La semana pasó corriendo y el frío en Alemania también, en ese tiempo visitaron Heidelberg, aunque la primera vez fue un domingo y estaba todo cerrado, pero aun así se enamoraron de la ciudad.
También visitaron más castillos, por los alrededores, pasaron por el pequeño cementerio judío que había en su nuevo pueblo, Sonia les ayudo a empadronarse para poder así trabajar.
Habían decidido trabajar en enero, merecían unas pequeñas vacaciones e ir conociendo un poco todo aquello.
—¿Dónde vamos hoy?— Quiso saber Marta.
—Podemos ir a Heidelberg o por los alrededores Sonia ha dicho que ya están puestos el mercado navideño — Comentó Katy.
—Pues venga vamos a desayunar, arreglar la casa que ya tenemos planes— Dijo Ana.
Las tres amigas salieron de la casa rumbo a la estación —Menos mal que Sonia nos ayudó a comprar el ticket del tren, si no nos arruinamos—soltó Marta.
—Si hija, porque aquí todo es caro, te cobran hasta por respirar— Comento Ana.
—Bueno no quejarse, al menos podemos ir tranquilamente en tren— Les dijo Katy.
Llegaron a Heidelberg, habían quedado con Sonia después de comer, en ese tiempo estuvieron visitando el mercado, para ellas todo era nuevo.
—Es bonito, pero el alumbrado es más bonito en España— Comentó Marta, nostálgica.
—Si es muy bonito, pero tiene razón, el alumbrado allí es más bonito— Comentó Katy dándole la razón a su pequeña hobbit.
Así la llamaba cariñosamente, Marta era morena y de unos 1,65 m aproximadamente, se llamaba así misma hobbit porque era la más bajita.
A diferencia de ella y Ana que eran un poco más altas, Ana era también morena, delgada y medía 1.70 m
Aunque Katy también medía igual y también era delgada, aunque no se veía tan guapa como ellas, Luis siempre en sus momentos de pelea la menospreciaba.
—Katy, ¿En qué piensas?— Le soltó Ana.
—No estarás pensando en el imbécil… —Le contesto Marta.
—No, chicas tranquilas, solo pensaba en el frío que hace y que voy a comprar un café— Le dijo Katy, para que sus amigas no la agobiaran.
El resto de la tarde estuvieron de tienda y viendo los puestos, compraron varias cosas para mandarlo a sus familias, en la tarde se encontraron con Sonia.
—¿Lo habéis pasado bien?— Le preguntó Sonia.
—Si y tranquila no nos hemos perdido— Le dijo Marta riéndose, ya que la primera vez que fueron sola casi se pierden aunque se asustaron al principio ya lo tienen como anécdota.
Se fueron a comer a un restaurante asiático, era la primera vez que iban a ese sitio y quedaron alucinadas.
—¡Qué bonito es este sitio!— Exclamo Ana.
—Si y lo bueno es que es un buffet libre y podéis comer de todo y repetir— Le comentó Sonia.
Buscaron una mesa y disfrutaron de un buen festín.
—Chicas tenemos que planear la cena de Navidad ya está a la vuelta de la esquina— Comentó Katy.
—He pensado que podemos venir a comer aquí en Navidad y en año nuevo comemos en la casa— Le contesto Sonia.
—No es mala idea— Dijeron las tres a la vez.
Después de ese festín que se dieron aprovecharon y reservaron una mesa para Nochebuena.
Las cuatro salieron contestas del sitio y con su mesa reservada.
En los días posteriores fueron a ver más mercados navideños y a cada uno que iba era más bonito.
Llegó el 24 de diciembre y se fueron a cenar, el sitio estaba lleno.
—Menos mal que reservamos una mesa antes—Comentó Ana al ver el sitio lleno.
Al igual que la otra vez se dieron un buen festin.
Katy se levantó para echarse más arroz tres delicias y en esa se le acercó un coreano,katy se quedó con la boca abierta,el chico era alto,moreno y muy guapo.
—Hola,te he estado observando y eres muy guapa¿Como te llamas?—le comentó el chico guapo.
Katy carraspeó, pues no se pensaba que ese chico guapo estaba hablando con ella.
Estuvieron hablando un rato y riéndose,luego compartieron sus números del móvil y quedaron en llamarse para quedar.
—Sueta por esa boquita quien es ese chico guapo que estaba hablando contigo —quiso saber Ana.
—¿Ese chico tan guapo?—pregunto Katy.
—uno que dice que soy muy guapa y quiere quedar conmigo —volvio a decir Katy.
Las tres se le quedaron mirando al chico que no paraba de mirar a katy,sus amigas miraron a katy y se rieron pues había ligado con un coreano muy guapo.
Terminaron de comer y se fueron para la casa,no sin antes despedirse del nuevo ligue de Katy.
—Que frío hace— Exclamo Marta.
—Corre vamos para el coche que nos congelamos— Soltó Ana agarrando el brazo de Marta y corriendo hacia el coche.
En el camino se pusieron a cantar villancicos y estuvieron riéndose un buen rato.
Cuando llegaron al pueblo se quedaron con la boca abierta.
—Está todo oscuro y en silencio…— Dijo Katy toda desilusionada.
—Aquí la Navidad no es como allí— Le dijo Sonia.
—En año nuevo es diferente— Le volvió a decir.
Llegó el año nuevo, cada una hicieron su plato preferido.
—La mesa ha quedado preciosa— Comentó muy feliz Marta.
—Gracias chicas por estar aquí, el año pasado lo pasé aquí sola y es muy triste— Dijo Sonia muy feliz, ya que no estaba ese año sola.
Antes de las doce ya escucharon los fuegos artificiales.
—¿Bueno aquí no esperan a las uvas?— Preguntó Ana.
—¡Qué va! Aquí esta gente no celebran el año nuevo como allí— Contestó Sonia.
Buscaron el canal para poder tomar sus uvas de la suerte.
Todas estaban feliz y nerviosas.
—¿Chicas tenéis algo rojo y un anillo dorado? —Pregunto Marta.
—Si lo tenemos todo— Contestaron las tres a la vez muy nerviosa.
Tomaron sus uvas y las cuatro no dejaron ni una uva en el vaso, se felicitaron y luego de eso, hicieron videollamada a sus familias y luego se fueron abajo a ver mejor los fuegos artificiales.
Todas estaban mirando y a la vez muy nostálgica, pues no estaban con sus familias.