Dragones Gemelos

Entrenar más que el cuerpo.

La mañana del sábado llegó, para cuando Nami se levantó Ellen ya estaba cocinando el desayuno, Nami se puso los calcetines y al levantarse el camisón le cayó hasta las rodillas, caminó hasta la cocina guiada por el olor de la comida de Ellen. 
Nami: Buen día. 
Ellen se giró sin interrumpir su actividad de batir algo que Nami no alcanzaba a ver. 
Ellen: ¡Buen día! ¿Cómo dormiste? 
Nami: Como una persona normal, esa pregunta es tonta. 
Ellen: Ja, ja… Sólo me preocupaba, si no te gustaba para cambiar las cosas. 
Nami: No, tranquila, está bien. 
Ellen: Me alegra, ¿Quieres algo? Digo, tienes tiempo antes del desayuno, deberías tomar un baño… Apestas. 
Nami: Está bien que estemos de amigas y eso… Pero no exageres. 
Ellen: ¿A-Amigas? 
Nami se ruborizó dándose cuenta de su error. 
Nami: Digo… Que estemos sin pelear, tú entiendes ¿Cierto? 
Ellen: S-Sí, creo. 
Nami: Yo… Iré a bañarme, apesto ¿Cierto? Nos vemos en el desayuno, bye… 
Nami corrió fuera de la cocina, Ellen se quedó pensativa. 
Ellen: Se puso nerviosa. 
Voz: ¿Tú crees? 
Ellen se sobresaltó casi derramando lo que batía, se giró para mirar a Arashi sentada en una encimera junto al lavaplatos. 
Ellen: H-Hola. 
Arashi: Hola Ellen. 
Ellen: Me asustaste. 
Arashi: No creí ser tan fea. 
Ellen: Ja, ja… Agradece que no grité o Nami ya estaría aquí. 
Arashi: Igualmente no me vería. 
Ellen: Oh… Y… ¿Qué haces aquí? 
Arashi: Tú deberías saber, tú me llamaste. 
Ellen: No recuerdo haberlo hecho… Al menos no conscientemente. 
Arashi: Exacto… Me llamaste porque quieres saber qué pasa con Nami. 
Ellen la miró con sorpresa por un segundo antes de volver a su labor. 
Ellen: ¿Y qué pasaría si dijera que sí? ¿Sabes la respuesta? 
Arashi: Sé muchas cosas. 
Ellen: Eso no responde. 
Arashi: Lo sé, y la respuesta es sí, sí lo sé. 
Ellen: Pero no me dirás, ¿Cierto? 
Arashi: Vaya que eres lista, eso explica tu promedio perfecto. 
Ellen: Astucia e inteligencia no van siempre de la mano… Pero bueno, ¿Puedo hacer algo por ella? 
Arashi sopló algo de vapor. 
Arashi: Buena pregunta, y eso sí lo responderé, sí, sí puedes, pero… No debes, estás bien encaminada con la ruta que llevas, cuando las cosas se den, ella te dejará avanzar… Y cuando se así tendrás a una persona realmente incondicional junto a ti. 
Ellen: Es… Un agrado saber eso, me ayuda a relajarme. 
Arashi: Para eso estamos. 
Ellen: ¿Estamos? 
Arashi: Ups, creo que se acabó mi tiempo, nos vemos en otra ocasión, adiós… 
Arashi desapareció como apareció, Ellen quedó completamente desconcertada. 
Ellen: Y eso… ¿Qué fue? 
Ellen sacudió la cabeza y se centró en lo que hacía. 
Ellen: Debo terminar el desayuno. 
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Ellen miraba la televisión muy concentrada mientras Nami tomaba su taza de té. 
Ellen: ¿Alguna vez te has enamorado? 
Nami casi tiró su taza ante la sorpresiva pregunta de Ellen. 
Ellen: Perdón, ¿Te asusté? 
Nami: ¿A qué viene esa pregunta? 
Ellen: Sólo me preguntaba, digo… Quería conversar un tiempo, ya que tengo todo el día libre. 
Nami suspiró. 
Nami: En la comunidad… Hubo un chico que me gustó… Pero nuestros caminos se separaron y lo último que supe es que él murió. 
Ellen: Oh… Yo… 
Nami: No lo sientas, no cambiará nada, lo único que queda es avanzar y no mirar atrás. 
