Doncella, amor apocalíptico

5. Directo al refugio.

Katherine vio frente a ella, mientras tosía por el polvo, el exterior de la ciudad, y no era nada comparado a lo último que vio con sus padres, la nostalgia abundó dentro de ella, mientras los demás se acercaban a mirar.

<<No hay nada>>

No era el mundo que conoció de pequeña, aunque en ese entonces tampoco estaba en buenas condiciones, pero daba impotencia saber que había decaído más, el aire fuera de la ciudad era mucho más cortante, se sentía de alguna forma que le costaba respirar, y más aún con el frío que amenazaba sus pulmones cada vez que tomaba una inhalación profunda.

Parecía un desierto, pero sin calor, sin arena, estaba solo, concurrido por aquellas personas que lograron escapar y ahora corren en diferentes direcciones, a una posible ciudad cercana. Eran escombros, basura, montañas de nieve que parecían haber sido carreteras antes, había hoyos en el suelo, lo bastante peligrosos, ramificaciones viejas y sin una pisca de color o naturaleza.

Era deprimente ver como eso que ahora llamaban el exterior, solía ser una gran ciudad, en donde los edificios eran admirados y no temidos por caerse en cualquier momento como se veían ahora.

- ¿Qué pasó…? – susurró Damián agarrado al hombro de Killian, que al igual miraba el exterior con ellos.

Killian sabía como la humanidad (o lo que quedaba de ella) había arruinado por completo el mundo que se había creado para ellos, sentía un mal sabor en la boca a pesar de que el ya conocía la versión actual del planeta.

Luka no tenía ninguna expresión descifrable en su rostro, al contrario de las emociones y pensamientos que lo mantenían al margen, pasó todos estos años peleando con Katherine sólo por ver… esto.

Y al final, ninguno dio un paso adelante, ninguno tuvo el valor para cruzar la pared, pues sus corazones estaban lo suficientemente nostálgicos, y cuando el momento iba a empeorar Killian se dio cuenta del peligro por el que podía estar pasando Katherine si una emoción como la tristeza la llegara a inundar.

Cuando volteó hacia ella, notó que se veía más cansada que antes, más seria, más… madura. Había miles de emociones rodeándola amenazando con una decaída nuevamente, pero en el centro de todo eso estaba Katherine, tomando tres inhalaciones profundas, siendo la primera que daba el primer paso hacía una caída corta, llena de nieve.

- ¿Cómo vamos a cruzar? -- A Killian le hubiera encantado responder esa pregunta usando alguna de sus habilidades.

-Luka, ven aquí—Katherine se sentó en el borde de la caída.

-Cuidado—Habló Damián el cual fue cruelmente ignorado.

-Hace muchos años atrás las personas se emocionaban mucho por una nevada—Luka se acercó hasta sentarse a su lado.

-No sé si molesto, pero hay un grupo de vagantes viniendo rápidamente hacia aquí—Dijo Killian gruñendo, Katherine lo miró un segundo y pudo ver un perfil de una nariz recta.

-Tanto les gustaba que jugaban con ella, hacían figuras, muñecos y parecían patinar en ella—Cuando Killian iba a volver a hablar Damián se movió un poco para llamar su atención y dirigirle una mala mirada.

Era la primera vez que Katherine le hablaba del mundo exterior a Luka y el rostro del pequeño casi podía brillar de la emoción de no ser por los múltiples raspones en su rostro.

-Ahora, quiero que cierres los ojos y no los abras hasta que yo te lo diga, ¿bueno? –Luka se pasó de la emoción a la confusión en tan solo un minuto—Sin trampas, ¿eh? 

Cuando Luka lo hizo, Katherine lo cargó hasta que este estuviera sentado en su regazo, Damián no lograba entender que estaba planeando su hermana, pero Killian lo supo al momento.

-Si lo haces, tus pies se van a llevar la peor parte—Katherine lo observó por un segundo y lo meditó.

- ¿Tienes una mejor idea? —Killian dejó a Damián a un lado y se volvió hacia la pared que se había disuelto, no duró mucho porque en un abrir y cerrar de ojos el había creado madera desde los escombros de la pared, ninguno notó esto.

-Toma, estaban en los escombros, úsalo para deslizarte—En el momento que Killian se agacha para entregarle el trozo de madera, Katherine lo mira fijamente para descubrir qué hay más allá de la enorme capucha, y efectivamente unos labios y una quijada fuerte se asomaron por la poca luz que se asomó por su rostro.

-No abras los ojos—Dijo Katherine cuando Luka asintió nuevamente con sus manos en sus ojos, se acomodaron en la tabla y hecho esto Katherine se balanceó hacia adelante.

Damián y Killian se quedaron atrás, se supone que debían buscar otro pedazo de madera y hacer igual, pero ambos se quedaron totalmente quietos al ver la escena.

Katherine estaba agarrada a Luka quien irrespetó la orden de su hermana abrió los ojos y gritó de emoción, no era una caída larga ni mucho menos peligrosa, pero para un niño que nunca había salido de las paredes de su hogar, no había conocido nunca la nieve, esa pequeña caída le producía una adrenalina increíble. Damián admiraba el momento de hermanos que estaban teniendo ambos, sonrió al ver a Luka tan entusiasmado y a Katherine tratando de suavizar y hacer enfocar al pequeño en otra cosa antes que en las sombras siniestras que los alcanzaban poco a poco, Killian por el contrario no admiraba el lazo de hermandad, ni mucho menos el acto que tenía Katherine con su hermano, el admiraba la sonrisa que empezaba a abrirse paso por el pequeño rostro de la morena, una sonrisa hermosa, irónico con la oscuridad que permanecía en su interior, pero a la vez sus ojos estaban enfocados en la seguridad del niño y, eso, produjo en Killian un sentimiento por protegerla, no importaba cuan valiente sea, Katherine Bonheur iba a ser su nuevo objetivo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.