió a ese terrible accidente, y de inmediato llama a Mójame.

En ese momento, Mójame se encontraba en su avión personal dispuesto a viajar a Rusia. Para concretar un negocio con Vladimir, un antiguo socio.

Mójame contesta la llamada de Hali y queda muy impresionado por la noticia, y le dice a Hali:

— No permitas que recupere lo que tenemos, y avísale a los que están en la mansión.

Enrique por fin llega a su mansión, pero al igual que su empresa, no pudo entrar.

Enrique siendo el legítimo dueño de todos sus bienes, fue expulsado de la entrada de su mansión, por personal de Mójame.

En ese instante, Enrique sintió un vacío muy profundo y no pudo sostener su llanto...

Enrique solo contaba con la ayuda de Jehová y su familia, porque en un abrir y cerrar de ojos, perdió todo lo material, todo el dinero en sus cuentas, toda la empresa, su mansión y varias propiedades a las afueras de Medellín.

Enrique todavía se encontraba desconcertado, no podía creer que tanto lucho durante muchos años para conseguir su empresa y los demás vienes, para que terminara todo así.

En ese momento en Dubái, Mójame le dice a Hali:

— ¿Me estas tomando del pelo?, explícame. ¿Cómo es posible que una persona salga viva después de eso?

— No sé, definitivamente es tener mucha suerte.

Mójame le dice a Hali:

— ¿Qué consecuencias trae todo esto?

— Nada, Enrique está acabado tanto moralmente como físicamente, créeme, yo lo conozco. Se cómo piensa y como va a reaccionar.

Mójame le dice:

— No podemos confiarnos Hali.

Hali le explica a Mójame como es Enrique, y le sigue diciendo:

— Enrique es muy orgulloso y prepotente, y es de las personas pasivas que cuando fracasan en algo se echan al dolor.

Mójame le dice:

— Esto que has dicho me preocupo más, yo no me confió de nadie Hali, es mejor estar atentos para cualquier eventualidad.

Hali le dice:

— Si tú lo dices, mejor busquemos la forma de deshacernos del definitivamente.

— Y eso que tú eras su mejor amigo, ¡mira Hali! Si Enrique se queda quieto y acepta su fracaso por confiado, no le harás nada, pero si es todo lo contrario. Entonces Enrique pasará esta vez a mejor vida.

Hali le dice:

— Listo, mandaré a vigilar.

En ese momento, en Medellín, Enrique muy decepcionado se va de la mansión y llega a un sitio donde venden minutos y le marca a su padre Armando.

Enrique le dice:

— Papá, soy yo, Enrique tu hijo.

Armando asustado y muy nervioso le contesta:

— Quién quiera que sea, no me gustan esa clase de bromas pesadas.

— No, soy yo, estoy vivo papá, no es broma.

Armando le responde:

— Pero si aparecías como uno de los cadáveres de ese avión.

Enrique le dice:

— Se habrán equivocado con el piloto que se incineró por completo, el motivo también de esta llamada es para que reúnas a la gran parte de la familia, porque necesitan una explicación.

Armando le dice:

— Ya me pongo a llamar a todos.

— En la noche cuando todos estén reunidos iré para hacerles saber todo lo que sucedió.

— Ya estamos enterados que perdiste la empresa y tu mansión.

Enrique le contesta:

— Mmm, me facilitan un poco ese duro momento, pero llama a todos. ¿y que sabes de mi esposa e hijo?, no me contesta Laura.

Armando le dice:

— Disculpa hijo, pero con Laura tuve una discusión muy fuerte y se fue con el niño.

Enrique muy impaciente le dice:

— Pero... ¿no sabes dónde puede estar?

Armando le responde:

— Lo más probable es que se haya ido a vivir con su madre en Bogotá...