Ellen: Creo que eres más fuerte que yo… Emocionalmente hablando. 
Nami: ¿En qué no soy más fuerte? 
Ellen: No lo sé, pero… Hablando sobre eso… Deberé aprender a pelear de manera correcta… Si es que tengo que llegar a defenderme digo… 
Nami la miró pensativa, luego de unos segundos suspiró molesta. 
Nami: La verdad… Es que hay mucha sombra suelta… Así que sí debes aprender a pelear… Sin embargo, yo no soy maestra en combate sin armas, así que tengo una idea. 
Ellen: ¿Qué eran las “Sombras”? 
Nami: Las sombras de Orose, los fanáticos que quieren matarte, todos los seguidores de Orose, te lo dije. 
Ellen: Oh, sí, lo recordé… Aunque no fuiste tan explícita, ¿Y cuál es tú idea? 
Nami: Iremos de visita a un lugar, espero que no te moleste, pero si quieres aprender, debemos ir todo el fin de semana. 
Ellen: Uh… Yo… 
Nami: No te diré dónde iremos, pero es seguro, créeme. 
Ellen la miró y sonrió. 
Ellen: Si me pides creerte, lo haré iremos, supongo que partiremos después del desayuno así que me apresuraré. 
Nami la miró mientras esta volvió a mirar la televisión con una mirada confiada. 
Nami: Ellen… 
Esta la miró y Nami bajó la mirada avergonzada. 
Ellen: ¿Uh? 
Nami: N-N-Nada… Lo siento. 
Ellen: Oh… Yo… 
Nami tomó su plato y se levantó en silencio, Ellen se dio cuenta que era mejor guardar silencio. 
Ellen: No hacer nada. 
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Ellen y Nami habían subido a un bus hace poco, lo único que Ellen pudo saber es que iban fuera de la ciudad, se acomodó en el asiento y suspiró. 
Nami: ¿Sucede algo? 
Ellen: No… Sólo quería relajarme. 
Nami: Yo pensé que estarías preguntando dónde iremos. 
Ellen: La verdad… Estoy impaciente por saber, pero no quiero molestarte así que prefiero ignorar mis instintos. 
Nami: Te controlas bien… Bien, así tengo menos que explicar. 
Ellen asintió y miró por la ventana, las caras, letras y edificios pasaban a un ritmo algo aburridor por fuera, Ellen se apoyó en la ventana mientras se relajaba. 
Nami: Erick. 
La voz de Nami arrancó a Ellen de su relajado pensar. 
Ellen: ¿Eh? 
Nami: Erick… Así se llamaba… Él. 
Ellen empezó a repasar todo en su cabeza para recordar de qué hablaba, hasta que se detuvo en la conversación de la mañana. 
Ellen: Oh… El chico que… 
Nami: Lo conocí el día en que Axel… Abandonó la comunidad, mientras corría llorando choqué contra él, él se levantó y me ayudó a levantarme, luego me fui corriendo y él me siguió, no tenía amigos ni nada, me pareció simpático y empezaron nuestras juntas. 
Ellen escuchaba atenta, Nami se estaba sincerando así que sabía que debía hacerlo. 
Nami: Él tuvo que irse, me prometió volvernos a ver… Pero lo último que supe es que se murió… Y jamás lo volví a ver. 
Nami dijo lo último con cierta ira contenida en su voz, Ellen sólo mantuvo silencio, respetuosa, Nami volvió a la seriedad acostumbrada. 
Nami: ¿Y tú? Aparte de Axel, ¿Nada? 
Ellen: No, en verdad… En mi antigua escuela… Tenía promedio perfecto y mi intelecto espantaba a la mayoría. 
Nami la miró. 
Nami: Noto cierto tono de mentira en tu voz. 
Ellen se mordió el labio. 
Ellen: Vale… No le agradaba a nadie, no sé porque, si tenían una oportunidad de humillarme, lo hacían, así fue desde el primer grado, hasta que estallé, hace casi dos años creo, la chica que me había tomado como su rival se acercó a mí como acostumbraba, no recuerdo que me había sucedido y tenía un mal humor, la chica alcanzó a decir una palabra insultante antes de que le rompiera la nariz de un puñetazo, tuve que salir corriendo ante el asombro de todos… Claramente me dieron la opción de mentir y quedarme en la escuela, pero haberme descargado después de tanto tiempo se sintió tan bien, que dije la verdad y me expulsaron, luego de un tiempo me vine aquí y bueno, lo demás debes saber algo ya. 
