Donde el desamor me llevó

Capitulo 23

Cuando Andreas se fue al servicio y Katy se quedó sola, en ese momento la piel se le erizó.

—Katy, por fin te veo. ¿Por qué no contestas a mis mensajes? —dijo una voz que no deseaba escuchar.

—Tal vez porque no quiero hablarte, imbécil —dijo Katy.

Luis empezó a insistir en querer hablar con Katy, pero ella no quería hablar con él, no quería saber nada de él, le dijo que se fuera, que la dejara en paz, pero él no hacía caso, tampoco le importaba montar un escándalo; si lo hacía, quedaba como víctima, pero Katy ya sabía su juego y no se dejó humillar.

—Vamos a ver, imbécil, me engañas con muchas mujeres, lo dejamos y ahora que, como la otra te ha dejado, me buscas para así mantenerte —lo dijo demasiado fuerte para que el humillado sea él.

Luis, al ver que todo el mundo lo miraba, empezó a gritarle, diciendo cosas que sabía que a Katy le iban a doler. Ella lo miró con una mirada que hasta Luis se tuvo que echar un poco para atrás.

Jamie lo estaba presenciando todo y no le gustaba como el chico le hablaba; quiso intervenir.

—Ni se te ocurra —le advirtió Malcom.

—Pero tú has visto cómo la está tratando —dijo un enojado Jamie.

—Sí, lo estamos viendo y también vemos que ella sabe defenderse y que no venía sola —dijo Niall.

Pero Jamie no estaba contenta y más cuando vio que Luis levantó la mano para pegar a Katy. Ahí quiso intervenir, pero vio a otro chico empujar al otro chico.

—No te atrevas a ponerle una mano encima —dijo Andreas empujando a Luis.

Luis se quedó atónito; no se esperaba que Katy estuviera acompañada. No le dio tiempo a reaccionar, puesto que varios guardias de seguridad echaron a Luis.

—Siento el espectáculo que ha montado ese tipo —dijo Katy.

—No se preocupe, señorita, no es la primera vez que arma ese escándalo aquí —dijo el camarero.

—Tráenos la cuenta, por favor, nos queremos marchar de aquí —dijo Katy.

Jamie estaba atento a todo, quería saber si ella estaba bien, pero no podía verla ya que Andreas la tapaba. Katy pagó la cuenta y se fue, pasó por el lado de Jamie, pero él no la llegó a ver bien.

—Me da pena esa chica, la vergüenza que ha tenido que pasar por culpa de ese loco —dijo Jamie a sus amigos.

Ellos estuvieron de acuerdo; el loco ese le quería hacer un escándalo. Ellos no sabían el motivo, pero Jamie estaba cabreado y más porque Malcom lo paró para que no ayudara. Por suerte, él vio que su novio la ayudó.

Katy y Andreas salieron del restaurante. Ella le pidió perdón por el espectáculo que montó Luis.

—No, te preocupes, Katy. ¿Pero ese tipo es el chico que te engañó? —le preguntó Andreas.

—Sí, y ahora quiere volver conmigo porque nadie quiere mantenerlo y no le duran mucho los trabajos —le dijo Katy.

Andreas le abrazó, le dijo que olvidara todo y que ahora estaba con él. Se montaron en el coche; Katy le dijo que fueran a la playa, que el encuentro con Luis no tenía que estropear sus planes.

Se fueron a la playa, aparcaron el coche, Katy recogió las toallas y caminaron por la arena. La playa estaba hermosa; Katy llevaba meses que no la veía y aspiraba el olor a mar.

—Me encanta el olor a mar —le dijo a Andreas.

—Huele bien y la noche es hermosa —le dijo Andreas.

—¿Te has bañado alguna vez de noche? —le preguntó Andreas.

—No, cuando vivía aquí venía por las noches a dar un paseo, pero nunca me bañaba —le dijo Katy.

—Siempre hay una primera vez —le dijo, guiñándole un ojo.

Katy miró a su alrededor; le recordó que no tenían bañadores, pero a él le dio igual.

—Podemos meternos desnudo o en ropa interior —le sugirió.

Katy se lo pensó un poco, pero al final aceptó; se fueron para la orilla y dejaron allí las toallas y la ropa. Como no había nadie, se metieron desnudos.

Katy pegó un pequeño grito; el agua estaba muy fría. Andreas la atrajo hacia él para abrazarla. Ahí estaban los dos abrazados en el mar y desnudos. Él empezó a acariciarle el cabello, pasó sus dedos por sus labios y la besó. Ella abrió la boca, invitando a la lengua de Andreas a entrar. Mientras él la besaba, con una mano empezó a tocar su pecho; con sus dedos jugaba con su pezón. A Katy eso empezó a darle placer. Andreas empezó a besarle el cuello hasta llegar al pecho de Katy, empezó a lamerle un pezón y luego el otro. Katy empezó a sentir aún más placer. En el mar empezaron a andar hasta unas rocas que chocaron con la espalda de Katy.

—¿Te has lastimado? —le preguntó Andreas.

—No me has hecho daño —dijo Katy jadeando adeando.

Andreas siguió besándola; ella acariciaba su espalda y puso sus piernas alrededor de la cintura de Andreas.Él en ese momento la fue penetrando lentamente, se quedó un rato ahí parado, mirando a Katy; ella lo atrajo y empezó a besarlo.Él en ese momento empezó a moverse; fue lentamente hasta que sus embestidas fueron más ligeras. Katy gritaba de placer, no le importaba, estaban solos; lo único que estaba era chocando con ellos mientras Andreas la seguía penetrando con más fuerza. Ella se agarró más fuerte a él mientras él seguía ; Katy no quería que parara, quería seguir, no le importaba que se estuviera lastimando la espalda con las rocas.

—No pares, por favor —le decía a Andreas.

Al escuchar eso Andreas paró un poco; no quería terminar, pero Katy le dijo que siguiera.Él le hizo caso y sus embestidas fueron más rápidas, hasta terminar los dos a la vez. Cuando terminaron, Katy le besó en los labios y él le correspondió.

—Salgamos de aquí, estás temblando —le dijo Andreas.

Salieron del agua Andreas con la toalla, secó a Katy, se vistieron y llegaron a la casa de Katy, se ducharon y se metieron en la cama.

—Descansa, mi vida —le dijo Andreas.

Le dio un beso antes de abrazarla y quedarse dormido. Cuando Katy fue a dormir, recibió un mensaje.

—Así que estás con otro, que pronto me ha olvidado —decía el mensaje.

Katy borró el mensaje y se quedó dormida en brazos de Andreas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.