¿dónde Te Encuentro?

Nuevos Amigos

Alice

Los árboles coloridos de nuevo, estoy en mi balcón y puedo ver a un tigre bastante grande en un pequeño claro que hay en el medio de este bosque, hay una laguna y varias flores de diversos colores, el tigre esta bebiendo agua y un pequeño pájaro azul se posa en su espalda.

—Me alegra que lo hayas conocido—dice mi hermana se encuentra a mi lado— Él te ayudará, y mucho, solo debes confiar en él.

—¿A quién te refieres?—pregunto intrigada.

—Al chico, ¿Qué no lo recuerdas?—niego con la cabeza—.Lo recordarás, no te preocupes.

—¿En qué me ayudará?

—A encontrarme.

—¿Por qué simplemente no me dices dónde estas?

—¡Ay porfavor! Sabes que no puedo, ellos te lo contarán algún día, tal vez sea cuando cumplas 18, por lo menos, así fue conmigo.

—No lo entiendo ¿Que deben contarme?

No tiene tiempo de contestar ya que se forma un agujero en su pecho, no puede respirar y cae al suelo. No puedo evitar gritar al presenciar tal escena. Al poco tiempo aparece una figura reemplazando la suya, parece humano, pero estoy segura que no lo es. Es extremadamente alto, tiene como tres o cuatro metros de altura y lleva una gabardina negra que le llega hasta los pies, o lo que parece ser sus pies. Tiene los brazos demasiado largos, le llegan hasta los talones y sus sus dedos son largos miden como un metro cada uno, tiene garras afiladas, no puedo ver su cara, lo cubre con un sombrero negro.

Retrocedo instintivamente hasta chocar contra el barandal del balcón, estoy sudando y mi miedo puede notarse a kilómetros. La bestia me pone una de sus garras en el cuello y puedo sentir un hilillo de sangre trazando un camino hasta perderse en mi pecho, me obliga a mirarlo y cuando abro los ojos veo los suyos, son grandes y tienen forma de ovalos, su iris es vertical y también parpadea de esa manera, son de un color rojo sangre e incluso parece que la misma esta rondando por el interior de ellos.

—Está bajo mi cuidado, pero jamás la volveras a ver—dice con una voz terrorífica, y grave, apenas entendible.

De pronto oigo el canto de Lía, hace que la bestia tambalee y caiga dormido. Miro al pequeño pájaro confundida ¿Cómo ha hecho eso?

—Sigues tú—dice una voz masculina, es una voz conocida.

Escucho el cantar del pájaro de nuevo y caigo rendida al suelo.

—¡Basta!—grito al despertarme sudada y enredada entre las sábanas.

Oigo a Tyler subir las escaleras y al abrir la puerta escudriña mi habitación y se acerca a mi, se ve realmente preocupado.

—¿Qué fue eso?¿Estás bien?

—Sí, solo fue una pesadilla—mi voz suena débil por el susto que todavía recorre mi cuerpo.

—¿Qué te sucedió?—pregunta en un susurro y alza mi barbilla para ver mi cuello—Hay un pequeño corte en tu cuello.

—¡¿Qué?!—pongo mis manos por la supuesta herida y el líquido manchar mis dedos. Estoy en shock. Es el mismo lugar en donde esa bestia me puso sus garras. Mi respiración comienza a agitarse y Tyler intenta tranquilizarme.

—¡Hey! Hey, tranquila. ¿Que tal si te das una ducha y cuando desayunamos me cuentas tu pesadilla—asiento ya que no me salen las palabras, en serio estoy conmocionada—. Bien, te espero abajo—sale de mi habitación y cierra la puerta, me quedo sola.

Mientras me ducho me quedo pensando en el sueño ¿Cómo es posible? Es exactamente el mismo lugar. Sacudo mi cabeza para quitarme esas ideas. Solo es mi imaginación, debí haberme hecho el corte con una uña.

Entro a la cocina y veo que en la barra hay dos platos con huevos revueltos y tostadas acompañado con jugo de naranja. Me siento en un taburete esperando a Tyler. Diablos, este desayuno se ve realmente bueno y él no aparece, por un lado es bueno, asi tengo más tiempo para pensar en como contarle lo de los sueños que tuve, desde el principio, o tal vez todo esto sea una locura de mi subconsciente tratando de que no olvide a Lisa, pero jamás la olvidaría y como olvidar a esa bestia, me dijo que nunca la volvería a ver, que estaba con él, bajo su cuidado. No se que pensar, creo que voy a volverme loca si no le cuento todas las teorías que tengo a alguien.

Tyler entra en la cocina ¡Gracias! Mis pensamientos fueron escuchados.

—¿Y bien? ¿Qué has soñado que te puso tan alterada?—se sento frente a mi y da un trago de su jugo.

Le cuento absolutamente todo, lo de los sueños lo de Lía, incluso lo del corte y la bestia. Por cada cosa que voy contando él se va sorprendiendo cada vez más, no se si cree que estoy loca o de alguna forma lo comprende, aunque no se como podría alguien entender todo esto. Termino y lo primero que hace es bajarse del taburete y abrazarme. Definitivamente cree que estoy loca.

—¡Oh Dios! Pensaba que era el único, gracias—acaso está ¿agradeciendome por contarle un sueño? Esperen "pensé que era el único"

—¿A qué te refieres? ¿También sueñas lo mismo?—pregunto sorprendida

—Casi, déjame contarte mi versión— asiento sorprendida.

—Bien, todo comenzó de la misma manera, cuando empecé a superar a Lisa, tuve un extraño sueño. Yo estaba en un bosque frente a dos árboles gigantes que se distinguían del resto por su forma y color. Eran grandes y gruesos, los otros eran normales, por asi decirlo. Intenté caminar más allá, porque lo necesitaba, algo dentro de mi me lo decía. Pero la voz de Lisa me detuvo antes de que pase esos dos arboles gigantes. Me dijo exactamente lo mismo que a ti, que la encuentre, que necesitaba que la encuentre, que la encontremos. Esa misma mañana cuando me desperté Alex me llamo y me dijo que en el zoológico en donde trabajaba había un tigre que se estaba poniendo como loco.

—Espera un momento ¿Por qué te llamo a ti?

—También le pregunté lo mismo, solo me dijo que sintió el instinto de llamarme para que lo ayude—agita su mano para quitarle importancia—. En fín, me dijo que el tigre estaba como loco, tuvieron que ponerlo en una jaula aislada de los demás. Y no acostumbran a hacer eso, lo sabes.



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En el texto hay: hermanos, aventura, magia

Editado: 28.04.2020

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