Donde el desamor me llevó

Capitulo 2

Lo que queda del resto de la tarde transcurre con mucha normalidad, al terminar su turno de trabajo Katy y sus amigas salen muy contentas del trabajo, su jefe no le han mandado ningún proyecto y al día siguiente es sábado, así ya Katy y sus amigas podrán planear el viaje.

Ana lleva a Katy a su casa, a medida que van llegando a su hogar, Katy está pensando lo que decirle a su novio, que la relación está acabada.

Ana aparca el coche en la entrada de la casa. —Dale con todo y no te eches para atrás— Le dice Ana.

—Tranquila ese hoy se va de mi casa— Le contesta Katy con mucha determinación.

Al abrir la puerta se encuentra con una escena que le revuelve el estómago algo que Luis hace siempre cuando han tenido una pelea.
En el salón todo huele a romanticismo, su novio le tenía preparado una cena romántica, había adornado la mesa con velas y pétalos de rosa por el suelo.

Katy lo miro con asco. —Se pensará que así lo va a arreglar todo…— Se dijo a sí misma Katy mirando con disgusto la mesa.

—¿Te gusta, mi amor?— Le preguntó su novio.
—Una cena de reconciliación— Volvió a comentar muy ilusionado.

Katy sonrió incrédula, no creía lo que estaba escuchando.

—¿Sabes qué?— Soltó Katy muy enfadada.
—Quiero que recojas tus cosas y te vayas de aquí lo nuestro se acabó—

—No puedes dejarme— Dijo su novio.
—¿Por un error me vas a dejar?— Volvió a decir su novio esta vez fingiendo pena.

—¿No has escuchado esto se acabó?— le volvió a repetir Katy.

Luis la miro sorprendido, tenía que hacer algo para que Katy no lo echara, pero viendo que ella no daba marcha atrás se enfadó. —Sabes que sin mí no puedes estar, no eres nada y lo que pasó anoche fue por tu culpa, desde hace tiempo te has vuelto fría y no cumples como mujer— Le dijo muy enfadado y a la vez con intenciones de hacer daño.

Katy se quedó de piedra no esperaba escuchar que todos los escarceos de su novio era por su culpa.
En un momento de ira Katy le abofeteó —Fuera de aquí no te quiero ver y no me vuelvas a echar la culpa de tus errores— Dijo Katy muy enfadada.

Su novio muy cabreado se acercó a ella muy enfadado —Me iré, pero te recuerdo que no eres nadie sin mí.—

Katy empezó a reírse —Y yo te recuerdo que todo lo que tienes es gracias a mi dinero, que no tienes nada y que te echaron de tu trabajo porque te pillaron en el cuarto de baño con tu compañera— Le soltó katy.

Su novio se quedó con la boca abierta no se pensaba que katy sabía el motivo del despido.
—Katy dame otra oportunidad— Le dijo sollozando. —Te prometo que esta vez haré bien las cosas— Le dijo su novio.

Katy ya no quería escuchar más —Quiero que te vayas, vete a casa de tu amante y por las cosas no te preocupes mañana temprano ven por ellas— Le dijo Katy con determinación.

—Me iré— Le dijo su novio. —Pero no vuelvas a mí para que te dé otra oportunidad— Le dijo mientras salía por la puerta.

Al escuchar el golpe al cerrarse la puerta Katy se sentó en el suelo y se puso a llorar.

A la mañana siguiente Katy se levantó con ojeras se había llevado casi toda la noche llorando y no por dejar a su novio más bien por lo que le dijo.
Se miró en el espejo y se sorprendió lo que vio, tenía unas ojeras muy grandes y su pelo largo color caoba lo tenía todo desaliñado.

Inmediatamente, se duchó y se arregló, había quedado que sus amigas iban a ir a su casa para planear lo del viaje.

Cuando entro en el salón miro la vitrina, los tres Cámaro de colección que tenía su novio, no se lo pensó dos veces y lo rompió —Así sabrá que conmigo no se juega— Sintió un gran alivio al romper los coches.

Sus ropas las puso en una maleta, miro la foto que tenía en la habitación y al verlo pensó en el porqué de lo que se había fijado en él —No eres precisamente Mel Gibson, pero lo que te gana es que tienes mucha labia— Dijo en voz alta.

Puso todo en la puerta para así evitar que entrara en la casa, tampoco le importaba que se lo robaran.

Llegado la tarde escucho el timbre y al abrir vio a sus dos amigas con una botella de vino y riéndose al ver la ropa y los Cámaro roto en la calle.
—Entrar anda antes de que venga ese imbécil— Dijo riéndose también.

Mientras celebraban que por fin era libre, hacían planes para el viaje —Esto no es tan fácil como pensábamos— Dijo Marta.

Las tres se miraron pensativa, su amiga tenía razón no es fácil organizar un viaje sin un billete de ida, pero estaban dispuestas a irse.

En el transcurso de la semana Katy pudo alquilar su casa, dejo todas sus cosas en cajas en el garaje de su madre, solo se iba a llevar lo imprescindible, tampoco sabían como le iban a ir, por suerte en el trabajo pudieron transferir a las tres, necesitaban diseñadoras gráficas en Heidelberg.

Llegado el día las tres estaban en el aeropuerto nerviosas y contentas con su nueva aventura.
—Chicas, ya está a punto de salir el avión— Decía Ana muy nerviosa. —Allá vamos a iniciar una nueva vida— Comentaba Marta mientras subían al avión.




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