Nami la miraba atentamente. 
Nami: Así que no tenías amigos tampoco. 
Ellen: No, aquí ya hice, gracias a Axel conocí gente nueva y me abrí a las personas, soy presidenta de un grupo de estudio que son como veinte personas… No sé lo terrible que será que me pregunten por él desde el lunes. 
Nami: Oh sí… Ellos, ya se pasó el rumor de la muerte, se dijo que murió en un accidente con un auto, enterraron una ilusión porque el cuerpo de Axel se lo llevaron las sombras como premio y bueno… Tú sobreviviste de suerte… Sólo para que veas lo que hace la comunidad. 
Ellen: Entiendo… 
Ellen se apoyó melancólica contra la ventana, la mención de Axel le dolió al pensar que no estará más ahí. 
Nami: ¿Q-Q-Quieres…? 
Ellen miró a Nami esta estaba nerviosa y ruborizada. 
Ellen: ¿Qué? 
Nami: Y-Y-Yo… Ellen... Yo y Ellen… 
Nami estaba cabeza gacha y sus manos apretaban sus pantalones muy fuerte. 
Ellen: N-Nami… 
Nami estaba trabada repitiendo sólo “Yo” 
Ellen: ¿Nami? 
Nami: Yo… Yo… Yo… 
Ellen: ¡Nami! 
Nami la miró algo molesta. 
Nami: ¡Estoy tratando de decir algo! 
Ellen sonrió. 
Ellen: Tranquila, soy sólo yo… Sea lo que sea que quieras decirme, tranquila. 
Nami la miró sonreír y trago saliva. 
Nami: Gracias. 
Nami tomó una de las manos de Ellen y suspiró. 
Nami: Ellen… 
Ellen: ¿Uhm…? 
Nami: ¿Quieres ser mi amiga? 
Ellen la miró confundida. 
Ellen: ¿Eh? 
Nami: Sé que es difícil y además muy pronto para eso, pero… Has sido tan amable conmigo… Que tal vez podamos intentar algo… 
Ellen: No sé que decirte, sí quiero ser tu amiga, más que nada en este instante, pero… ¿Estás segura de que quieres tener una amistad con una mimada y tonta como yo? 
Nami gruñó molesta. 
Nami: Sé lo que dije no necesitas recordármelo. 
Ellen: No lo digo por recordártelo, es que yo sé que hay veces en las cuales puedo llegar a ser muy tonta y veces en las cuales puedo ser muy mimada, de verdad y creo que eso… Te molestará y no me gustaría decepcionarte y luego perderte… No creo poder soportarlo. 
Ellen dijo esto intentando no romper en llanto, Nami la miró y rió. 
Nami: Tonta… 
Ellen la miró, Nami le tomó la mano firmemente. 
Nami: Si soy tu amiga… Lo seré con tus defectos y virtudes, porque te pedí ser amigas, eso incluye todo de ti… No sólo un parte… ¿Quieres ser mi amiga o no? 
Ellen sonrió y habló. 
Ellen: Sí, sí quiero. 
Nami sonrió. 
Nami: Bien, pero sin abra… 
Dijo antes de que Ellen la abrazara, Nami enrojeció como un tomate. 
Nami: Yayayaya. 
Nami la apartó rápidamente, Ellen sonrió contenta. 
Nami: Bien… Ejem… Ya… Es todo. 
Ellen: Bien, no te molestaré hasta que lleguemos. 
Nami: Eso es bueno. 
Ellen se apoyó contra la ventana alegre y miró hacia afuera suspirando. 
Ellen: Sí, bueno… 
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Las dos bajaron y el bus partió, había sido una hora de viaje, Ellen comenzó a estirarse mientras bostezaba. 
Nami: Eres irrespetuosa. 
Ellen: ¿Eh? ¿Con qué? 
Nami suspiró y dio un paso al frente. 
Nami: Mi casa.  
Ellen miró hacia el frente, en medio de un gran jardín estaba una especie de escuela, arquitectura antigua, pero perfectamente cuidada, varias fuentes adornaban el jardín por el cual varios monjes vestidos de blanco caminaban en los alrededores, Ellen miró todo sorprendida. 
