Decidida a actuar, llamó a Oriana
Cuando la voz misteriosa al otro lado del teléfono le dijo a la directora que habían visto a Paulina salir por la ventana del gimnasio la noche anterior, Mercedes Hernández no podía creerlo. Paulina era una de las estudiantes más destacadas del instituto, intachable a los ojos de todos. Pero si esto era cierto, la situación era más grave de lo que imaginaba.
Con el ceño fruncido y el corazón latiendo un poco más rápido de lo habitual, Mercedes colgó el teléfono y marcó el número del vigilante de turno, Baldini. **Necesitaba respuestas inmediatamente**. Sin embargo, Baldini no se molestó en contestar la llamada, lo cual enfureció aún más a la directora.
—¿Qué clase de incompetente... ? —murmuró entre dientes, dejando caer el teléfono con un golpe seco sobre la mesa.
Mercedes no tenía tiempo para lidiar con empleados negligentes. Lo que le preocupaba era lo que la llamada anónima le había revelado después. **Habían encontrado una bolsita con polvo blanco en la taquilla de Paulina**. Su mente empezó a atar cabos rápidamente. Si esa información se filtraba, las consecuencias para la reputación del instituto y, peor aún, para la familia de Paulina, serían desastrosas.
Decidida a actuar, llamó a Oriana, la madre de Paulina. No podía permitirse esperar más. Oriana contestó al segundo tono, su voz tranquila y despreocupada al principio.
—Oriana, soy Mercedes Hernández, directora del instituto —comenzó, con tono solemne—. **Necesito hablar contigo de algo muy serio**. Esta mañana hemos descubierto una bolsita con polvo blanco en la taquilla de Paulina.
Hubo un largo silencio al otro lado de la línea. Mercedes podía sentir cómo la tensión comenzaba a envolver la conversación. Sabía que esto **era solo el comienzo de un problema mucho mayor**.
¡HOLA LECTOR@SI TE HA GUSTADO ESTE CAPÍTULO VOTAME!!
Editado: 05.10.2024