Discontented || Mo dao zu shi

?Discontented?

Las noches en Yummeng jamás habían sido tan oscuras y despiadadas. Generalmente el cielo siempre estaba despejado. La luna iluminaba todo el muelle de loto con gracia y belleza, acompañada por las estrellas, quienes decoraban el cielo como un recordatorio de todos los deseos que aun esperaban ser cumplidos.

Su padre solía decir que las estrellas eran pequeños anhelos de las personas. Los deseos que los desdichados corazones albergaban llegaban hasta el cielo para adornarlo y brindar esperanza a todo aquel que se deleitara con su belleza, esperando algún día ser cumplidos para volver a la tierra.

¿Podría su deseo ya haberse convertido en una estrella? ¿sus plegarias habrían llegado ya hasta los dioses que protegían al sagrado pueblo de Yummeng? su corazón había sido roto tantas veces, que sus más preciados sueños quedaron en el olvido como lo que eran: simples sueños.

Podia decir que su primera estrella llegó al cielo aquella noche, esa donde su vida cambió para siempre.

《Por favor, que esten a salvo... que dejen en paz el muelle de loto...》

La vista del muelle de loto, preso por el fuego en cada rincón, habia desplegado su deseo hasta el cielo.

- Shijie, por favor espera aqui- pidió Wei Wuxian con palabras dulces que trataban de disfrazar el temor que sentía.

Sus padres estaban allí. Sus amigos estaban con ellos, protegiendo tanto como podían el muelle de loto.

- A-Xian... A-Cheng...- hacia todo lo que podía para que su voz no temblara, pero era imposible.

Las sonrisas de sus pequeños hermanos alivió un poco su corazón en aquel momento.

Solo un poco. Tan solo un poco, lo suficiente para no morir de tristeza cuando sus hermanos regresaron.

Sus miradas vacías. Sus auras lugubres, sus ojos hinchados. El ligero temblar de sus voces.

Fue cuando su segundo llegó al cielo para convertirse en estrella. Fue cuando, con todas sus fuerzas, deseó poder ver de nuevo las sonrisas de sus padres. Cuando deseó que aquellos dias de tranquilidad regresaran y sus padres les sonrieran al verlos.

La realidad fue tan dolorosa.

¿Cuánto más tendrían que pasar para que acabase todo ese infierno? era la pregunta que YanLi se hacía cada día con más frecuencia, más fuerza.

Sus lágrimas escapaban cuando el silencio en su habitación resultaba insoportable. Su angustiado corazón sentía ya no poder más con tanto dolor.

Todo se derrumbaba, sus sueños yacían rotos a sus pies. Aquello lo entendió durante aquella tarde en que finalmente se reencontró con Jiang Cheng.

Ambos lloraron al verse, aferrandose al otro con tanta fuerza que dolia. Pero era tan cálido.

- ¿Y A-Xian? ¿Dónde está?

Jiang Cheng agachó la mirada, negando suavemente. Su sonrisa murió lentamente, sentía que no podía respirar.

Bajo la atenta mirada de los hermanos Lan, la mirada angustiada de Jin Zixuan, se derrumbó finalmente.

Fueron meses hasta que apareció, llenando nuevamente de calidez su descompuesto corazón. Su A-Xian había regresado.

Entonces, si así era, ¿por qué sentía que estaba equivocada? La respuesta era sencilla. Wei Ying realmente no había regresado.

En su mirada habia tanto dolor, tanta frialdad. Sus sonrisas ya no iluminaban a todo aquel que tuviera el placer de recibirlas. La inexpresividad reinaba en él cuando creía que nadie le veía. Disfrazaba sus palabras con una falsa alegría nada propia de él.

- Shijie... XianXian tiene tres años...- esbozó una sonrisa triste que le partió el corazón.- XianXian tiene hambre.

¿Era ese realmente su amado XianXian? Nunca pudo confirmarlo.

Era tonto preguntarle a Jiang Cheng. El odio y la ira que le inundaban cada vez que Wei Ying era mencionado llenaba de pesar su corazón.

Justo ahora, su tercer deseo flotaba en el cielo como una estrella, la más brillante de las tres que había donado al infinito.

- A-Xian...- escapó de sus labios en medio de un cansado suspiro. Sus lágrimas no parecían querer detenerse.

Como deseaba regresar al pasado. Ser lo suficientemente fuerte para haber podido cuidarlo y guiarlo, evitar que ese sentimiento de soledad lo invadiera hasta dejar en el olvido al pequeño niño que temia a los perros y amaba la sopa de raiz de loto. Era un alivio saberle vivo y a salvo a pesar de la distancia. Pero también era tan doloroso saber que su antiguo y pequeño hermano estaba muerto, tanto como sus padres. Escondido bajo toda esa energía resentida.

Porque no importa cuantas lágrimas derrame. No importa cuanto pida al cielo, cuanto rememore aquella dulce época. Nada será como antes.

El muelle de Loto nunca sería lo que alguna vez fue.

Su familia jamás volvería a ser la misma.

A-Xian, su amado hermano menor, jamás regresaría.



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En el texto hay: jiangyanli, modaozushi, theuntamed

Editado: 05.05.2020

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