Nami: Que no te ciegue la belleza, es un horror vivir aquí. 
Ellen: Siento cierta molestia. 
Nami gruñó solamente y caminó por el camino de piedra que llevaba hacia el edificio, ambas entraron y dentro la decoración era muy sobria, candelabros de cristal, piso de madera barnizada, alfombras blancas con adornos dorados como si nunca nadie los hubiese pisado. 
Ellen: Es tan limpio. 
Nami: No te enganches. 
Ellen: Es que… 
Las dos llegaron a una especie de recepción, Nami le habló a la mujer que estaba conversando con alguien por teléfono. 
Nami: ¡Oye! Rápido, quiero a Shady. 
La mujer miró a Nami algo molesta. 
Mujer: Estoy ocu… 
Alcanzó a decir antes de que Nami le cortara la cabeza, Ellen miró con horror cómo la cabeza de la mujer cayó al piso y el cuerpo quedaba sobre la silla en la que estaba sentada. 
Nami: Que molesta. 
Ellen: A… A… A… 
Voz: Eres tan molesta Hazachi. 
Ellen miró hacia todos lados, pero no encontró la fuente de la voz, quedó paralizada al ver el cuerpo de la mujer tomar la cabeza con ambas manos y la cabeza hablar hacia Nami. 
Cabeza: ¿Qué quieres Nami? 
Nami: Shady. 
Cabeza: Está entrenando novatos. 
Nami: ¿Ves? No costaba tanto. 
La mujer puso su cabeza de nuevo en su lugar.  
Mujer: Ahora no podré almorzar gracias a ti… ¿No tenías una tarea? 
Nami: Sí… Aquí está. 
Nami dejó ver a Ellen, esta estaba paralizada ante la situación, la mujer se escandalizó y se arrodilló. 
Mujer: Lo lamento tanto su majestad, n-n-no la había visto, perdone mi imprudencia. 
Ellen reaccionó. 
Ellen: ¿Eh? 
Nami: Uhg… Para la comunidad eres… Prácticamente su reina, eres el ser más poderoso al que ayudamos. 
Ellen: Y-Yo… 
La mujer intentaba no levantar la mirada. 
Ellen: Lo siento, no es ningún problema. 
La mujer se sentó nuevamente, aunque nerviosa ante la presencia de Ellen. 
Nami: Bien, iré al patio de entrenamiento antes de que te pongas más en ridículo. 
Nami tomó a Ellen de la mano y la jaló, Ellen escuchó el suspiro de la mujer. 
Ellen: ¿Qué fue eso? 
Nami: “Ali Irei” Les llamaron. 
Ellen: Por siempre muertos. 
Nami se detuvo y miró a Ellen. 
Nami: ¿Entiendes el idioma angelical? 
Ellen: No… Me hablaste en perfecto inglés… No te oí nada más que eso. 
Nami quedó pensativa. 
Nami: Eres rara para ser una persona normal Ellen… Creo que debo investigarte mejor. 
Ellen: ¿Eh? 
Nami sólo cayó y avanzó, Ellen entendió que no habría más conversación, las dos caminaron por largos pasillos con ventanas que dejaban ver varios jóvenes y otros no tanto practicando artes marciales. 
Ellen: Entonces… ¿Tú naciste aquí? 
Nami: No… 
Ellen: Oh… 
Nami dio un gruñido de molestia y habló. 
Nami: Mis padres tuvieron a mi hermano y querían criarlo, pero cuando nací yo no sé qué cambió, me abandonaron recién nacida, mi hermano a mi lado, éramos unos niños y probablemente hubiéramos muerto si no es que la comunidad rastreaba al portador, ellos nos acogieron y nos criaron desde entonces. 
Ellen: Es terrible, ¿Qué clase de padres hacen eso? 
Las dos llegaron a una puerta de madera, se podía escuchar a una maestra dar clases detrás. 
Nami: Mis padres… 
Nami abrió y la clase inmediatamente fijó su atención en ellas, Ellen miró a la profesora y en vez de notar disgusto esta sonrió alegre. 
Profesora: Nami, estás de vuelta. 
Nami: Tenemos que hablar Shady. 
La mujer era una mujer alta, cabello negro y ojos color café, esta asintió y se dirigió a la clase. 
