UN MAL PRESENTIMIENTO

En la mañana siguiente, Enrique se despierta pensando mucho en su hijo Johan, y dice:

— Tengo que ir a Bogotá.

En ese instante, Milenna se despierta, y le dice a Enrique:

— ¿Con quién hablas?, estas sudando mucho.

Enrique le dice:

— Tengo un mal presentimiento sobre mi hijo, voy a comunicarme con una tía, para que me ayude a buscarlo en Bogotá.

— Si gustas cuando terminemos de ayudar a las personas de este corregimiento, nos vamos a buscar a esa tía que dices.

En ese momento, José se acerca a ellos, y les dice:

— Muchachos, ya es hora de salir a brindarles ayudas a las personas necesitadas. En el camión se encuentra muchas cajas de comidas y ropa para que comiencen a repartir.

Enrique y Milenna comienzan a entrar en casa en casa. Llevando una gran sonrisa. Y una caja llena de comida a todos los habitantes de Altagracia.

Cinco horas después, Enrique y demás personas. Descansan en una pequeña plazoleta donde relatan su experiencia con toda la gente de este lugar.

En ese momento, Milenna se une a la conversación, y le dice a Enrique por separado:

— ¿Cómo te encuentras?, ¿ya estás más tranquilo?

Enrique le dice a Milenna:

— Me siento muy bien, esto de ayudar a las personas que realmente lo necesitan. Es maravilloso, sentí algo muy bueno cuando le entregaba todas esas ayudas a la gente y luego ver esa alegría en sus rostros llena de felicidad.

Milenna le dice:

— Ahora ya sabes cómo me siento, esto es lo que hago en todos mis viajes por estas regiones.

Luego que descansaron en la plazoleta, todos se dirigen hacia las casas más retiradas del corregimiento y les entregan a todas las casas la ayuda como lo hicieron con las otras.

Luego de terminar esta labor humanitaria en el Chocó. Viajan a Quibdó, para luego irse de la región.

Durante el viaje a Quibdó, Enrique le dice a Milenna:

— Gracias por el apoyo que me has dado durante todo este tiempo, pero en la búsqueda de mi hijo en Bogotá, quiero que me esperes en Cali.

— ¿Por qué?, yo solo quiero ayudarte Enrique. Y pienso hacerlo, además quiero conocer a tu hijo.

Enrique coge de la mano a Milenna, y le dice:

— No sé con qué me vaya a encontrar allá en Bogotá, todavía tengo el mal presentimiento, de que mi hijo está pasando por un mal momento con su madre y es mejor que me esperes junto a Melissa y Gloria. Yo estaré con ustedes te lo prometo.

Milenna le dice a Enrique:

— Me vas hacer mucha falta, y creo que Melissa también...