Reencuentro.

Capítulo VIII.

Actualidad (2016) .

Estoy sentada en el sofá viendo las noticias, aunque en realidad no le estoy prestando lucha atención. 

Estoy alerta y atenta ante cualquier cualquier sonido.
Se siente extraño sentir que no estoy sola ahora, y hablo de estar en casa de Igor porque relativamente ahora sí estoy sola aquí. 

Escuché un ruido proveniente de la puerta principal y me tense, es increíblemente cansado estar siempre alerta de cada cosa que signifique peligro y eso lo único que genera es una paranoia incesante. 

Me levanté un poco alarmada ya que se escucha el forcejeo para abrir la puerta, mis nervios pudieron conmigo y la claridad abandono mi cabeza, así que corrí hacia donde Igor había dejado mis cosas y las agarre mientras con la mirada buscaba por donde salir pero no hay un lugar seguro por donde escapar, si me voy por la ventana terminaría muerta. 

Así que agarre algo que sirva para golpear y ganar tiempo mientras corro pero al llegar a la puerta y darme cuenta de lo que tenía frente a mi, pensé en que no sería posible y que sólo sería cosa de mi imaginación y paranoia. 

Esto tiene que ser una alucinación o un sueño pero entonces ¿Por qué se ven tan reales?  Di dos pasos hacia atrás y solté mi bolso, mi corazón iba tan rápido que sentía que podría salirse en cualquier momento, que si no encontraba una forma de respirar, moriria asfixiada. 

No lograba hilar un pensamiento cuerdo ¿Acaso estoy enloqueciendo?

Todos estos años tratando de no encontrarme con ninguno de ellos, esto debe ser una broma, una broma que no estoy dispuesta a tolerar.

—Hazel...—Igor me habló y yo voltee a mirarlo.
Él se acercó lentamente a mi y me sonrió, mis nervios con ese simple acto se disiparon y supe que el jamás me haría eso y que esto no era una broma, me está demostrando que puedo confiar en él y que tiene tantas ganas de ayudarme como yo de superarme. 

Y ahí sentí como esta vez mi corazón se aceleraba pero por él, por lo que está haciendo, por su cercanía y por ese amor creciente que está resurgiendo de dónde lo había encerrado hace muchos años.

—¿Estás bien?— asentí y di un paso hacia atrás haciéndome trastabillar.

Me vi en pocos segundos cayendo al suelo pero Igor me sostuvo en sus brazos para que eso no sucediera. Sé que no era el momento pero me quedé viéndolo fijamente dándome cuenta de lo equivocada que siempre estuve, que pese a que me había dado cuenta cuánto me gustaba él en aquel tiempo, yo me empeñe en Emiliano y pie so que fue porque me importaba más el perder mi amistad con él que con Emiliano.

Siempre estuve enamorada de él, lo sabía desde antes y también mientras huía porque era en lo único que pensaba cuando corría por lo vida o cuando estaba tan sola que me sentía vacía. 

Siempre fue él.

Sentí como Igor se tenso al poner mi mano en si mejilla pero fue algo inevitable, abrir mis ojos a ese amor que había guardado por tanto tiempo me llevo a querer sentirlo de todas as formas posibles y nunca separarme de él.

Me incorpore y lo pensé un solo segundo antes de hacerlo, me acerque completamente hacia él y lo besé, lo hice transmitiéndole ese amor que correspondía mostrarle cuando estuvo ahí para mí, ese amor que me sostuvo dura te tanto tiempo y todo lo que sentía por él ahora mismo.

Me separé un poco fatigada gracias a la falta de oxígeno, pegue mi frente a la suya y lo miré fijamente a los ojos, una lágrima cayó por lo mejilla y él se apresuró a secarla. 

—Lamento haber sido tan ciega y tan tonta para no darme cuenta que lo que sentía años atrás jamás hubiese dañado nuestra amistad, que solo me aferre a algo que no merecía la pena y que siempre te quise fue a ti—me voltee a donde mi pasado está.

Emiliano, Verónica y Sam, tres personas que me hicieron daño y que forman parte de mi pasado. 

El pasado siempre llega, tarda pero llega haciéndote que te reencuentres con alguien que pensabas no volver a ver porque te habías obligado a olvidarlo a a fuerza. 

Pero allí estaba, haciendo frente a algo que de alguna manera esperaba pero no tan rápido.