Katy despertó en el hospital. Jamie estaba a su lado; cuando vio que se despertó, corriendo fue a llamar a una enfermera.Él se acercó a ella, pero Katy lo apartó; en su mente aún estaba la imagen del beso y las palabras de Luis resonando en su mente. La enfermera llegó y examinó a Katy. Al ver que ya se encontraba mejor, le dijo que hablaría con el médico para poder irse a su casa.
Jamie volvió a acercarse a ella, pero Katy no quería que se acercara, haciendo que Jamie le doliera ese gesto.
—Katy, aún sigues enfadada por lo de ayer, te juro que no la besé, todo fue planeado por tu ex —le dijo Jamie.
—¿Dónde está él? ¿Está detenido? —quiso saber.
—Está en el calabozo esperando a ver qué van a hacer con él. La policía ha estado aquí, quieren saber qué pasó —le explicó Jamie.
Ella le comentó a Jamie que después de salir del hospital quiere ir a la policía a explicar cómo fue todo. Ya no iba a callar más; si le tenía que poner una denuncia, lo iba a hacer. Ya no era acoso; esta vez fue agresión.
—Katy, ¿por qué no me lo contaste? ¿Por qué te callaste? —Podías haberme dicho lo de los mensajes. ¿No confiabas en mí? —quiso saber Jamie.
Ella no le dijo nada, guardó silencio; aún le dolía la cabeza. Se levantó para ir al baño. Jamie le ayudó a levantarse. Al mirarse al espejo, se puso a llorar; tenía el labio hinchado y roto, donde se había dado el golpe también estaba hinchado y le estaba saliendo una hematoma. Su cara era un cuadro; se lavó la cara para ocultar las lágrimas. Cuando salió del baño, llegó la enfermera para decirle que se podían ir. Cuando salieron del hospital, Jamie la llevó a la comisaría. Ella relató paso a paso lo que pasó, haciendo que Jamie le hirviera la sangre. Odiaba a Luis y odiaba a la chica que lo besó; en ese momento se arrepintió de haberse acostado con ella hacía tiempo.
Cuando salieron de la comisaría, Jamie la llevó a su casa, le ayudó a salir del coche; Katy seguía rechazando su ayuda. Jamie ya no sabía qué hacer. Katy le recordaba que no necesitaba su ayuda, que ya no estaban juntos, pero él no aceptaba eso. Al abrir la puerta, Ana estaba allí esperándola. Katy, al verla, la abrazó corriendo; ya ella estaba al corriente de todo lo que había pasado.
—Jamie, gracias por traerla, es mejor que te vayas —dijo—. Hablaré con ella para que entienda que lo que pasó fue toda obra de Luis —le susurró antes de cerrar la puerta.
Ana se sentó en el sofá con Katy. Al rato llegaron los demás para saber cómo estaba Katy. Ella agradeció su preocupación, pero quería estar a solas. Ana les aconsejó que se fueran; solo se quedaron las chicas, incluida Iria.
—Ahora me vas a decir qué pasó, qué te dijo Luis para que tengas esa reacción —le dijo Ana.
—Ana, y si Luis tiene razón, que Jamie realmente no me quiere, que solo quería jugar conmigo, que soy muy poca cosa, que él jamás va a querer formar una familia conmigo, quién va a querer estar conmigo? —Con lo fea que soy, que soy muy ilusa pensando que realmente Jamie se fijaría en mí para algo más —decía lamentándose.
—¿Ese hijo de puta te dijo eso? Katy, conozco a Jamie de hace años y te puedo asegurar que desde que está contigo nunca lo he visto tan feliz. Cómo te mira, cómo habla de ti, ni con Gilliam lo he visto de esa manera, así que no pongas en duda el amor que siente Jamie por ti —dijo una indignada Iria.
Katy la miró, no sabía qué decir. Miró a sus amigas, que estaban de acuerdo con Iria, porque ellas, en lo poco que han visto a Jamie, han visto el amor que siente por Katy. Se levantó y dijo que quería dormir. Iria estaba enfadada.
—Decidme cómo Katy ha aguantado tanto a ese tipo, cómo ha permitido que la anule, que tenga baja su autoestima —decía muy enfadada.
—Porque Katy siempre ha tenido la autoestima baja y Luis se aprovechó de eso; ese era su ataque para que ella no lo dejara —le dijo Ana.
—No podía soportar que Katy estuviera con uno que la estaba valorando, por eso planeó todo esto, quería destruir su autoestima —fue Sonia esta vez la que habló.
—Bueno, eso se va a acabar. Os tengo que contar algo, pero no digáis nada: Jamie, en su cumpleaños, le va a pedir matrimonio a Katy —dijo ilusionada.
—Pero ¿cómo si Katy da por sentado que ya no están juntos? —quiso saber Marta.
—Por eso hay que convencer a Katy de que tiene que ir al cumpleaños —le contó Ana.
Quedaban días para el cumpleaños de Jaime. Por consejo de Ana, Jamie no iba a la casa ni llamaba a Katy; le dio su tiempo para pensar en todo, no la quería agobiar, estaba más tranquilo al saber que Ana la iba a convencer para ir a su cumpleaños.
Llegó el día del cumpleaños; Katy se negaba a ir, no tenía ganas de ver a Jamie. Niall estaba intentando hablar con Katy para que fuera, pero ella se negaba.
—Katy, si no lo haces por Jamie, hazlo por su madre; ella quiere que vayas, ya sabe lo que te pasó y hasta que no te vea no se va a quedar tranquila —le dijo Niall.
Al final aceptó, pero por la madre de Jamie; ella se había portado muy bien con ella. Se montaron en el coche rumbo a Dornie. Cuando llegaron, ya estaban allí todos, incluido Sonia y Aiden, que fueron antes. Aileen la vio y enseguida la abrazó, la apartó a un lado; quería saber cómo estaba, pues no la veía muy bien. Estaban en la salita hablando; ella le contó todo, hasta las inseguridades, lo que Luis le decía. Ella la miraba horrorizada y con pena.
—Katy, mi niña, como has dudado del amor de Jamie; él te quiere, doy fe de eso —le decía acariciando la cara.
—Es que cuando lo vi besando a otra y lo que Luis me dijo, me lo creí; siempre me ha hecho sentir que no valgo nada —decía llorando.
La madre de Jaime la abrazó con ternura. Katy, al ver eso, lloró desconsoladamente; necesitaba ese abrazo maternal y Aileen se lo estaba dando en ese momento. Lloró un buen rato. Jamie desde la cocina lo había escuchado todo; le dolía ver a Katy en ese estado, pero lo que más le dolió es que dudara del amor que él siente por ella, pero no la culpó; no solo había un culpable y era Luis.