¿Tomamos algo?
Oriana estaba terminando de organizar unos documentos en su escritorio cuando Martín se acercó una vez más, con esa sonrisa insistente que ya la ponía de mal humor.
—Oye, Oriana, ¿qué te parece si después del trabajo nos tomamos algo? —dijo Martín, inclinándose ligeramente sobre su escritorio, como si eso hiciera la invitación más tentadora.
**Oriana lo miró con seriedad.** Ya habían tenido esta conversación antes, pero parecía que no entendía el mensaje.
—Martín, te lo he dicho ya varias veces, y voy a ser muy clara esta vez —respondió, con un tono firme y sin rodeos—. **No va a pasar nada entre nosotros**.
Él frunció el ceño, claramente molesto por la respuesta.
—Vamos, no tienes que ser tan borde, solo te estoy invitando a salir... —dijo Martín, como si la cosa fuera inocente.
Oriana suspiró, sabiendo que la conversación iba a escalar si no era aún más directa.
—**Tú estás casado**, Martín. ¿Te acuerdas de eso? Yo no me voy a meter en una situación así, no tiene sentido. Y además, **no me interesa tener nada contigo**. Esta relación no va a ninguna parte, ni ahora ni nunca.
La expresión de Martín cambió de la molestia a la ira en cuestión de segundos. **Se enderezó rápidamente**, y la sonrisa que antes lucía desapareció por completo.
—No tienes por qué hablarme así —dijo entre dientes, su tono ahora mucho más frío—. Solo estaba siendo amable.
—**No, Martín**. No es ser amable insistir cuando ya te he dicho que no. Te lo estoy diciendo con respeto, pero si no lo entiendes, no va a quedar otra que ser más clara. **No quiero nada contigo**.
Martín la miró con furia contenida, su rostro enrojecido.
Sin decir más, se dio media vuelta y salió del despacho de Oriana, visiblemente cabreado, dejando tras de sí una estela de tensión.
**Oriana suspiró aliviada**, pero también frustrada. Sabía que esto iba a generar más roces en el trabajo, pero no estaba dispuesta a ceder ni a soportar más insinuaciones.
Editado: 05.10.2024