Donde el desamor me llevó

Capitulo 21

Inverness.

Llegó el mes de julio; Jamie estaba preparando la maleta porque al día siguiente se iban para España. Tenía una lista de lo que se iba a llevar; no quería dejarse nada. Repasó todo y cuando ya lo tenía todo listo cerró la maleta. Al rato escuchó que llamaban a su puerta; fue abrir y allí estaba su amigo Niall con su maleta.

—Listo para mañana —dijo entrando a la casa.

—Todo listo, lo he repasado varias veces para que no se me olvide —le dijo cerrando la puerta cuando entró su amigo.

Habían decidido que Niall se quedara en su casa a dormir para así no tener que esperar. Niall fue a la habitación donde iba a dormir.Después de poner la maleta en la habitación, fue para el salón donde estaba Jamie, mutando un folleto de la Costa del Sol.

—¿Ves algo interesante que vayamos a visitar? —quiso saber Niall.

—Estoy viendo. ¿Sabes que en Nerja hay muchos sitios bonitos que visitar? —le dijo Jamie.

—Pues no, por eso vamos a ir allí —le dijo su amigo.

Jamie le miró, dejó el folleto en la mesa y se dirigió a la cocina a preparar algo de comer.

—Espero que haya chicas guapas —dijo en un tono muy picarón.

—Jamie, en este viaje, déjate de chicas y disfruta de la playa y de los sitios que vayamos a visitar —le dijo Niall muy serio.

Jamie se quedó mirándolo.Él no tenía intención de acostarse con ninguna chica en su viaje, pero le miró con una sonrisa pícara, pero al ver la cara de su amigo le prometió disfrutar del viaje y olvidarse de las chicas.

Comieron algo ligero antes de acostarse.

—¿A qué hora sale el avión? —quiso saber Jamie.

—Hemos quedado con los chicos a las siete y media porque el avión sale a las doce y tenemos que ir al aeropuerto de Glasgow —le dijo Niall.

Se fueron a la cama pronto ya que al día siguiente habían quedado temprano.

Heidelberg.

Katy se levantó temprano, mandó mensaje a Andreas para recordarle que tenían que estar al día siguiente temprano en el aeropuerto.

Después de mandar el mensaje, se vistió y se fue a comprar cosas que le faltaban para el viaje; también compró recuerdos para su familia. Después de comprar todo lo que necesitaba, mandó mensajes a sus amigas para, cuando salieran de sus trabajos, ir a comer juntas.

En el tiempo que estuvo esperando a sus amigas, se fue a tomar un café. En la cafetería, ya tranquila, se puso a pensar en la llamada que hizo; no se esperaba que su hermano era el que le dio el número de teléfono a Luis.

—Aunque creíste en sus mentiras, no te daba derecho en darle el número; tenías que haberme consultado antes —le dijo una Katy furiosa.

Katy se puso a pensar en cómo su hermano se puso nervioso; sabía que había cometido un error.

—Katy, perdóname, no tenía que haberle dado el número, pero fue tan convincente que le creía —le decía su hermano llorando.

Katy estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta que llegaron sus amigas. Se fueron a comer y estuvieron hablando de todo lo que había comprado Katy y de su viaje. Habían acordado que Andreas dejaba el coche en casa de Katy y Sonia los llevaba al aeropuerto. Por suerte, el día que Katy se iba, Sonia tenía día libre.

Cuando llegaron a la casa, Katy se puso a preparar las maletas; no quería olvidarse de nada.

—Katy, ¿cuántas veces vas a mirar la maleta? —le preguntó Ana.

—Hasta que vea que está todo —dijo una nerviosa Katy.

—Tómate una tila, porque nos vas a poner a todas nerviosas —le dijo Marta.

Después de preparar todo, Katy volvió a mandar mensaje a Andreas para la hora que iban a quedar. Andreas contestó enseguida y al leer el mensaje Katy se quedó más tranquila.

Las amigas de Katy le dieron una lista de lo que querían; las tres coincidieron en que querían una botellita con arena de la playa. Katy les prometió que se las traerían, ya que ella también se iba a traer una botellita con arena de la playa. Después de hablar un rato con ellas, se acostó temprano porque su avión salía a las doce de la mañana.

Al día siguiente Katy se levantó temprano. No quería desayunar; estaba nerviosa, temía que Andreas viniera con una excusa para no ir. Al rato escuchó un coche y llamar a la puerta; cuando vio quién era, se sintió aliviada.

Se vistió lo más deprisa que pudo, guardaron las maletas en el coche de Sonia y se fueron para el aeropuerto. El viaje fue tranquilo; Katy ya estaba más relajada. Cuando llegaron al aeropuerto, se despidieron de Sonia.

—Hasta dentro de 15 días —le dijo Sonia dándole un abrazo.

—¿Me dará tiempo a verte? —le preguntó Katy.

—Sí, yo me voy el día 16 para España —le dijo Sonia dándole un abrazo antes de montarse en el coche.

—Pásatelo bien y cuidado con el sol —le dijo su amiga antes de irse.

Katy y Andreas entraron en el aeropuerto y facturaron las maletas. Estuvieron allí un rato; llegaron una hora y media antes, ya que temían encontrarse con algún atasco.

Por la pantalla ya vieron que tenían que embarcar, se fueron para la puerta de embarque y mostraron sus billetes.

—Te veo un poco nervioso —le dijo Katy a Andreas.

—Es que no sé si a tu familia le voy a caer bien —le dijo Andreas.

Katy, al escuchar eso, se rio.

—No te preocupes, verás cómo le vas a caer bien a mi familia —le dijo dándole un beso.

Se montaron en el avión y esperaron a que el avión despegara. Katy estaba mirando por la ventana y deseando poder llegar al aeropuerto de Málaga.

En Glasgow, Jamie también estaba sentado en el asiento del avión, mirando por la ventana y deseando llegar a su destino.




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