Drac ©

32

DRAC©
Capítulo 32

AMBER SULLIVAN

Mis dientes tiritaban debido al frío que me congelaba hasta los huesos, coloco mis dedos alrededor de la pequeña taza con un jeroglífico como diseño, para calentar mis manos. Mi naríz estaba roja, no sabía muy bien si era por el frío o porque tenía una semana entera llorando.

Después de lo que había pasado en el maldito club con Drac, no le había vuelto a ver. Tampoco quería verlo. Todo era cuestión de tiempo para que me acostumbrara al hecho de no estar junto a él. Me sentía utilizada, le había confesado lo que sentía por el y en cambio él se burlaba de mi a mis espaldas con la hermana de su mejor amigo. Era una tonta, de eso no había duda.

Observo mi teléfono para ver la hora, se supone que hoy había quedado en encontrarme con la ex novia de papá, Grace. Dejo la taza sobre la encimera y me dirijo al baño para darme una corta ducha, con éste clima solo provoca dormir.

Observo el cielo que se ha tornado grisáceo y triste, las nubes oscuran advierten sobre la tormenta que pronto se desatará. Enciendo el auto y conduzco hasta el apartamento de Grace. Ella había insistido con vernos en su casa para tener así más privacidad, parecía importante lo que tenía que darme o decirme. Cuando estoy frente a su edificio, apago el vehículo y dudo en bajar del auto, pero finalmente lo hago. Presiono el botón que abre la puerta y ésta se abre, haciendo un gran estruendo. Lo ignoro, pasando a través de la abertura y marco el botón del ascensor. Una leve música me indica que el ascensor ha llegado. Entro en el y en cuestión de segundos, estoy en la dirección que me ha dado frente a una moderna puerta de madera oscura. 

Golpeo la puerta con mis nudillos, la madera está fría contra la piel de mis dedos. Espero durante unos cuantos minutos, quizás está en el baño o quizás no está. Toco de nuevo pero esta vez más fuerte para asegurarme de que ésta vez me escuche, pero nada. Todo continúa en un estado de silencio. Me giro sobre mis talones, para irme cuando un sonido proveniente del apartamento de Grace hace que me detenga. Es el campanear de un teléfono, achico mis ojos y meneo la cabeza. Vuelvo mis pies hacia la puerta y sin estar muy segura, tomo el pomo de la puerta entre mis manos, éste está frío, lo giro sin la esperanza de que pueda abrirse pero para mi sorpresa, ésta accede.

La puerta se abre lentamente ante mis ojos. Sin pensarlo mucho, entro al apartamento, todo parece estar en orden, el teléfono sobre la mesa de mármol suena y la vibración que este mismo produce, provoca que se deslice. Continuo avanzando sientiendo como mi corazón se infla y desinfla rápidamente apretado dentro de mi caja torácica, aporreando mis pulmones. La puerta de una habitación se encuentra abierta, no es un apartamento muy grande, solo parecen haber dos puertas aparte de la sala-comedor que he dejado a mis espaldas.

Con mis dedos temblando, entro a la habitación en la cual la puerta está de par en par. Una cama con sabanas desordenadas se esparcen ante mis ojos, mis zapatos encuentran algo húmedo en el suelo, agua, el agua emerge de una puerta que se encuentra adentro de la habitación, camino hasta ella y la abro.

Mi boca se abre con sorpresa cuando mis ojos se encuentran con el cuerpo inerte de Grace dentro de una bañera, su cuerpo está pálido sumergido en el agua que cubre su rostro. Mi corazón golpea dentro de mi pecho con la fuerza de un montón de caballos. 
—¡Oh por dios!—un grito ahogado se escapa de mi boca.

Con mis manos temblorosas busco en los bolsillos de mi sudadera, mi teléfono. Mis dedos apenas reaccionan ante mis ordenes, marco el número de emergencias y lo llevo a mi oreja. 
Tarda unos cuantos minutos en atender.

—¿Hola, cuál es su emergencia?—murmura una voz femenina en la línea.

—Yo...hay una persona muerta...está...

—Mantenga la calma y dígame su dirección en éste momento.

—Norwich, edificio de galería, departamento 32 B.

—En unos momentos estaremos allá.

La línea se corta y dejo caer mi teléfono al suelo. Una capa de sudor frío cubre mi cuerpo, me acerco hasta Grace con la esperanza de que pueda continuar viva y la saco de la bañera, sus labios se encuentran morados y entreabiertos, la sacudo por los hombros para lograr sentarla en la bañera, tiene su ropa puesta lo cual me parece extraño, coloco mis manos debajo de su pecho en un intento de aplicarle alguna maniobra. Aprieto mis manos cerradas con fuerza sobre su pecho, empujo con fuerza tratando de que su corazón vuelva a latir, mido su pulso para comprobar pero nada, no hay pulso, continuo golpeando su pecho con desesperación mientras algunas lágrimas nublan mi vista.

—¡Vamos, Grace. No te rindas!—le suplico con la voz cortada.

Sigo aplicando fuerza pero nada sucede. El sonido de la puerta de la habitación me hace dar un respingo en mi lugar mientras mi cuerpo continua de cuclillas al lado de la bañera. Unos cuantos hombres y mujeres entran con una especie de camilla portátil en sus manos, la rubia me sacude de los hombros gritando unas cuantas cosas que no soy capaz de escuchar, todo pasa muy lento frente a mis ojos, no escucho, no siento, no logro gesticular ninguna palabra pues todo se había congelado para mi. Un chico alto y moreno me saca de la habitación con una cobija sobre mis hombros. Una luz cegadora penetra mis ojos con fuerza, haciendo que deba cerrarlos.




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