La madre de Jaime abrazaba a Katy al despedirse, con la promesa de que volverían de nuevo. Katy había congeniado con los padres de Jamie; ellos la habían tratado como una más de la familia. Cuando estaban en el coche, Katy miró una última vez al castillo con la esperanza de que volvería a estar otra vez en ese castillo. El viaje fue ameno. Jamie llevó a Katy a su casa y se despidió de ella. Cuando entró en su casa, Ana la llamó para que le contara cómo lo había pasado. No le dijo nada sobre la llamada de Jamie y, como pudo, intentó sonsacar sobre la preferencia del anillo.
—¿A qué viene esa pregunta, Ana? Sabes que no suelo ponerme joyas —le espetó Katy.
—Ya, pero ayer vi un anillo con una esmeralda verde y pensé en ti y que te iba a resaltar con tu color de pelo —explicó, mandándole la foto del anillo.
Katy vio la foto del anillo,le comento a su amiga que era bonito, también le dijo que ni se le ocurriera comprarlo, cosa que Ana con disimulo acepto, después de charla con ella se duchó y se preparó algo para cenar antes de acostarse.
Jamie llegó a su casa, soltó todo, se duchó y, cuando estaba a punto de comer algo, recibió un mensaje de Ana con la foto del anillo que le enseñó a Katy media hora antes.
—Este es el anillo que le va mejor a Katy; le resalta con el color de su cabello —leía mientras pensaba en el color de su cabello.
Decidió comprarle ese anillo, intentaría buscarlo por las joyerías; estaba dispuesto a buscar en todas las joyerías de Escocia para comprar ese anillo. Le dio las gracias a Ana antes de colgar, se acostó pensando en cómo proponerle a Katy matrimonio y había decidido que sería en su cumpleaños.
Las rutinas de trabajo iban bien, no había proyecto por el momento; se notaba que llegaba el verano y las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina. Jamie había decidido quedarse en Escocia; quería enseñarle a Katy los sitios que ella quería conocer. Malcom e Iria estaban liados con los preparativos de la boda y Niall no tenía planes; los demás habían decidido irse a Irlanda; sus novias habían planeado ese viaje desde hace meses.
Llegó el fin de semana. Katy y Jamie partieron a Stirling. Después de casi tres horas, llegaron a casa de Philip. Jamie se alegró de ver a su amigo, le dio un abrazo; no lo veía desde las navidades. La empresa de Philip lo mandó a Stirling. Jamie le presentó a Katy. En ese momento salió la novia de Philip y abrazó a Jamie.
—Jamie, que dé tiempo sin verte, me alegro de que por fin hayas decidido venir. ¿Ella es tu novia? —dijo abrazando a Katy.
—Sí , Marian, ella es mi novia; ella se llama Katy —dijo presentándolas.
Marian agarró a Katy y ambas se fueron para dentro de la casa, dejando a los chicos allí para que sacaran las maletas. Philip miró a Jamie;veía a su amigo diferente, más feliz.
—No me digas que esa va a ser la chica, la que te dijo esa mujer el año pasado—. Philip miraba a Jamie esperando una afirmación.
—Me parece a mí que sí, esa mujer no se equivocó a pesar de mi enfado ese día, acertó, Katy es especial y para decirte, amigo mío, soy muy feliz. —Mi etapa de mujeriego se acabó —decía mientras entraba adentro con su amigo.
Después de ver su habitación, fueron a enseñarle a Katy un poco de la ciudad. Jamie le había prometido que al día siguiente irían al castillo y al monumento Wallace. Katy estaba entusiasmada viendo la ciudad; se alegraba que después de los meses que estaba en Escocia, por fin estaba conociendo algo de los sitios que ella había apuntado. Cenaron en un restaurante y estuvieron un rato hablando y disfrutando de la noche. Al llegar a la casa, mientras Katy estaba en la salita con Marian, Philip y Jamie estaban en la terraza hablando.
—Te cuento una cosa, amigo mío, voy a pedirle a Katy que se case conmigo. —Philip era el primero en saber los planes de Jamie.
—Me alegro mucho por ti, después de tres años de verte mal, ahora te veo diferente, muy feliz, hasta estás de buen humor —se reía mientras veía a su amigo asentir con la cabeza.
—Lo saben los demás. ¿Cuándo va a ser el gran día? —quiso saber.
—No, aún no le he contado, eres el primero. Le pediré matrimonio en mi cumpleaños; si me dice que sí, va a ser el mejor de todos los regalos —decía entusiasmado.
La conversación terminó cuando llegaron las chicas. Katy se quería acostar; estaba cansada del viaje y mañana tenían que salir a conocer más sitios. Se fueron a dormir y, al día siguiente, ya estaban todos listos para salir a conocer el monumento Wallace.
Katy se asombró de ver el castillo y de la estatua de Robert the Bruce. También le encantó el monumento Wallace; aprovechó para hacerse una foto al lado de la espada de William Wallace. Ese fin de semana Katy lo pasó muy bien, nunca lo iba a olvidar. También había hecho una amiga nueva; le cayó muy bien la novia de Philip. Se despidieron de ellos con un abrazo.
—Nos vemos en la boda de Malcom y espero que pronto en la tuya —esa última lo dijo susurrando en el oído a Jamie para que Katy no se enterara.
—Espero que me diga que sí; luego te toca a ti casarte —le susurró también al odio, haciendo sonreír a Philip.
Philip le dijo a Jamie que eso sería pronto, pero el primero sería él. Se montaron en el coche con la promesa de verse pronto.
Los días pasaban muy deprisa. Malcom e Iria estaban nerviosos con la boda; Katy y los demás los ayudaban. Los fines de semana, Jamie la llevaba a los sitios que ella le puso en la lista. Ya había conocido el lago Ness, había ido a ver más castillos; le quedaba lo que estaba a más hora de distancia, pero Jaime le había prometido llevarla, aunque antes quería ir a la Isla de Skye.
Junio se fue dándole la bienvenida a julio; los chicos estaban a punto de tener sus vacaciones. Malcom no las tenía porque las iba a coger para su luna de miel. Las vacaciones llegaron Katy y Jamie pudieron ir a visitar los castillos que Katy quería ver; dejaron para el final la Isla de Skye, lo tenían más cerca.