“Me encontraba en un prado, verde, solitario, simplemente acompañada por la brisa y los susurros de mi conciencia.
Mi yo humana estaba allí, con un vestido blanco y el cabello flameante ondeando libremente. Mis ojos miraban fijamente al vacío...a la paz....a todo lo que en este momento me representaba la muerte. Por unos segundos pensé que no sería tan malo, si simplemente todo se quedase así.
- Eso piensas.- dijo una extraña voz a mi lado. Una voz melodiosa y serena, una voz que me había acompañado en mis pesadillas hasta su momento culminante.- Tanto deseas simplemente no despertar?
- Tanto deseo simplemente...desaparecer- afirmé aun mirando al vacío.
- Siempre pensé que eras una luchadora...
- Soy una luchadora.- le interrumpí
- Que harías lo que fuera por conseguir su meta...
- Siempre lo he hecho.
- Que nunca te darás por vencida. Sin importar cual fuese el costo.
Unos segundos de silencio me tomó pensar en aquello. Siempre lo he sido...sí...y juré que siempre lo seria...que acabaría con todas las criaturas que representan aquello que alejó lo que mas yo amaba de mi pero...
- ¿Cómo puedo luchar contra lo que odio...si yo misma me he convertido en eso?
El eco de un silencio fue todo lo que recibí en respuesta. Nadie me ayudará a averiguarlo...nadie me daría una pista, ni siquiera esa extraña voz en mis sueños que siempre estuvo alertando.
- Deberías despertar...- me susurró- el camino aún es largo...aun debes continuar.
Despacio me voltee, mirando aquello que me había negado ver, aquello que había dejado a mis espaldas. El cuerpo de un enorme dragón blanco y rojo se hallaba acostado frente a mí, mirándome con aquellos irreales ojos dorados por los cuales surcaba débilmente un azul muy parecido al mio. Detrás de él estaba el horror, el caos, la destrucción...la muerte. Mi refugio quemado hasta las cenizas, mi hermano llorando inconsolablemente...mi padre mirando fijamente a la nada.
- Ven- dijo el dragón sin abrir los labios y no me sorprendió mucho que fuese mi voz aquella que oía.- Debemos despertar...
- No quiero...
- Moriremos.
- Me da igual...
- A mi no.
- No me importa lo que pienses- respondí en aquel tono monótono y el dragón lentamente se levantó. su enorme cuerpo se irguió por encima de mi.
- Ni a mi lo que pienses tu.
Respondió con mi propia voz, antes de que sus fauces se abrieran y se cerrasen conmigo dentro.”
Abrí los ojos pesadamente. Sentía que inclusive mis párpados me dolian y por un segundo llegue a pensar que todo había sido una pesadilla....mas no lo había sido. Apenas pude enfocar me di cuenta que me hallaba en la profundidad de aquella cueva, mi cuerpo yacía sobre los restos de los animales devorados por su habitante y me sorprendió bastante darme cuenta que aun no me había unido a ellos.
No sentía mucho de mis extremidades, además de un profundo dolor que me imposibilitaba moverse bien. la sangre había cesado en la noche, más las heridas por todo mi cuerpo aun seguían abiertas. Hice un esfuerzo inútil por moverme, pero solo logre rasgar mi piel herida con las astillas de los huesos. Lancé un gruñido ante el dolor y esperé un par de segundos antes de volver a intentarlo. Apenas podía sentir mis piernas. No tenía idea de si era por el dolor o el veneno que aún estaba en mi interior. ