Drac ©

17

DRAC©
Capítulo 17

DRAC

Cuando salí del hospital junto con Derek, Sullivan había desaparecido. Jamás pensé que esa chica ojos cafés que lloraba en un rincón tendría los cojones de hundirme. Recuerdo perfectamente su cuerpo temblando debajo del mío, evitando mi mirada a toda costa mientras sus vellos se erizaban.

Más te vale aprovechar esta segunda oportunidad

Vaya que la ha aprovechado. El carácter de Sullivan era estresante y me cansaba hasta los huevos su manera de ser. Terca, desafiante, insistente y valiente, eran los adjetivos que usaría para definirla, además que tiene una gran destresa para hacerme enojar fácilmente.

Derek me ayudó a bajar del auto, tenía varias heridas que en unas cuantas semanas sanaran. Me apoyé de su cuerpo para caminar hasta mi apartamento, subimos por el ascensor el cuál tardó más de lo que debía, maldito ascensor de mierda.

Cuando abrimos la puerta, me ayudó a recostarme en el sofá.

—Me siento una mierda inútil—le confesé, mientras el acomodaba los cojines detrás de mi espalda.

—¡Venga, Drac!—se burló—Dame el honor de ser tu sexy enfermera.

Me guiñó un ojo y yo bufé mientras encendía la TV.

Una chica salió de la cocina, traía una ropa muy grande y sus ojos lucían cansados, varios moretones cubrían su rostro junto algunas partes de su cuerpo.

—Drac—murmuró ella con sorpresa.

Alessia.

—Bueno oficialmente te presento a mi hermana—Derek abrazó a Alessia por detrás de su espalda y ella esbozó una sonrisa.

—Se parecen una mierda—comenté, elevando la comisura de mis labios.

—¿Gracias?—Alessia torció la boca mientras Derek estallaba en una carcajada a su espalda.

—Déjalo, Ale—Derek, la soltó mientras se sentaba a mi lado—El es así siempre, tendrás que acostumbrarte a soportar su vocabulario.

Me reí sarcástico y intenté golpearle el hombro, pero Derek se giró y fallé.

—No vengas a hablarme de malos vocabularios—comentó Alessia con diversión—Si mal no recuerdo tu vocabulario es una mierda.

Derek y yo nos miramos entre ambos.

—Me cae bien la pequeña, Hale—dije irónico.

—Bienvenida a la familia, hermanita—Derek sonrió al igual que su hermana.

...

Logré levantarme del sofá, caminé hasta la cocina para encontrarme con una heladera vacía, tomé una cerveza y la abrí. 
Había pasado una semana desde que salí del hospital, mi cuerpo ya no dolía casi, sin embargo algunas heridas no sanaban aún, el sonido de la puerta me distrajo. Caminé hasta la puerta y la abrí, Derek apareció detrás de esta.

—¿Has logrado levantarte?—preguntó burlón mientras pasaba por mi lado.

—Aún en silla de ruedas podría partirte la cara, Derek.

El alzó sus manos en señal de rendición y se sentó en el sofá.

—Debemos hablar sobre algo, aprovechando que Alessia no está.

Asentí con mi cabeza mientras me recostaba de la pared para poder observarle.

—Günter está desaparecido, Drac.

Me encogi de hombros mientras le daba un trago a mi cerveza.

—¿No notaste algo cuando rescatamos a Alessia?

—No—Derek se levantó—Ve al punto, Derek.

—¿No te parece que todo fue muy fácil?

En realidad si lo había pensando. Günter pudo haber acabado con nosotros en un instante, sin embargo, no lo hizo, pudo haberme asesinado pero tampoco lo hizo.

—¿Qué crees que esté tramando?—le pregunté mientras lo observaba.

El negó con su cabeza mientras observaba a través de la ventana.

—No lo sé—respondió—Pero no creo que sea nada bueno.

AMBER SULLIVAN

Barbara observaba a Gael desde su lugar. La motocicleta de Gael subía y bajaba con rapidez, se había curado rápido de su último accidente.

Mi mente no dejaba de recordar la mirada de Drac cuando le dije que había logrado abrir un juicio en su contra. No entendía porque sentía que estaba haciendo las cosas mal cuando en realidad no era así.

Mi padre estaría muy decepcionado de mi, siempre había intentado hacerme fuerte, valiente y a pensar con la cabeza fría, pero esta Amber no era ni la sombra.

—¿Estás bien?—inquirió Barbara, observándome desde su lugar.

—Si—observé mis nudillos—solo estoy nerviosa.

Jamás había manejado una motocicleta antes, Gael se había ofrecido a enseñarme.

—¡Vamos chica!—exclamó dándome aliento—¿Dónde esta esa Sullivan, con los ovarios en su lugar que conozco?

Subí la comisura de mis labios en una sonrisa mientras me ponía de pie. Gael se bajó de su motocicleta y me tendió un casco.




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