PRÓLOGO

"No todos los monstruos se esconden en la oscuridad.
Algunos caminan bajo el brillo de las estrellas...
y saben exactamente a qué precio vender su alma."

Las luces de la ciudad parpadeaban como advertencias silenciosas en la noche cerrada.
Desde la cima de su imperio de cristal y acero, Lucca De Santis observaba el mundo que había moldeado con sus propias manos: una red de poder, lealtades compradas, traiciones susurradas entre cócteles carísimos y acuerdos sellados con sangre.

Nada de eso lo perturbaba. Nada... hasta ahora.

Hasta que ella irrumpió en su vida.
Aria Moretti.
Con su arrogancia disfrazada de elegancia. Con su mente afilada como una hoja.
Con esa maldita necesidad de hacer lo correcto en un mundo que hacía tiempo había olvidado el significado de esa palabra.

Lucca sabía reconocer una amenaza cuando la veía.
Y Aria no era solo una amenaza para su negocio.
Era una amenaza para su propio control. Para su nombre. Para su maldito corazón.

Ella sería su adicción más peligrosa.
Su guerra más personal.
Y, tal vez, su condena.

En las calles, en los pasillos de mármol de la justicia, en los rincones secretos donde se decidían los destinos de los hombres, solo una ley prevalecería: la de quien estuviera dispuesto a dominar o ser dominado.

Y Lucca De Santis no había nacido para arrodillarse ante nadie