Jamie y sus amigos llegaron a Escocia después de un vuelo de casi cuatro horas. No se le quitaba la imagen de Katy, aunque las veces que había coincidido con ella nunca le vio la cara y eso es algo que se quedó con las ganas.
—Te veo muy pensativo —le dijo Niall.
—No sé por qué, pero me estoy acordando de esa chica, la de la pelea en el restaurante —dijo Jamie.
—Pero si nunca le viste la cara —dijo Malcom.
—Ya esa es la cosa, que me quedé con las ganas de verla —dijo Jamie.
—Bueno, no pienses en esa, no vas a verla más —le dijo Niall recogiendo las maletas.
Alemania.
Katy llegó al aeropuerto; al recoger las maletas y al salir para afuera, ya Sonia la estaba esperando, ya que había llevado a Marta. Al verla, se fue para ella.
—Ya se fue Marta —dijo dándole un abrazo.
—Sí, hace media hora que entro por la puerta de embarque —dijo Sonia.
Se montaron en el coche y se fueron para Heidelberg; en el camino, Katy le estuvo contando cómo se lo había pasado y los sitios donde llevó a Andreas.
—Cuando llegue Marta me iré yo; tengo ganas de ir a España, que ya iba tocando ir —dijo Sonia.
Llegaron a la casa y Andreas se despidió de ellas, se montó en su coche y se fue. Al entrar a la casa, ya estaba Ana esperándola.Agarró a Katy y quería que le contara todo. Katy no obvió ningún detalle, excepto lo de la playa, pero sí le contó lo de Luis; no tenía por qué ocultarlo, tarde o temprano se iban a enterar y más con Marta que iba para allá.
—¿Pero ese tipo se atrevió a querer humillarte? —dijo una enfadada Ana.
—Katy, ¿hay algo más, verdad? Luis no te haría ese escándalo con solo verte —quiso saber Sonia.
Katy se quedó un momento en silencio; no sabía si contarlo o no. Al final optó por hacerlo, sabiendo que Ana iba a estallar.
—Luis lleva meses mandando mensajes para que vuelva con él —dijo al fin Katy.
—Por eso cambiaste el número de teléfono —soltó Ana.
—Sí, estuvo un tiempo sin molestar, pero mi hermano creyó en sus mentiras y volvió a los mensajes otra vez. —Le amenacé con denunciarlo si sigue molestando —les contó Katy.
—Qué hijo de puta, pero sabes muy bien, Katy, que no se va a estar quieto —le dijo Ana.
—¿Por qué te busca ahora? —quiso saber Sonia.
—Por lo que sé, su amante lo dejó porque estaba harto de mantenerlo —le dijo Katy.
—Claro, y como tú siempre le has perdonado, pues piensa que vas a volver otra vez con él —dijo una enfadada Ana.
Katy tranquilizó a Ana, todavía al caso decirle nada, ya que si lo denunciaba, las amenazas de Ana podrían ser un punto a su favor y la ley no haría caso a Katy.
Ana prometió no decir nada. Katy, después de esa conversación, se fue a su dormitorio a deshacer la maleta.
Llegó agosto y Sonia y Ana hicieron sus respectivos viajes. Katy durante ese mes apenas vio a Andreas; muy rara vez se veían. Una tarde, estando Katy en el porche de su casa, Marta se acercó a ella.
—Katy, estás muy pensativa. ¿Pasa algo? —quiso saber Marta.
—Estoy pensando en Andreas. ¿No te parece raro su actitud? Solo lo he visto cinco veces en este mes —le dijo Katy.
—Tal vez está de vacaciones con su familia —le dijo para quitarle importancia.
—Familia, ¿sabes que en el tiempo que llevo con él no conozco a sus padres? —le dijo Katy.
Katy le contó a Marta lo que pasó cuando estuvo en Cádiz y cómo se refirió a sus sobrinos como sus niños.
—¿Y si realmente son sus hijos? —preguntó Marta.
—Tú crees que sean sus hijos —dijo Katy.
—Eso es algo que tendrás que preguntarle —le dijo Marta.
Katy se quedó pensando, tendría que averiguar la verdad. A ella no le importaba si fuera verdad; a ella lo que más le dolería era la mentira. Se decidió a preguntárselo a Andreas llegado el momento.
El mes de agosto terminó dando paso a septiembre y ya se iba notando un poco de fresco por las calles.También empezaron las lluvias. En uno de esos días de lluvia, Katy resbaló en la entrada de su casa, lastimándose la pierna. Por suerte no le tuvieron que poner escayola, pero tuvo que estar de baja porque no podía andar por el esguince que tenía, así que tuvo que estar en su casa casi dos semanas. Andreas, al saber lo de Katy, le mandaba mensajes preocupado por ella. Una mañana que Katy estaba sola, llamaron a la puerta. Ella, como pudo, fue a abrir y se sorprendió ya que no esperaba esa visita.
—Andreas, ¿qué haces aquí?¿No estás trabajando? —le preguntó Katy.
—Sí, pero te echaba de menos y como tenía una reunión aquí cerca y al terminar he decidido venir a verte —le dijo Andreas.
Katy lo dejó pasar.Él se sentó en el sofá, estuvieron un rato hablando, pero al rato él se acercó a ella y empezó a besarla. Katy le correspondió. Él se levantó, la cogió en brazos y la llevó a la habitación de Katy. Cuando terminaron de hacerlo, Andreas preguntó a Katy si se podía duchar. Ella le contestó que sí. En eso que Katy se estaba vistiendo, vio que Andreas recibió un mensaje y como él tenía el móvil liberado, Katy le dio curiosidad y miró el mensaje. Lo que vio la dejó totalmente asombrada. Katy no sabía cómo reaccionar, no sabía si llorar, chillar; lo que sí sabía es que estaba desilusionada, no se esperaba eso, volvía a repetirse la historia.