Domic Dragon y el mundo cuantico.

CAPITULO 7: UNA HORA ANTES DEL APOCALIPSIS CUÁNTICO

En el corazón de una bulliciosa metrópoli, la Corporación Dragón se alzaba como un gigante de acero y cristal. Sus ventanas espejadas reflejaban el incansable vaivén de la ciudad. La metrópoli despertaba al son de bocinas, pasos apresurados y el rumor constante de la vida urbana. La luz de la mañana rebotaba en los edificios imponentes, proyectando sombras que ocultaban pequeños fragmentos de misterio. Entre la maraña de estructuras, en la penumbra de callejones escondidos, algo sutilmente extraño se insinuaba, apenas perceptible para aquellos que observaban con atención.

Mientras la ciudad se agitaba con su frenética actividad matutina, un parque apacible entre los rascacielos se erigía como un refugio sereno. Árboles centenarios extendían sus ramas como guardianes silentes de un mundo más antiguo que el concreto y el acero. Sus hojas crujían con la brisa suave, ajenas al bullicio que rugía más allá de los arbustos. Bancos de madera aguardaban a sus visitantes, y en uno de ellos, Domic y Leiash estaban sentados, conversando en voz baja. Sus rostros reflejaban la seriedad de quienes saben más de lo que pueden decir en voz alta.

El lugar se carga de una energía invisible. Algo se aproxima. Algo que ni siquiera ellos pueden ver aún.

PARQUE ENTRE LOS RASCACIELOS

(Domic y Leiash están sentados en un banco. El ambiente es tranquilo. El bullicio de la ciudad parece lejano.)

_¿Probaste la nueva receta de pasta que compartieron en línea?

(Domic rompe el silencio con una sonrisa cómplice.)

_¡Sí! La hice anoche y quedó increíble.

(responde Leiash con entusiasmo.)

_¡Entonces definitivamente tengo que probarla!

(Domic observa el parque a su alrededor. Sonríe con nostalgia.)

_Este lugar me recuerda nuestra última aventura en el Parque Nacional Declari.

_Fue un día increíble. Caminamos tanto que, al final, apenas podíamos con nuestras piernas.

_Pero valió la pena. Deberíamos planear otro viaje pronto.

_¡Sí! Pero esta vez hay que hacerlo más largo, para no dejar lugares sin visitar.

(Leiash lo mira con una sonrisa juguetona.)

_¿Te has imaginado cómo sería nuestra boda ideal?

_Claro que sí. Me gustaría una ceremonia pequeña e íntima, pero luego una gran fiesta con amigos y familia. ¿Qué opinas de casarnos en la playa?

_Sería hermoso. Imagino la brisa marina, la arena tibia bajo nuestros pies y el sol ocultándose en el horizonte.

(La expresión de Leiash cambia, como si algo le preocupara.)

_Por cierto, he notado que has estado un poco distante últimamente. ¿Quieres hablar de eso, cariño?

(Domic suspira. El peso de sus pensamientos se refleja en su rostro.)

_Es sobre mi hija, Gélica. Me preocupa no verla lo suficiente. Vive con su madre en Captelus y siento que cada vez estamos más distantes. Siempre hay una excusa: que está estudiando, que tiene cosas que hacer, que su celular está descargado… Me aterra convertirme en un extraño para ella.

(Leiash le toma la mano con ternura.)

_Te entiendo, amor. La adolescencia puede ser complicada. Tal vez necesita espacio, pero eso no significa que no te quiera.

_Lo sé, pero me cuesta aceptar que nuestra conexión ya no es la misma. Antes éramos inseparables, y ahora siento que hay un muro entre nosotros.

_¿Has intentado preguntarle directamente cómo se siente? A veces, solo necesitan saber que estamos ahí, sin presionarlos.

_Lo he intentado, pero esquiva mis preguntas. Como si no confiara en mí.

_Quizás solo necesite tiempo. Lo importante es que sigas mostrándole que estás presente, sin importar qué pase.

(Domic asiente, aunque su rostro sigue tenso.)

_Y no es solo eso… También me inquieta la llamada de tu madre, la señora Grena. Cada vez que hablo con ella, siento que me está evaluando. No sé si le caigo bien o si simplemente no aprueba nuestra relación.

(Leiash sonríe con dulzura.)

_Mi madre siempre ha sido sobreprotectora. Desde que papá falleció, asumió toda la responsabilidad de nuestra familia y se volvió aún más estricta. No lo tomes personal. Con el tiempo, te entenderá mejor.

(Domic baja la mirada, reflexivo. Luego, levanta el rostro con decisión.)

_Hay algo más que me inquieta, pero esta vez no pienso sacrificarme por ello.

_¿De qué hablas?

_La junta directiva de la empresa de mi padre sigue presionándome para que asuma el control. Actúan como si yo fuera el único capaz de dirigirla, cuando hay cientos de personas más calificadas para hacerlo.

_¿Y qué piensas hacer?

_Vender mis acciones si precionan demaciado. Esa empresa me quitó a mi padre, y no pienso permitir que haga lo mismo conmigo.

(Leiash le acaricia el rostro y le da un beso en la frente.)

_Lo que decidas, lo haremos juntos. La familia supera cualquier obstáculo cuando nos apoyamos mutuamente.

(Se abrazan con fuerza. El mundo exterior se disuelve por un instante. En las sombras del tiempo, algo antiguo y poderoso ya se ha puesto en marcha…)




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