Donde el desamor me llevó

Capitulo 61

Los meses pasaban enseguida; la boda de Ana estaba a la vuelta de la esquina. Katy ya no recibía más mensajes de Luis;había aprendido la lección.Sabía por su hermana que la madre de Luis iba por ahí contando su versión y haciéndose la víctima.

—Si hubieras visto a mamá poniéndola en su sitio en el mercado, era para grabarlo; lo dijo delante de sus amigas y de gente alrededor. Espero que así se le quite el victimismo —le relataba su hermana.

Katy sabía que esa mujer no iba a cambiar, pero ya le daba igual; tenía otras cosas más importantes que hacer, como preparar su boda con Jamie.

Llegó marzo, el día esperado para Ana. Allí estaban toda su familia y amigos. Ana había invitado también a los amigos de Jamie con los que había conectado. Se casaron en Heidelberg; la boda fue muy bonita. Ana estaba ilusionada; tenía a sus amigas como damas de honor. Jamie, Niall y Aiden miraban con orgullo a sus parejas.

La celebración fue en el jardín del castillo de Ludwigsburg; Klaus le tenía esa sorpresa a Ana, que lloró de la emoción cuando lo vio.

La celebración transcurrió muy bien. Ana estaba feliz, ya que en ese día tan especial estaban sus amigas, sus tres mejores amigas, las que han vivido con ella su aventura en Alemania y que ahora será en otro sitio.

A la hora de tirar el ramo, Ana lo tiró, cayendo en brazos de Marta, haciendo que sus amigos miraran a Niall con risa burlona.

—Ya sabemos quién va a ser el próximo —dijo Malcom en tono burlón, provocando la risa de todos y haciendo que Niall se pusiera rojo. Marta llegó contenta con su ramo; Jamie la felicitó.

—Mi querida Marta, espero que Niall no se tarde en proponerte matrimonio —dijo mirando a su amigo.

—Bueno, Jamie, todo a su tiempo; primero te tienes que casar tú —dijo, guiñándole un ojo.

La celebración terminó tarde; ya en el hotel, Jamie se acercó a Katy, la abrazó por la espalda y empezó dándole besos por el cuello; él sabía que a Katy le encantaba.

—Katy, ¿eres feliz? ¿Estás nerviosa por la boda? —quiso saber Jamie.

—Jamie, ¿por qué me preguntas eso? Soy muy feliz, tú me has dado lo que yo buscaba en una relación. Claro que estoy nerviosa por la boda, quiero que todo salga bien —le dijo mirándolo a los ojos.

—Tendrás una boda perfecta y en la capilla del castillo que más te gusta —dijo antes de besarla.

Se quedaron un día más en Ludwigsburg; Jamie no conocía el sitio y Katy le enseñó lo poco que Andreas le mostró cuando estuvieron un fin de semana. Fueron al castillo; todos se asombraron de la belleza tanto del castillocomo de sus jardines. Le encantó la ciudad. Marta y Katy le mostraron a sus amigos los sitios donde ellas solían ir. En esa semana visitaron varios pueblos.Llegó la hora de irse; Ana se despidió de Katy. Sonia también se iba con Katy; había pedido traslado. Ya estando Ana casada, la casa se le hacía grande y su relación con Aiden iba muy bien.

—Katy, pronto estaré allí para tu boda y tal vez me puedas ayudar a buscar un apartamento. He estado hablando con Klaus y ahora que os vais todas, yo también quiero estar cerca de ustedes —le confesó Ana.

—¿En serio? —Ana, no sabes lo feliz que me harías; sabes la de veces que te he necesitado. Tenerte allí cerca me haría muy feliz —le dijo emocionada—. El día que vayas, me lo dices para hablar con Sam; creo que te dará trabajo.

Se despidieron con un fuerte abrazo; Katy le deseó un feliz viaje de luna de miel. Los demás se despidieron de ella con la esperanza de verse en junio para la boda de Katy.

Los días pasaban deprisa; el trabajo hacía que Katy se relajara un poco. Por suerte, su madre, como prometió, estaba allí ayudándola; tenía también ayuda de la madre de Jamie. Eso hacía más llevaderos los preparativos. Su cuñada Ada se había asignado el trabajo del catering, otra cosa que Katy agradeció. Estando en el trabajo, su jefe la llamó. Sam le aseguró a Katy que cuando su amiga Ana llegara a Inverness tendría trabajo; eso alegró a Ana cuando Katy se lo contó.

Llegó el día tan importante para Katy. Ella estaba en casa de Aileen; Ada y las demás chicas estaban ayudando a Katy a vestirse. Ella observaba a Iria, que estaba un poco rara.

—Iria, te pasa algo, te noto muy rara. ¿Estás bien? —Katy estaba preocupada, de pronto la miró bien y abrió la boca—. ¿Estás embarazada? —preguntó.

—Sí, me he enterado esta mañana, pero aún no se lo he dicho a Malcom. Katy, es tu día y mi momento llegará más tarde —le dijo Iria

Katy la miró, entendió lo que quería decir su amiga. Esa revelación era un momento para los dos. Abrazó a su amiga para felicitarla; las demás también fueron para abrazarla. Terminaron de vestir a Katy, vinieron luego a peinarla y maquillarla.

Salieron de la casa de Aileen. Katy estaba nerviosa; Alex, el padre de Jamie, la estaba esperando en el coche. Se montó con su padre y se fueron a la capilla de Eilean Donan. Katy estaba emocionada pasando por el puente; en un rato llegaría a la capilla y se casaría cerca de su castillo preferido. Ni en sus mejores sueños se iba a imaginar esto.

Jamie estaba en la capilla todo nervioso; Malcom estaba a su lado e intentaba tranquilizar a su amigo. Él sabía por experiencia cómo se sentía. Niall se acercó y también lo tranquilizó. La noche antes había hablado con él; tenía el temor de que pudiera pasar lo mismo cuando lo de Gillian.

—Jamie, todo va a salir bien; las acabo de ver y ya están al llegar. Cuando la veas, vas a llorar de lo guapa que está —le dijo su amigo.

La música sonó, Jamie se puso en su sitio y vio a Katy en la puerta, agarrada del brazo del padre de ella. Se quedó ahí parado; Katy estaba muy guapa con ese vestido. Cuando vio el cinturón con el color de sus antepasados, el clan McGregor lloró. Ese gesto que Katy había tenido no se lo esperaba; su padre la dejó a su lado, Jamie le dio la mano.

—Estás guapísima, ese cinturón es un gesto muy bonito —dijo todo emocionado.




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