Su progenitora trató de calmarse, para luego darle una mirada de tristeza mientras se acercaba lentamente a su hija, quien solo estuvo quieta en su sitio temblando de pavor por la atmósfera creada.
La mujer se acercó hacia su niña y se abalanzó sobre ella rodeando sus brazos por sus hombros mientras pequeñas gotas de lágrimas caían sobre sus mejillas. La castaña menor estaba aturdida por aquella acción, pero no dudó en también corresponder al abrazo, el momento que parecía interminable mientras sus respiraciones era lo único que parecía escucharse por tétrico momento que se formó era digno de una escena de película.
Su madre se separó un poco lentamente, se limpió las lágrimas con sus manos y llevo toda su atención hacia su cartera donde se apresuraba un poco en buscar un objeto. Encontró lo que buscaba, un collar de oro y se lo entrégo en las manos de Rosario.
—Mi niña, el enorme esfuerzo que le doy diariamente a mi trabajo para que no te falte nada por la única razón que es porque te amo- soltó, mirándola con tristeza.
—Madre, siempre te he respetado y si, lo admito- dijo lo último en susurro y mirando hacia abajo- algunas veces hice travesuras como cualquier otra persona en el planeta. Pero no soy una persona mala. Hice lo que pude para ser una buena persona eh hija, ¿por qué eres así conmigo?
-Perdón Rosario, no me odies, -suspiró mientras apartaba la miraba Todo lo que hago es por tu bien para que seas una buena persona, es por tu bien, todo es por tu bien, por favor te lo pido algo comprensión-Le dijo nerviosamente mientras alzaba su brazo derecho y dejar posar su mano sobre la mejilla contraria.
La lluvia comenzó temprano. Y La cabaña de lejos solo simulaba un lugar hogareño pues por dentro se encontraba una batalla de sentimientos. Su progenitora se apartó totalmente de su hija mientras seguía viendo cada acción de su pequeña, quien tomó el collar que su madre le dio no le importó el valor que tuviese y en un ataque de ira solamente se lo devolvió con una expresión apenada.
-Lo siento -musito- no puedo aceptar algo que es tan importante para ti, pero tiene tan poco valor para mí, sabiendo que solamente deseas hacerme sentir especial por un momento para después hacerme miserable el resto del tiempo.
Mientras tanto el castaño estaba en camino hacia su hogar se empezó a cuestionar en su mente.
- Qué raro aquí nunca llueve en agosto, seguro las nubes se pusieron triste porque el príncipe del barrio se había extraviado y sin mí nadie es nada -se rio orgullosamente, bromeando para sí mismo.
-¿oye chico estás enfermo?-le preguntó el taxista.
-¿qué? No señor yo estoy bien, ¿por qué lo dice? Yo siempre he sido más fuerte en mi fami...
-vez hay vas de nuevo hablas y te ríes solo, todo el camino estabas así ¿acaso estás enamorado o que? Hasta yo pensé que tenías una enfermedad mental.
Luis se avergonzó con lo que le dijo el taxista y comenzó a reírse.
-jajaja yo no estoy enfermo es que me aburro tanto en el camino de vuelta a mi casa que hasta converso yo mismo.
-hay lo siento joven, pero me haría un gran favor evitando eso porque me asusto, pero si quiere puede conversar conmigo para que no te aburras y deja de asustarme jajaja-le dijo bromeándole el taxista.
El castaño se dio cuenta de que el taxista estaba ya lejos del bosque y en unas cuadras llegará a su hogar, se sorprendió, miró por todos lados y dijo rápidamente-¿Podría por favor llevarme a un parque cercano por aquí? Tengo algunas cosas que resolver
El taxista se dio la vuelta y comenzó a dirigirse a un parque, miró por todos los lugares entonces se maravilló porque el lugar era una comunidad grande y muy cuidadosa con el ambiente, había personas en la mañana que caminaban en las calles con una vestimenta de profesionales, no sabía muy bien el taxista donde estaba la ubicación que le decía el joven, pero pudo encontrar un lugar enorme y parecía un castillo en un parque, había personas adultas y niños paseando, estaba feliz el señor por lo que estaba observando.
-si, aquí déjeme por favor señor, muchas gracias por su paciencia, ¿Cuánto es?-le pregunto
El taxista le dijo el monto de plata que debe pagar y el otro se retiró sin antes despedirse, pero el taxista se había bajado del carro y le dijo a Luis:
-oh piensas que me iré? jajaja ni loco este sitio es muy lindo, en todos estos años solo, nunca pude pasear y siempre estaba trabajando, pero en esta ubicación tan grande y hermosa me quedaré a observar y comprar algunas cositas un rato- le dijo sonriendo el taxista.
-! De verdad te asombra este parque tan chiquito, ! Ah! Seguro como que ya tengo tiempo viniendo aquí por eso me parece poco. Espero se divierta señor, fue un gran gusto conocerle a usted, y poder conversar-le dijo despidiéndose Luis del taxista.
Luis se dirigió a una tienda compró unos dulces, el clima había cambiado a un fuerte calor, el castaño empezó a desesperarse por lo que podía ocurrir a él por no haber llegado a su casa, en todo ese tiempo que le sobró para llegar a su casa pudo pensar comentarios para defenderse ante las críticas de su padre y castigos de su madre, Luis empezó a pensar y pensar en todo ese proceso se le ocurrió ir a visitar a su amigo que vivía cerca por el parque….
¡Ya basta! Estoy arta que me golpeé, estoy harta de mí porque nunca puedo defenderme, pero ahora yo no puedo escaparme de mi cabaña, debo de tener la confianza de mi mamá, para que me deje de vuelta sola en las mañanas y así podré tener un plan, entonces poder salir, pero por ahora debo de comportarme como niña buena y evitar preguntas de mi mamá que me hagan caer y así verá mi madre que estoy mintiendo por esta tonta maldición - pensó desesperada Rosario, dando vueltas en el pequeño lugar de su cuarto.
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Editado: 07.01.2022