—Alice— apenas escucho la voz que me llama—. Vamos, despierta— alguien empieza a mover lentamente mi brazo.
Suelto un gruñido en respuesta.
—Vamos, ya oscurecio.
—Prueba otra cosa, Tyler–digo cansad—. Eso ya no funciona.
—Mierda—masculla—. De todas formas, dormir en el sofá no es la mejor de las ideas.
—Es la mejor de las ideas cuando no quieres subir—doy media vuelta y parpadeo un par de veces para acostumbrarme a la luz. Cuando logro abrir bien mis ojos veo a Tyler de cuclillas frente al sillón—. ¿Cuánto tiempo dormí?
Se encoge de hombros—Llegué hace una hora y ya te encontrabas así.
Tomo mi teléfono para ver la hora. Una de la tarde. Lo último que recuerdo antes de que mi cuerpo ceda a las demandas de mi cerebro para descansar es que estaba escribiendo con Will, asi que miro mis mensajes.
Will 11:28 A.M.
Mensaje eliminado
Agh. Odio que hagan eso. ¿Para qué escribes si luego vas a eliminarlo?
—¿Tienes planeado hacer algo—pregunto.
—Si, pero primero, necesito que contestes algo.
—Adelante.
—Me llamaron de la comisaría.
—¿Qué sucedió?—hasta ahora nunca he pisado una comisaría, y tampoco pienso hacerlo.
—Me llamaron diciendo que mi "hermana"—hace comillas en el aire—fue a un lugar donde se hacen remolques y golpeó al sujeto que trabaja allí.
Lo primero que se me viene a la mente es Laila. Siendo sincera, no me sorprende. No es la primera vez que utiliza a mi hermano para que sus padres no se enteren de nada y ella siga siendo un ángel frente sus ojos. Me siento en el sofá en forma de indio y Tyler se acomoda a mi lado mientras sigue hablando.
>>Cuando eso todavía no llegaba a casa, y mi primer pensamiento fue que te mataría si usaste mi auto. Pero en fin, cuando llegué encontre a Laila—se detiene unos segundos y frunce el ceño—. Y también tuve que pagar por su auto porque no traía dinero encima.
—¿A dónde quieres llegar?—¿para qué me cuenta toda una historia antes?
—¿Por qué diablos hicieron dos copias de la llave de repuesto?
Oh, eso, ¿Cómo demonios se enteró?
—¿Cómo—
—No pagué por su auto gratis.
—Maldito traidora—mascullo, más para mi que para él.
—Si, puedo ser muy persuasivo a veces.
—Bien, perdí la llave hace unos días—ni loca le digo que no fue dentro de casa—. Y fuimos a hacer dos copias, por si volvía a pasar.
—¿Pensabas decírmelo algún día?
—En realidad, no—admito finalmente.
Suelta un bufido y se levanta del sillón para dirigirse escaleras arriba.
Mierda.
—Tyler—lo llamó.
Sigue caminando.
—Tyler, porfavor—tomo su mano pero el se deshace del agarre en segundos.
Empiezo a sentir culpabilidad, si se lo hubiera dicho antes estoy segura que nos gritariamos unas cuantas cosas y luego estaríamos bien de nuevo. No quiero volver a estar peleada con él, acabamos de arreglar lo que sucedió ayer.
Tyler entra al estudio y yo lo sigo, cierro la puerta detrás de mi y lo veo apoyar sus manos en un escritorio.
—Tyler—empiezo mientras me acerco hasta donde esta—. No quiero estar peleada contigo de nuevo, lamento no habertelo dicho y no tener intenciones de hacerlo—llego hasta donde esta y lo abrazo por un costado—. Si no te lo dije antes o no tenía intenciones de hacerlo es porque sabia como reaccionarías, y n—
Paro de hablar cuando escucho su carcajada resonando por todo el lugar, me aparto de él y lo veo partiendose de risa y golpeando con su mano la mesa para intentar calmarse. Solo me quedo mirándolo confundida. ¿Acaso fingió estar enojado para molestarme? Pasan varios minutos y el aún no para, si disminuyó la intensidad, pero no para. Me doy por vencida y camino hacía la puerta para salir de allí.
—Espera, Al, no te vayas aún—dice a mis espaldas, por su tono de voz se que todavía quiere reírse, pero se controla.
—¿Ya has terminado?—pregunto con desdén.
—Tenía que fingir, si no lo hacia, no querrías subir.
—¿A qué te refieres?
—Me refiero, a que hoy, querida hermana, te enfrentaras a uno de tus miedos.
—¿Qué.. q-qué dices? Eso no tiene sentido.
—Oh, créeme, lo tiene, más del que piensas—su aspecto cambio, ahora tiene una sonrisa malvada y diversión en sus ojos.
Retrocedo un paso y de pronto él deja de estar frente a mi. ¿Qué es esto?
Un sueño
Siento unas manos en cada brazo que me sujetan, intento voltearme pero el agarre me lo impide. Cuando sube un poco mas sus manos hasta casi llegar a mis hombros las luces comienzan a parpadear y queda oscuro. Sus dedos se dirigen en el comienzo de mi clavícula y dan un ligero apretón, una tenue luz alumbra la habitación, quedandonos así en la penumbra y creando un ambiente lúgubre.
—Dime, Alice—susurra en mi oido, con una voz que causa estragos en cada parte de mi—. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué la dejaste?
No puede hacerte daño, no puede manipularte, no puede obligarte, si estas en un sueño tú mandas en él.
—Vamos Alice, dilo, no puedes negarte a la realidad, por más que intentes siempre estará allí—oigo su voz por todas partes, no se de qué parte proviene y tampoco puedo moverme para averiguarlo.
Mi respiración comienza a agitarse, mi pecho sube y baja a un ritmo descomunal y tengo el corazón en la garganta. Estoy desesperada y aterrada. Se supone que es un sueño, que puedo controlarlo pero cada vez que intento pensar en algo para detener todo esto un dolor mortífero ataca mi cabeza y lo único que lo calma es su voz, torturandome mentalmente.
Intento mover mi cabeza enseguida unas manos la atrapan, impidiendome todo movimiento y me obliga a mantener la vista al frente, a la ventana.
—No puedes huir de la verdad—una voz femenina retumba en la, ahora, silenciosa habitación—. Necesitas de ella, pero también de él. No quieres decírselo. Está frente a sus ojos, solo que es demasiado ignorante como para verla. Tú nublas su visión.
Editado: 28.04.2020