Shady: Niños, es todo por hoy… Recuerden repasar sus lecciones y nos vemos el lunes. 
Toda la clase suspiró y empezaron a guardar sus cosas y a salir, Shady se sentó en su escritorio y les hizo un gesto para que entraran, las dos avanzaron y quedaron frente a ella. 
Shady: ¿Qué te trae por aquí? 
Nami: Antes de todo... Ella es Ellen… Una amiga. 
Shady: ¿Amiga eh? Encantada de conocerte, soy Shady. 
Shady estiró la mano para saludarla, Ellen iba a hacer lo mismo cuando Nami habló. 
Nami: Es la portadora. 
Shady se detuvo asustada. 
Shady: M-M-Majestad… N-N-No sabía que… 
Ellen: No, no, no… Soy una persona normal, no quiero más “Majestad” 
Nami sonrió y Shady suspiró y miró a Nami. 
Shady: Pero si ella es… Entonces Axel… 
Nami: Se nota la información. 
Shady: Lo siento mucho Nami, debí… 
Nami: Ya fue… Ahora necesito otro favor. 
Shady: ¿Otro? Ya me debes muchos. 
Nami: Sí, sí… Lo que sea, Ellen necesita entrenamiento y tú eres la que puede entrenar a alguien sin armas. 
Shady: Entonces… Debo suponer que no tiene idea de sus poderes y que cómo no nació con ellos no ha tenido tiempo para descubrirlos. 
Nami: Exacto y sería horrible que la maten antes de tener tiempo de entender algo, así que la traje por estos dos días a que la entrenes. 
Shady: Es delgada y su cuerpo algo escuálido… Pero creo algo puedo hacer. 
Ellen: Hey… Eso es ofensivo. 
Shady: Lo siento… Vengan… Acompáñenme, iremos al gimnasio. 
Las dos asintieron, Shady tomó unos libros y caminó hacia fuera de la sala, Ellen la iba seguir, pero Nami la detuvo. 
Nami: Lamento lo que dijo Shady… Es algo… Deslenguada. 
Ellen: Tranquila, si tú estás bien, yo lo estoy. 
Nami asintió y las dos empezaron a seguir a Shady, ambas llegaron a un patio con cerezos florecidos. 
Nami: “Kil’ Asur” 
Ellen sonrió. 
Ellen: Es un lindo nombre. 
Shady miró a Nami con algo de desconcierto y esta le hizo un gesto de silencio. 
Shady: Bien niña… Adelante. 
Ellen entró en el patio, el suelo estaba cubierto por pétalos de flor de cerezo. 
Ellen: Es muy bello. 
Shady: Ya como sé lo que quieren comenzaremos con algunas poses básicas y golpes de mediana dificultad. 
Ellen: Entiendo. 
Shady: Tienes que estar consiente de que algunos de estos mal realizados pueden causarte dolor físico, ¿De verdad estás lista? 
Ellen titubeó durante unos segundos pensando lo que dijo. 
Ellen: Sí, estoy lista. 
Shady: Bien, empecemos. 
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Ellen practicaba movimientos que Shady le había dicho, avanzaba increíblemente rápido gracias a la buena memoria de Ellen y también su buena disposición era increíblemente buena imitando golpes y poses de batalla, Nami había salido durante un tiempo y volvió mordiendo ferozmente una manzana, al ver a Ellen asintió y se sentó en la entrada del patio, Shady rápidamente se le acercó para conversar. 
Shady: Esta chica… 
Nami asintió sin dejar de mascar. 
Shady: Eso significa… 
Nami: Lo sé… 
Shady: ¿Se lo dijiste? 
Nami negó. 
Nami: No hay necesidad que lo sepa, así que… No lo menciones. 
Shady: Pero… ¿Entiende muy bien el idioma angelical? 
Nami: Según ella, es cómo si le hablaran en inglés. 
Shady: Oh... 
Nami: Tú sabes más palabras… Háblale para que veas. 
Shady: ¿Yo…? Vale… Uhm… 
Shady se paró y miró hacia Ellen. 
Shady: Ali Kire… 
Ellen la miró. 
Ellen: ¿Sí? 
Shady: Dak krei isur anak elel. 
Ellen: Estoy bien, para nada cansada. 
Shady: Wow… Sigue practicando. 
Ellen asintió y continuó en lo que estaba Shady se sentó junto a Nami. 
