Donde el desamor me llevó

Capitulo 31

—No me pasa nada —dijo saliendo de la sala y dejando a Jamie solo.

Katie se sentó en su mesa; estaba enfadada. Luis no iba a parar y ella tenía que terminar con este acoso. Niall y Malcom estaban en sus mesas cuando vieron a Katy sentarse y maldiciendo por lo bajini; se miraron mutuamente preguntándose qué había pasado, mirando hacia la sala de donde salió Katy, y vieron a Jamie. Niall le hizo señales de si era el responsable del enfado de Katy. Jamie levantó los brazos en señal de no saber nada.

—Maldición, pero este imbécil no va a parar —dijo por lo bajini en español.

Niall y Malcom la miraron, sin entender lo que decía, ya que ellos no sabían hablar en español . Ya la habían pillado varias veces dirigiéndose a Jamie hablando por los bajines en su idioma.

—Katy, ¿te encuentras bien? Tienes cara de enfadada —le dijo Niall.

—Son cosas personales. ¿Tanto se nota mi cara? —le preguntó Katy.

—Llevas aquí un mes, me he dado cuenta por la expresión de tu cara, cuando estás bien y cuando estás incómoda. Eres muy expresiva. No sé qué tienes en contra de Jamie, pero cuando él se acerca a hablarte, sueltas cosas por lo bajito en tu idioma —le dijo Niall. Si lo que haces es insultarlo, enséñame algunas palabras para así meterme con él también —le dijo, guiñándole un ojo.

Katy en ese momento soltó una risa que hasta Jamie la miró; en ese momento, sin saber por que, sintió una punzada. No entendía por qué Katy era simpática con Niall y Malcom y con el distante.
Esa tarde Jamie y Katy se quedaron después del trabajo en la oficina; estuvieron mirando los planos y planeando cómo hacerlo.
—¿Estás ya mejor? —Esta mañana te vi como asustada —quiso saber Jamie.
—Sí, ya estoy bien; era un asunto personal al cual no me apetece hablar —le contestó Katy.
—¿Podemos seguir con el trabajo? —le volvió a decir.
Jamie asintió con la cabeza. Estuvieron una hora diseñando los planos y haciendo apuntes. Jamie miró su reloj y Katy lo miró de reojo.
—Dejemolo para mañana, estás mirando mucho el reloj y seguramente tienes una cita y te estoy impidiendo tus planes —le dijo Katy.
—No tengo ninguna cita, solo estaba mirando la hora —le dijo Jamie.
Katy estaba recogiendo sus cosas; Jamie intentaba decirle a Katy que podían quedarse más tiempo, pero ella no le escuchaba. Estaba deseando llegar a su casa, hablar con Ana y saber cómo Luis se ha enterado de que ya no está en Alemania.
—Jamie, vamos a dejarlo para mañana; vete a tu cita que yo tengo cosas que hacer —le volvió a decir.
Recogió todo y se fue dejando allí a Jamie anonadado y preguntándose qué ha pasado para esa reacción de Katy.
En cuanto Katy llegó a su apartamento, soltó su bolso y llamó a Ana.
—Hola, Katy, ¿pasa algo? —le preguntó Ana.
—¿Quién le ha dicho a Luis que ya no vivo en Alemania? —soltó sin rodeo.
Ana se quedó alucinada cuando escuchó eso; pensaba que con la denuncia ya la cosa se iba a calmar.
—Déjame averiguarlo y mañana te llamo —le dijo.
—Está bien, pero si me entero de que llamó a la oficina y le dijeron, se van a enterar —dijo Katy furiosa.
—No te preocupes, yo me encargo de poner a esa persona en su sitio —le dijo Ana.
Estuvieron un rato hablando. Ana le contó que al novio de Marta en unos meses la empresa lo transfería a Berlín, que él fue quien lo pidió.
—Pobre Marta, a ver cómo se lo apaña —dijo Katy.
Después de colgar, se duchó, comió y se fue a la cama. Estando acostada, pensó en la forma en que le habló a Jamie.
—No tengo por qué sentir remordimiento por cómo le hablé y menos a un mujeriego —se dijo.
Pero en el fondo sentía que estaba mal;había pagado su coraje con él, había pensado que al día siguiente hablaría con él.
A la mañana siguiente en la oficina, Katy iba a hablar con Jamie, pero él la miró muy serio.
—Que vienes a preguntarme por mi supuesta cita —le dijo con sarcasmo.
—No, venía para otra cosa, pero ya no tiene importancia —le dijo Katy.
—¿Qué es lo que me ibas a decir? Que si luego tengo una cita —volvió a decir.
Ella lo miró con desprecio; Niall y Malcom estaban allí con cara de circunstancias y a la vez sentía pena por Katy.
—Vete a la mierda —le dijo en español, haciendo que Niall se riera.
Jamie, como tampoco la entendía, quiso replicarle, pero Niall lo paró; no le estaba gustando cómo su amigo le estaba hablando a Katy.
Ella se dio la media vuelta y se sentó en su silla; de pronto Ana la llamó por teléfono.
—Katy, ya he averiguado; el imbécil llamó a la oficina diciendo que es tu novio y que necesitaba hablar contigo. La secretaria, como es nueva y no sabe nada le contó que ya no estás aquí —le decía Ana.
Katy estaba cabreada y Niall, que estaba a su lado, lo estaba notando. Quiso acercarse a ella, pero esperó que terminara la conversación.
—¿Ella le dijo dónde estoy ahora? —le preguntó Katy.
—No, el muy imbécil colgó el teléfono; ya le he advertido que la próxima vez me pase a mí la llamada —le dijo Ana.
Katy se lo agradeció, colgó el teléfono, pues estaba en horas de trabajo, pero no pudo soltar una maldición que hizo reír a Niall.
—Mira, Maldición, esa palabra me la estoy aprendiendo bien —le dijo Niall.
Ella no pudo evitar soltar una risa, se disculpó con Niall;él estaba preocupado por lo que le pasara. Ella le dijo lo mismo: asuntos personales, pero él no le creía.Él pensaba que había algo más, pero no la conocía para preguntarle sobre eso. Katy esa tarde se quedó con Jamie en el trabajo; no se hablaron, solo lo preciso.Llegada su hora, recogió sus cosas y se fue, dejando allí otra vez a Jamie solo. Se ofreció a llevarle, pero ella se negó.
—Esta chica es bien difícil; encima que es pija, para colmo arrogante, pero una arrogante bien guapa —se decía mientras la veía caminar hacia la parada del autobús.




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