El día siguiente, mientras desayunaba en la gran sala del palacio, mi mirada se posó en el periódico que Lord Sinclair tenía en sus manos. Lo observé de reojo mientras hojeaba las páginas con expresión seria.
De repente, mis ojos se abrieron con asombro y horror cuando vi lo que había en una de las páginas: un anuncio de compromiso entre Lady Anne Huntington, condesa de Glenworth, y el conde de Harrington.
"¿Cómo osas hacer esto sin mi consentimiento?", le pregunté a Lord Sinclair, tratando de contener mis emociones.
Él me miró con frialdad. "He actuado en el mejor interés de la casa de Glenworth. El conde de Harrington es un excelente partido para ti y asegurará nuestra prosperidad".
"No me importa lo que creas que es mejor para Glenworth", le respondí con voz temblorosa. "Mi corazón le pertenece a otro, y no me casaré con alguien que no amo".
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Editado: 03.08.2023