Shady: De verdad… Ella. 
Nami: Oye… Ahora que lo pienso… El libro sagrado… Ella… Puede traducirlo. 
Shady la miró y luego miró a Ellen. 
Shady: Debemos informar a gran maestro. 
Nami: Si lo haces… Huiré con ella. 
Shady: ¿Qué? 
Nami: No dejaré que la esclavicen cómo a mí en este infierno… No lo permitiré. 
Shady: Entiendo que odies la comunidad, pero ese libro… Una persona que logre entender esas palabras no existe… Si ella sabe no debemos privar al… 
Nami sacó su espada y la puso en el cuello de Shady. 
Nami: No me hagas enojar… Ella no lo hará… 
Shady tragó saliva. 
Shady: Cuando salgas deberé hacer un informe de esto… 
Nami: Cuando salga, ella no volverá. 
Shady: Noto cierto agrado de ti hacia ella. 
Nami: Sólo digo… Que me parece diferente. 
Las dos miraron a Ellen que entrenaba incansablemente. 
Shady: Espero que sepas lo que haces… 
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Ellen estaba sentada tomando un vaso de jugo cuando Nami se sentó frente a ella. 
Ellen: Hola… Perdón… Sólo me sirvieron esto. 
Nami: Tranquila, no estás en tu casa así que no debes ser la responsable hoy. 
Ellen: Vale, vale… 
Nami: Shady dice que avanzas bien, quizás no serás una luchadora experimentada, pero algo tendrás. 
Ellen: Es divertido todo esto… Aunque me gustaría tener más tiempo para conocer sobre tu hogar. 
Nami: Este nunca será mi hogar. 
Ellen: Lo siento. 
Nami: No lo sientas, no es tu culpa. 
Ellen: ¿Por qué no hacerme entrenar con un arma y no volver aquí? 
Nami: Primero aprendes a pelear sin arma, si lo logras podrás manejar lo que quieras… Un arma es una extensión, no una necesidad. 
Ellen: Entiendo. 
Nami: Ellen, quiero decir… Aunque tú no lo creas… Entiendes idiomas que nadie entiende. 
Ellen: No comprendo lo que dices… ¿Lo dices por lo que dijiste al entrar aquí? Me pareció raro que dijeses… 
Nami escribía algo en un papel y se lo mostró a Ellen, esta leyó. 
Ellen: Portadora… 
Nami: Ahora, mira mi mano escribir eso… 
Ellen: ¿Eh? 
Nami empezó a rayar, a pesar de que la mano de Nami se movía en direcciones diferentes, no escribía nada. 
Ellen: No estás rayando lo que debes. 
Nami: Lo hago, pero tú lees lo que dice… Es por eso que debo decirte esto… 
Ellen se puso atenta. 
Nami: No debes decirle a nadie sobre esto. 
Ellen: Pero si yo no sé cuando estoy oyendo o leyendo sobre eso, no lo hice antes y no lo sabia ahora, ¿Qué debo hacer? 
Nami: Hay un libro que te permitirá ver y oír lo que se dice en verdad, fue creado por otros como tú para otros como tú… Ya que la gente que hace esto es muy rara… En el sentido de escases… Y bueno… 
Ellen: Entiendo… 
Nami lanzó un libro sobre la mesa, era pequeño, casi una revista. 
Nami: Es probable que me castiguen por robarlo, pero vales la pena. 
Ellen: Yo… Gracias… 
Nami: Ahora ponte a estudiar… Que no sé nada de ese libro y tendrás que guiarte por ti misma. 
Ellen: Entiendo. 
Nami: Iré a por comida, nos vemos en tu entrenamiento. 
Ellen asintió mientras abría el libro. 
Ellen: Cuídate. 
Nami se levantó y miró a Ellen. 
Nami: T-Tú también… 
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La noche había caído, Shady les dio un lugar para que durmieran en unas habitaciones especiales, ambas se preparaban para acostarse cuando Nami habló.  
Nami: ¿Aprendiste algo productivo hoy? 
Ellen: ¿En qué te refieres? 
Nami: A tu entrenamiento de lucha. 
Ellen: Creo que sí… Shady me enseñó mucho, hice lo que pude. 
Nami: Ya veo… 
Ellen: Ahora que lo menciono… ¿No es algo raro el nombre de “Shady? 
