Otro día más ーpensó cuando abrió los ojos. Los días le parecían todos iguales. Descorrió la cortina con bastante rapidez. Miró la habitación con un ojo cerrado y el otro molesto por el cambio de luz. Como siempre ya era medio día. Se aseó y observó el panorama del salón. Buenos días ー dijo. Cogió el libro que anoche estuvo leyendo hasta tarde y ahí pasó el rato hasta el momento de poner la mesa y comer. Era temporada de invierno, su opinión sobre la fruta era muy clara: ーen invierno siempre la fruta es aburrida y cansada ー. Cogió una naranja. La gente común no tenía la suerte de elegir, pero como buen hijo de un Registrador nunca había tenido problemas de dinero y no conocía el hambre. Su hermana apareció por la puerta, siempre bien vestida y con su mal genio y cabeza dura que la caracterizaba.ーAl fin, buenos días. Papá dijo que hoy la sesión empezaba media hora antes. Si de verdad quieres ir, espabila. ーDijo Hara. Le gustaba la gente y la compañía, a diferencia de Dorn aunque al igual que a su hermano no le agradaban los desconocidos. Los entresijos de la política de la ciudad no le importaba nada aunque siempre que salía un tema, se posicionaba de manera fervorosa a favor o en contra. Le costaba cambiar de opinión y no se cuestionaba mucho las cosas al contrario que su hermano. Lucía siempre buena ropa de su elección en la que se gastaba buena parte de sus ahorros y siempre tenía mucho ojo manejando dinero.
Su hermano no tenía tal preocupación. Gastaba muy de vez en cuando, aunque cuando lo hacía, no escatimaba en la cantidad, si lo merecía. Él era mayor y estaba muy al día de las últimas noticias y se interesaba por las leyes y juicios. Solía pasar su tiempo solo leyendo o aprendiendo lo que la biblioteca de la ciudad le proporcionaba. Se interesaba por la magia y el estudio de la naturaleza. ー En seguida voy querida hermanaー dijo con tono pícaro, a lo que la hermana respondió con una mueca. La Corte Olvidada era el edificio donde se reunía la asamblea con el mismo nombre. Notó más movimiento del que era común pero no se preocupó demasiado, hoy se aprobaba la ley de apertura de magia y experimentación. ー Con suerte conoceré a alguien buenoー se dijo a él mismo. Hasta entonces el uso de estas artes estaba prohibido dentro de los muros de la ciudad pero la presión ejercida por Don Alton y el gremio de magia había creado muchos simpatizantes. Realmente era la renovación de los muros y las calles que correría a cuenta del conde y el Magisterio lo que ablandaba a los representantes, aun a riesgo de perder apoyos. Largo tiempo hacía que la ciudad tenía instituciones propias, la Corte con sus representantes, los registradores, los consejeros laborales y por último El Protector. Toda esta independencia venía por la constitución aprobada durante el conflicto entre el rey Runo y su hermano. Quien la aceptara, recibiría el apoyo de la ciudad y el rey ya anciano no había conseguido recuperar influencia aun pasados 40 años. ーAl final has venido, ehー se oyó de fondo. ーHola Moses ー respondió Dorn. ー Creía que la guardia azul protegía a los Registradores en vez de mirar papeles y esas cosas tan aburridas.ー se mofó, pues era raro verle dentro. Moses era un maestro de la espada, gran amigo de la familia y muy fiel a esta. No era de extrañar pues los Registradores tienen derecho a 200 hombres y las cuentas daban 50 a cada uno. Dorn los conocía a todos y a sus familias y tenía buena amistad con la mayoría.ー Estoy adelantando trabajo contigoー replicó riendo. ーCon el tiempo que dedicas a tus libros y papeles no me extrañaría que fueras elegido por la Corte. Además aunque seas bueno con el arco no sirves con la espada, nunca serías parte de la guardia de la ciudad. Tampoco creo que se te hubiera ocurrido hacer magia dentro de las murallas…ー miró al chico con ojos dubitativos. En verdad si lo había intentado con un hechizo de agua para no tener que ir a la cocina desde la biblioteca a buscar. Pero solo había sacado un chorrito que mojó el margen derecho del libro un poco. El libro parecía mojado ya de antes así que en esa ocasión no se desanimó mucho, metió el dedo en el vaso y bebió la poca agua que apareció, la cual desapareció antes de pasar por la garganta. ーNo, no, no ー dijo moviendo la cabeza. ーVamos rápido, pues 31 están reunidos y los guardias púrpuras no nos dejaran entrar si ha empezado ya. ー Entraron a la gran sala. A la izquierda había una gran mesa de madera elevada por un bloque de piedra y la derecha unas gradas de piedra cubiertas por baldosas. Dorn siempre tenía miedo de que se hundieran, pues se veían viejas y desgastadas. Todos estaban en sus sillas. Su padre estaba a la derecha en la parte más baja, que estaba a la altura de la mesa. El Registrador del área sur estaba a su lado y los del oeste y norte a la izquierda de la fila de sillas, girados ligeramente hacia la mesa pues la grada era recta y el bloque donde reposaba la mesa no estaba centrado. En la mesa se sentaba El Protector, actuando de árbitro como marcaba la constitución. El cargo tenía mucho poder para ser único. Tenía derecho a 300 guardias de los 1000 que componían la guardía de la ciudad, podía vetar 4 leyes durante 1 año cada legislatura, su cargo como el de Registrador era vitalicio pero eligiendo sucesor y su voto era el de desempate. ー Por favor tomad asientoー dijo un hombre de cara dura y mayor pero tranquilizadora. La gente invitada tenía sillas de madera sin brazos y taburetes debajo de la grada. Nada que ver con las lujosas sillas acolchadas del resto de representantes. ー Empecemos ー dijo haciendo una señal a los guardias de la puerta que la cerraron enseguida. ー Yo Belfor Malmon, doy comienzo a la decimonovena sesión del segundo semestre del año. El orden del día es, ver si el culto oscuro que se hace llama Kron es perjudicial para la ciudad a raíz de su reciente y fuerte aparición; la ley de magia y experimentos para permitir que se realicen dentro de los muros; el diseño de las nuevos muros; encargado para el plan de pavimentación de la calle nueva para mayor fluidez del comercio; y por último el nuevo jefe de la guardía de la corte y decidir si los representantes deben tener guardias asignados. ー El Protector parecía cansado al leerlo. Estuvieron hasta la hora de comer, cuando abandonaron la sala.