¡donde esta mi talento!

Sobre como los gatos te envían a la cárcel.

Era una celda oscura, fría, irradiaba oscuridad y sentí que calaba mis huesos y si… estaba en prisión… ¿Cómo terminé en prisión con Gael malhumorado? Un policía con demasiado entusiasmo y un sujeto que parecía sacado de una película de pandillas pues todo comenzó así:

Estaba caminado tranquilamente por el pueblo porque decidí que debía salir un poco más, así que fui a visitar a mi buen amigo Gabriel quien trabajaba como barteneder, cuando entre al negocio grite:

—Hola, ¡gente! Ha llegado la espectacular Lilian —hablaba con confianza y entre como diría mi mamá “como perro por su casa” conocía al dueño, Rodrigo, quien también era mi amigo así que entre como si nada.

Caminaba mientras iba dejando mi bolso, y bailaba al ritmo de la música suave que había en el bar, pues dado que era temprano no había mucha gente y podía actuar como loca sin ser juzgada por demasiada gente

Iba buscando con la mirada a Gabriel cuando de repente esa voz a la que ya me acostum-fatidiaba dijo:

—¿Lilian? —dijo confundido, mientras sostenía una botella de vino— ¿qué haces aquí?

—No, tú ¿Qué haces aquí?

Nos miramos fijamente por dos segundos como evaluando la situación.

—¿Trabajas aquí? —finalmente hable primero

—si, no me digas que tú también… —claro que no, pero porque ahora lo encontraba hasta en la sopa (si, eso también es algo que diría mi madre)

 —No, para mi buena fortuna —de solo pensar en pasar mas de dos horas con Gael me daba escalofríos, su cara agria al final se me contagiaría

—Como sea. Entonces ¿me estas siguiendo? —

—¡JA! Clarooo. Mejor dime ¿Dónde está Gabriel?

—¿Por qué?

—Porque los estoy buscando, daaa

—¿Cómo se que no eres una ladrona que busca a mi compañero para asesinarlo?

—idiota

—desde el momento en que te vi creí que eras psicópata —dijo con duda

Se estaba burlando el hijo de…

—¿desde cuando trabajas aquí?

—Hoy —declaró

—tal vez hable con el dueño y diga que el nuevo tiene una cara agria y espanta a los clientes o que ni siquiera lo atiende…

—No lo harías —saaqué mi teléfono y busqué el numero de Rodrigo

Gael tuerce lo ojos y yo marqué:

—¿Hola? ¡Rodrigo! He pasado a visitarte y no estas… —hablé mientras él explicaba que tuvo que salir por negocios a la ciudad.

Gael me miraba fijamente como esperando…

—Si, me he encontrado a tu nuevo empleado, —puse el teléfono en altavoz

—mierda es él —susurró Gael

—¿y que tal? —preguntó Rodrigo —a que es simpático

Se me escapa una pequeña carcajada

—Pues… la verdad —dije

—bien, que quieres —dijo Gael

—…no está mal —hablé unos minuto más y cuelgo

Gael me mira mal y dibuja una sonrisa falsa

—¿Qué desea señora?

—señorita —aclaré

—s-e-ñ-o-r-i-t-a —

—un vaso de agua —

—es en serio—moví mis cejas como diciendo <<vete>>

Mientras Gael se alejaba a traer el vaso de agua observe el lugar, le han hecho remodelaciones, Rodrigo comenzó solo el bar se llama specula y aunque al principio eran unas pocas mesas se ha hecho reconocido en el pueblo y ahora tiene unas bonitas y modernas instalaciones, la ultima vez que había ido no estaba adecuado el segundo piso, el que al parecer se usa para ocasiones especiales.

Mientras observo todo, de pronto la puerta suena con un tintineo y entra un sujeto con tatuajes por todos sus brazos y uno que parece recién hecho que aún tiene cubierto y quedaba en la parte de su cuello.

—buenas tardes —habló con voz desolada

—hola —digo sin prestarle más atención

Gael se acerca con el vaso de agua y lo pone sobre la barra

—¿Qué desea señor? —pronunció con amabilidad al nuevo cliente.

—algo para matar mis penas —dijo casi llorando

¡Wow! Parecía un tipo duro, pero resultó ser todo lo contrario, hoy en la vida de Lilian sobre como las personas no son lo que parecen.

El volumen de la música sube un poco y suena una canción de despecho:

Botella tras botella ando tomando
Pa olvidarme de ella (pa olvidarme de ella)
De ella, de ella nomás hablo
En todas mis pedas (en todas mis pedas)
A mis compas bien hartos traigo ya
Me dicen: "güey, ya la tienes que superar"
Pero yo no puedo (yo no puedo)
Pa ser sinceros, yo ni quiero
Mejor su recuerdo me lo bebo
Los tragos me saben mejor así

El nuevo cliente la canta con sentimiento, casi con lagrimas en los ojos.

Gael le trae un trago unos instantes después mientras el tipo sigue con la cabeza gacha.

—¿Por qué tenía que dejarme?

Entonces Gael susurró:

—No puede ser ahora es cuando comienza a contarme sus penas, creí que eso pasaba solo en las películas

Y entonces tuve una ilusión cósmica, ¡claro! Gabriel siempre tenia historias que contar, por eso me entretenía tan hablar con él porque le contaban historias y de eso se trataba todo ¡ja! Y yo yendo donde brujas locas.

—Tienes esa mirada de loca ¿Qué vas hacer?

—¿Dónde está Gabriel?

—Salió hacer unos pagos, debe estar por regresar —dijo con duda

Me giré hacia el nuevo cliente y dije mientras daba un trago a mi agua:

—entonces… dime ¿Cuál es tu historia? —levantó su cabeza y me miro con ojos duros que luego comenzaron a humedecerse por las lagrimas

—Ella. ella —dijo mientras suspiraba

—es en serio Lilith ahora te tendrá ahí por horas —dijo Gael en voz alta, pero el hombre estaba tan metido en su historia que no creo que lo haya oído.

—¡shi! —lo mire rápidamente —cállate

—…ella dijo que me amaba —pronunció con tristeza —todo comenzó en mayo, yo iba en mi moto cuando de pronto casi la atropello… fue tan romántico.

Lo miro como preguntando ¿eso es romántico?

—quiero decir, no lo hice a propósito y ella no salió lastimada. Lo que pasa es que ella se iba echando colorete en medio de la vía —supuse que hablaba de rubor ¿Qué hacía alguien maquillándose en medio de la calle?



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En el texto hay: humor, adolescente, brujas

Editado: 29.08.2021

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