Nami: Sí, no es su nombre real, pero ese nombre nadie más que la alta comisión lo conoce. 
Ellen: Oh… ¿Quién es gran maestro? ¿Él es el líder o algo? 
Nami: Ella… Gran maestro es la líder de la alta comisión, si ella dice algo, eso se hace… En general se deja ver cómo una líder benevolente y amable, pero es una víbora manipuladora. 
Ellen: Y si es la líder… ¿No crees que puede oír lo que dices? 
Nami: No soy la única que piensa eso, además… No es cómo que no me haya oído antes. 
Ellen: Entiendo… 
Ellen se acostó.  
Nami: ¿Qué hay sobre tus padres? ¿Los extrañas? 
Ellen quedó pensativa, la verdad es que intentaba no pensar en eso seguido. 
Ellen: Intento no pensar en ellos muy seguido, soy una llorona, cada vez que me acuerdo lo lejos que están me pongo a llorar. 
Nami: O sea sí los extrañas. 
Ellen: Sí. 
Nami: Igualmente… Si ellos quisieran verte no creo que les cueste mucho. 
Ellen: Es más un tema de tiempo que de dinero… Viven ocupados con la empresa y rara vez tienen tiempo para mí. 
Nami: Lo siento… No quise ser impertinente. 
Ellen: No es nada. 
Nami: Bien… Mañana será otro largo día y debemos volver para tu regreso a clases, así que mejor… 
Ellen: Sí, ya me voy a dormir… Hasta mañana Nami. 
Nami apagó la luz y se acostó. 
Nami: Hasta mañana Ellen. 
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Nami: Bien… Elil Etek… Unrum. 
Ellen: Elil Etek Unrum… 
Nami: Aprendiste todo… Y justo antes de tener que partir… Podré tirar el libro en recepción… 
Ellen: Me dio pena cuando le cortaste la cabeza a esa chica. 
Nami: Primero, le corté el cuello… Segundo, está acostumbrada y tercero es más molesta que yo así que se lo merece… 
Ellen: No discutiré contigo… Prefiero mantener mi cabeza en su lugar. 
Nami: Exacto… Ahora vamos… Nos espera una larga semana. 
Ellen: Pero… Quería despedirme de Shady… Fue muy amable y… 
Nami: Luego le mandas un correo, anda vamos… Debemos irnos antes de la hora de sumario. 
Ellen: ¿Por qué? 
Nami: Porque gran maestro sabrá que estás aquí y te querrá interrogar. 
Ellen: Pero… 
Nami: Pero nada… Vamos. 
Nami empujó a Ellen contra su voluntad hasta la recepción, la mujer iba a hablar, pero Nami le tiró el libro en la cara y sacó a Ellen de ahí a rastras, una vez en camino al departamento, en el bus, Nami suspiró aliviada. 
Ellen: Te note tensa… ¿Pasó algo? 
Nami: No es nada importante, ahora estamos bien… 
Ellen: Lo que digas… 
Ellen empezó a tararear alegre y Nami la miró. 
Nami: Entonces… Ya sabes algo de defensa. 
Ellen asintió. 
Ellen: Mucho, le pedí a Shady centrarse más en defensa que en ataque… No creo ser capaz de dañar a alguien… Al menos no como ellos lo hicieron… 
Nami: Eso dice mucho de ti, pero ellos no se detienen por alguien compasivo… Ellos sólo matan. 
Ellen: Lo sé… Pero… Quitar una vida… Suena más fácil de lo que es… 
Nami la miró, esta estaba completamente triste. 
Nami: Pero… No habrá necesidad de eso si no te buscan así que, sé feliz… Sonríe, mañana volverás a la escuela y aunque me duela… Yo también. 
Ellen dejó salir una pequeña carcajada. 
Ellen: No es tan mala. 
Nami: Es lo que siempre dicen… 
Ellen se volvió a reír, Nami la miró con una sonrisa aprobatoria. 
Nami: Así sí te ves bien… 
Ellen la abrazó fuerte y repentinamente, Nami rápidamente intentó quitársela de encima. 
Nami: Ya basta… 
Ellen: Gracias Nami… Eres la mejor. 
Nami sonrió y aunque dudó, devolvió el abrazo. 
Nami: Lo sé… 
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En el texto hay: recuentosdelavida, accion aventura

Editado: 08.10.2019

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