Drac ©

12

DRAC©
Capítulo 12

Mamá frunció el ceño mientras me observaba con atención. Juego con mis dedos debajo de la mesa mientras siento como mi corazón late a la velocidad de un vértigo. Estaba realmente nerviosa.

—¿De qué hablas, Amber?

—Días después de que tu y Hachi se fueron, yo...—observé un punto fijo en la pared mientras todos los recuerdos venían a mi cabeza—Yo conocí al posible asesino de mi padre.

El ceño de mi madre se frunció aún más de lo que ya estaba.

—¿Posible?—achicó sus ojos mientras dejaba el vaso sobre la mesa y colocaba sus manos en sus caderas.

Respiré profundamente. Tenía que decirlo, no entendía por qué demonios se me estaba haciendo tan complicado.

—Conocí al asesino de mi padre, mamá—me levanté de la mesa mientras colocaba mis manos sobre mi rostro—Conocí al maldito que acabó con parte de nuestras vidas—Y me he besado con el. Maldita sea. No podía decirle eso.

—Dime que todo lo que estas diciendo no es una maldita broma—Negué con mi cabeza y mamá entre cerró sus ojos—¿Fuiste a la policía? ¿lo denunciaste? ¿Qué diablos pasó, Amberlee Mariette Sullivan?

Me senté en el sillón mientras Hachi se acostaba a mi lado, se había despertado gracias a los gritos de mamá.

—Fuí a la policía—confesé mientras dejaba salir otro suspiro. La miré—Pero no pueden hacer nada.

Mamá tiró el vaso al suelo, haciendo que éste se quebrara en pedacitos.

—¿Cómo que no pueden hacer nada?—caminó de un lado a otro—¡Son la maldita policía!

—¡Cálmate, mamá!—coloqué mis manos en sus hombros mientras la obligaba a mirarme—Se nos ocurrirá algo, te prometo que haremos que pague, lo prometo.

Mamá asintió intentando calmar su respiración. Hasta Hachi se había puesto nervioso por la actitud de mi madre y empezó a aullar. No era un lobo pero el al parecer fue lobo en su otra vida, así que aullaba.

Después de eso, mamá se fue a dormir en mi habitación. Genial. Me tocaba el sofá. Cerré mis ojos pero no lograba conciliar el sueño. Sentía una mezcla de sentimientos en mi interior no sabía si había hecho bien en contarle a mi madre que Drac había asesinado a mi padre. Pero lo hecho esta hecho, sin arrepentimientos...por ahora.

Un rayo de luz se asomó a través de mi ventana. Odiaba las mañanas. Cuando me levanté mamá ya estaba lista para salir a algún lado, me llamó la atención ya que no conocía a nadie en la ciudad.

—¿A dónde vas, mamá?—mi voz había sonado ronca y somnolienta.

Mamá le dió un mordisco a su tostada y luego limpió su boca.

—Iré a ver a un abogado. Ese tal Drek tiene que pagar—murmuró decidida.

—Es Drac—la corregí—Pensé que iríamos juntas.

—Preferiblemente no. Estas cosas no son de niños, Amber. Ya no son caricaturas, ni problemas de acné, esto es la vida real, no creo que puedas lidiar con eso.

Por un momento me sentí ofendida de que siguiera creyendo que no podía con este tipo de problemas. Pero quizás ella tenía razón, quizás esto era más de lo que podía soportar.

—Nos vemos. Dale a Hachi de comer—cerró la puerta y desapareció.

Observé la mitad de la tostada que había quedado en su plato, me la llevé a la boca mientras mi cuerpo se sentía adolorido por dormir en un sofá. Caminé hasta mi habitación pero me detuve cuando sentí algo pegajoso y húmedo en la planta de mi pie.

—¿En serio, Hachi?—el muy descarado sólo movió su cabeza y pasó por mi lado—Que asco.

***

—¡Tenemos que ir de compras esta tarde!

Observé a Barbara mientras hablaba y hablaba sin tener compasión de nadie. Un grupo de chicas entregaban invitaciones para la fiesta de una chica llamada Maddison. Barbara odiaba a esas chicas pero amaba las fiestas así que me estaba obligando a ir con ella.

—¡Venga hombre!—me observó mientras caminaba en reversa—¿Prefieres quedarte toda la noche escuchando los lamentos de mami Cris o prefieres venir con tu mejor amiga a una mega fiesta?

—Ni una... —la moví antes de que chocara con una chica que apenas había visto—Ni la otra. Además, pensé que odiabas a Maddison.

Ella torció sus labios.

—Si—me observó pensativa—pero amo más las fiestas. ¡Solo una hora, anda!

Asentí finalmente.

—¿Te he dicho que eres la mejor? 
—Lo sé—ambas reímos.

Cuando llegué al apartamento, lo conseguí hecho un completo desastre. Detrás de mí, llegó mi madre con una gran sonrisa en su rostro que se borró al ver el desastre que Hachi había provocado.




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