¡donde esta mi talento!

¿¡Gallinas?!

Aquel día de junio estaba yo sentada en la sala de mi casa con mi computadora con desorden por todos lados con el cabello desatado y despelucado, pensando, viendo fijamente la pared. Había acabado de hablar con una amiga, ella estaba trabajando y cuando preguntó —¿Qué me cuenta de nuevo? —. Dije:

—Nada —porque era cierto, no tenía un empleo y tampoco era que mi vida fuese emocionante para que pasará algo, no vivía cerca de la ciudad y lo más emocionante que me había pasado hoy había sido que una mariposa entrara convaleciente por la ventana de mi habitación y se hubiera dejado tomar una foto, pero eso no era importante y por supuesto no iba contarle esa historia que carecía de sentido. Aunque si hubiese agregado que la mariposa era anaranjada con pintas negras y que la vez pasada mi tío dijo que esas eran brujas-mariposas, y que lo mencionaba con un aire misterioso asegurando que era cierto, tal vez la historia de la mariposa hubiese sido mejor, pero al final sería igual, carente de sentido y gracia. Así que terminé no diciendo nada, mientras la escuchaba, cuando colgué fue cuando vi fijamente la pared, y pensé, que tenía 20 años, pero me sentía de 50 (si es que eso era posible), pensé también en esa serie que vi donde la protagonista no tenía ningún sueño y me pregunté si ese era mi caso. Quería trabajar en algo, no sabía muy bien en qué, pero quería eso, creo que lo que más me hacía ilusión era la idea de independizarme, estaba pensando en todo eso y más cuando una voz interrumpió mis pensamientos, era mi madre:

—¿A usted que le paso?

—Estoy pensando —dije mientras volvía revisar si me habían aceptado en alguna de las convocatorias —aun no responden del trabajo.

—A mi Lilian le va tocar ponerse a criar gallinas —en ese instante voltee a verla porque bueno… no es que aborreciera totalmente la idea, solo que no me gustaba para NADA esa idea porque aunque comiera pollo y carne, lo cierto era que ver cuando morían los pollos me daban ganas de llorar, aunque lo disimulaba bien y últimamente huía cada que debía ayudar en algo relacionado con el deceso de los pollos, en mi defensa el ultimo me traumo. El caso es que no quería dedicarme a criar nada, así que cuando ella lo mencionó volví a intentar buscar trabajo a como diera lugar.

Había estudiado producción de multimedia, pero desde hacía un año no encontraba ninguna oportunidad, así que estaba en casa de mis padres intentando “descansar” pero este break ya se había tomado demasiado tiempo y entre ir a mi habitación y al árbol de guayabas de enfrente de mi casa me estaba volviendo loca, a veces hablaba con un árbol que sembré cuando recién llegué, cuento esto para que tengas una idea de lo abrumador.

En mi día a día no hacía mucho, porque la naturaleza y yo no nos llevábamos muy bien, cada que tocaba una planta moría o amenazaba con secarse, así que en el jardín de mi madre no podía ni acercarme, igual no era que me hiciera ilusión siempre había gusanos y estos me producían muchísimo miedo así que me confine a mi habitación imaginando que conseguiría un trabajo que me sacará de mi monótona vida, hasta que mamá menciono lo de los pollos, y viendo mi situación sobre todo económica, podría convertirse en una opción

—¿gallinas? —dije tratando de no sonar asustada porque no quería dedicarme a lo de la crianza, aunque no tuviese un sueño de alguna forma me gustaba lo que había estudiado, aunque ninguno en mi casa estuviera de acuerdo, ya que nunca había aportado de ninguna forma a la finca así que era casi un fracaso no dicho.

—Si, por que, qué más —dijo como resignada

—Creo que voy a buscar con más empeño —dije de forma jocosa, pero en mi cabeza había un desmadre.

Seguí buscando algo que me sirviera, que no pidiera toda mi vida de experiencia y me ofreciera un sueldo con el que sobrevivir; pero después de una hora, un tremendo dolor de espalda, mis ojos a punto de dejar de ver y más desilusionada que todos los colombianos cuando le quitaron la corona a su Miss universo, cerré de golpe mi computador y volví al árbol de guayaba que se había convertido en casi que mi mejor amigo, tal vez era adicta a la fruta, pero era lo más cercano que había y tal vez lo único que no había perecido después de mi toque así que me quede sentada, pensando mientras comía mi quinta guayaba, cuando vi que mi tío pasaba silbando y dije:

—Hola tío —se paró y me miró fingiendo seriedad

—Lilian, que hace ahí me asusto —dijo y siguió caminando mientras alegaba sobre yo siempre asustándolo —. deje de aparecerse por ahí como un alma y ¡ah! ya que me acuerdo de contar esas historias que no me dejan dormir, ayer a dura penas pude caminar al baño por…

Su voz se fue desvaneciendo a medida que avanzaba, lo cierto era que le había contado una historia de terror y realmente lo había asustado, aunque de cierto modo no le creía, siempre estaba haciendo chistes.

Me dije a misma que sería la última guayaba mientras miraba una el doble de grande que la anterior, y pensé de nuevo en lo de las gallinas ¡joder! Debía encontrar algo que hacer, mi madre también dijo que entonces emprendiera en algo, pero… en que.

He tenido largas discusiones conmigo misma sobre mi talento, algo que pudiera generar ingresos, pero… nada. Es decir, en todos mis emprendimientos había fallado como cuando intente hacer yogurt y bueno a la hora de llegar la leche, ya se había cortado, para emprender también se necesita ser positivo y según el confiable test de Google yo era en extremo pesimista, así que nos sabía, pensé y pensé cuando de repente se me cayó una guayaba en la cabeza, y no, no me llego ninguna idea como a Newton, lo que paso fue que esta se destortillo toda en mi cabello, ¡diablos! era hora de tomar un baño.

Fui a mi habitación a la cual no podía entrar sin correr el peligro de pisar algo que dañara porque desde hacía más de un mes no me preocupaba por organizarla y había prohibido la entrada a cualquier ser humano, saque mi pijama porque no iba salir más y tome una larga ducha, volví a mi habitación ayude un poco a mamá y evadí el tema de las gallinas, hasta que llego mi hermana de estudiar, cursaba el ultimo año  y odiaba a todos, llego sin saludar y solo torció los ojos cuando me vio como diciendo —Esta hasta cuando se va quedar —se que estaba pensando esto porque me lo ha dicho alrededor de 10 veces la última semana.



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En el texto hay: humor, adolescente, brujas

Editado: 29.08.2021

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