Inverness, 16 de abril.
Jamie se levantó muy temprano;había quedado con sus amigos para ir a Culloden. Decidieron ir mucho antes para no tener problemas a la hora de buscar aparcamiento.
Se duchó, se vistió y se tomó una taza de café. Cuando salió de su casa, ya Niall lo estaba esperando abajo.
—Buenos días, Jamie, ¿listo ya para irnos? —le preguntó.
Se montaron en el coche rumbo a casa de Malcolm;habían decidido quedar allí todos y luego repartir con quien iba cada uno.
—Tenemos que decidir a quién vamos a llevar nosotros —dijo Jamie antes de aparcar.
Cuando entraron a casa de Malcom, ya él estaba preparado y esperando a los demás.
—¿Todavía no han venido los demás chicos? —dijo la novia de Malcom que acababa de entrar por la puerta.
—Hola a ti también, Iria —dijo Jamie guiñándole un ojo.
Ella sonrió al verlo y fue a saludar a su novio.
—Hola, Jamie, me alegro de que hayas decidido venir —le dijo Iria.
Al rato llegaron los demás y en el coche se repartieron quién iba a ir en cada coche.
Malcolm, su novia y Niall irían con Jamie y Aiden; Henry y Philip irían con George. La novia de Aiden y Henry habían quedado en ir más tarde.
No tardaron en llegar; por suerte pudieron aparcar cerca. Como no había aún mucha gente, decidieron ir a visitar las piedras con los nombres de los clanes.
—Menos mal que hemos venido antes, así podemos visitar esto más tranquilos —dijo Iria.
Jamie asintió con la cabeza. Se pusieron a mirar las piedras. Jamie se sentía un poco raro ir allí solo y sin su novia; se sentía raro y a la vez vacío. Niall, que lo conocía muy bien, se dio cuenta de lo que le pasaba.
—Jamie, sonríe, que no te vean decaído, hazlo por Gilliam —le dijo su amigo.
Jamie se le quedó mirando; tenía razón, él no podía estar de esa manera y tampoco quería estropear ese día.
La gente fue llegando; también vinieron gente de otros países y descendientes de los clanes que ahora vivían en diferentes países.
—Cada año es más bonito y más emotivo —dijo Iria muy emocionada.
—Tienes razón y fui un tonto en perderme todo esto en estos dos años —le dijo Jamie.
—Al menos has venido este año —le dijo Malcom.
Estuvieron allí un buen rato, escuchando el discurso y la música de la gatita.
Luego de todo el homenaje, los chicos pusieron flores en las piedras de sus clanes, prometiendo cada uno volver al siguiente año.
—Espero que el año que viene vengas, Jamie —dijo Aiden.
—He dicho que voy a venir, no me lo pienso perder —le contestó Jamie.
Después de salir de allí, se montaron en los coches y se fueron rumbo a Inverness. Antes de irse a sus casas, decidieron ir a comer algo.
Cuando entraron al restaurante, había dos chicas que se quedaron mirando a Jamie.
—Me parece que alguien ha ligado otra vez —dijo Henry mirando a las chicas.
Todos miraron a Jamie, ya que sabían que sus miradas eran dirigidas a él; Jamie las miró y les sonrió.
—Pues siento deciros a todosque hoy una de ellas se va a quedar con las ganas —dijo Jamie.
—¿Estás enfermo? —dijo Niall tocándole la frente.
—Niall, él está esperando a esa misteriosa chica —dijo Malcom riéndose.
—Todavía estáis con eso —dijo Jamie, cansado ya de esa tontería.
Iria preguntó a qué venía lo de la misteriosa chica; Malcom le contó todo con detalle y Iria empezó a reírse.
—Pobre chica, tener que lidiar con un mujeriego —dijo la novia de Malcom.
—Oye, Iria, que cuando me enamore, seré fiel a esa persona —dijo un Jamie ofendido.
Niall, al ver la situación y la cara de su amigo, cambió de conversación.
—Oye, ¿tenéis pensado qué vais a hacer este verano? —dijo Niall para calmar las cosas.
—Estamos pensando la posibilidad de ir a España —dijo Malcolm.
—Queremos ir a la Costa del Sol, nunca hemos estado allí —dijo Iria.
Los demás dijeron que querían ir de vacaciones a Mallorca, ya que ese sitio les gustaba mucho.
—¿Y Jamie y tú qué vais a hacer? —quiso saber George.
Niall le preguntó a Jamie si él tenía planes de vacaciones, a lo cual Jamie negó con la cabeza. Jamie no se había planteado nada de irse de vacaciones;hacía dos años que no salía de vacaciones.
—No tengo pensado aún nada, ni siquiera me he planteado lo de las vacaciones —dijo Jamie.
—Venirse con nosotros —dijo Malcolm.
Jamie y Niall se miraron; para ellos sería una situación incómoda ir con una pareja, pero a Iria no le importaba, es más, quería que fueran con ellos de vacaciones.
—¿De verdad no os importa? —preguntó Niall.
—Para nada, para nosotros es mucho mejor porque así podemos entre los cuatro alquilar un apartamento en vez de irnos a un hotel.
Jamie y Niall, después de pensarlo un rato, aceptaron la invitación. Iria comentó que era una pena que no fueran los demás; para sorpresa de todos, los demás aceptaron ir también. Nunca habían estado en Andalucía y querían también conocerlo. En el rato que estuvieron en el restaurante, planearon todos: las chicas se iban a encargar de buscar una casa grande para todos; el día del viaje tenían pensado ir la primera quincena de julio. Ahora hacía falta que en el trabajo le dieran ese día.
—Jamie a lo mejor encuentra allí a la mujer misteriosa —dijo Aiden riéndose.
—No empecemos con esas tonterías —dijo Jamie, queriendo zanjar el tema.
Aunque en el fondo Jamie se quedó pensando en eso.
—Quién sabe, a lo mejor puede que sí encuentre a esa chica —se dijo Jamie.
Pero pronto descartó la idea; él no creía en esas cosas y él se había prometido no amar a nadie más.