Ha pasado un tiempo desde la última vez que lo vi, aún recuerdo como me sentía con él, el cómo me hacía feliz, me hacía sentir especial y única. Todo con él era perfecto, pero las cosas no siempre duran y esto me lo demuestra. – La verdad aun lo extraño y mucho. Me sigue gustando su rostro, su voz, todo de él. La verdad si me hacía sentir muy bien, digo, él era el hombre indicado, pero al parecer lo encontré en el momento incorrecto. Siendo sincera ambos lo arruinamos Sara, pero ahora el problema es que ya no se si aún lo amo o si solo es la nostalgia, aunque creo que si se trata de amor. Aunque eso ya no importa, digo, el ya hizo su vida y yo estoy tratando de seguir con la mía, y debo aceptar que cuando uno no está destinado a la otra persona lo único que queda es… es dejar todo atrás y seguir adelante. – digo con un nudo en la garganta y con las lágrimas al borde para que momentos después mi amiga Sara me abrace. Ese fue el momento donde me di cuenta de que aún no había sanado, de que aun dolía y mucho. Me gustaría evitar sentirme como si no hubiera intentado que lo mío con el funcionara, como si yo no hubiera peleado porque saliéramos adelante. Recuerdo el día que terminamos… era de noche, llovía mucho, yo estaba acostada en mi cama viendo el celular y buscando videos para mandarle cuando ese estúpido mensaje llego “Lo siento mucho, sé que esto no lo debería decir de esta manera, pero… siento que esto ya no es lo mismo, esto no avanza y aparte quiero concentrarme en mis estudios, perdón.” Esa noche llore demasiado, al siguiente día cuando me desperté, lo primero que hice fue prepararme un café y ponerme a ver Harry Potter mientras llovía para que minutos después me llegaran a mi celular capturas de pantalla donde él le estaba pidiendo noviazgo a otra persona, vi la fecha de las capturas, eran de un 3 de marzo, en esa fecha el aún seguía conmigo y fue el momento donde descubrí que él me había estado engañando, que me había dejado por otra persona cuando yo desperdicie un año de mi puta vida en el… Y ahí fue cuando lo supe. No solo me dejó. Me engañó. Me usó. Me mintió en la cara todos esos meses que lo esperé, que lo cuidé, que peleé por lo nuestro. Me rompió. — ¿Sabes qué es lo peor? —le dije a Sara esa tarde, la voz hecha un hilo mientras intentaba no derrumbarme otra vez—. Que aún lo extraño. Que todavía me sé de memoria su voz, su sonrisa, la forma en que me acariciaba la espalda cuando no podía dormir. — Ya no estás con él —dijo ella, abrazándome fuerte—. Pero tú sigues ahí. Atrapada. —Sí —respondí sin mirar—. Porque a veces el amor no muere... pero la lealtad sí. Y eso fue lo que me destruyó. Ese fue el puto quiebre Sara, confié en él, le di todo lo que él quería para que al final me hiciera esto… yo no merezco esto, no lo merezco. – No pude contener más las lágrimas y me terminé derrumbando en los brazos de Sara...
Editado: 29.06.2025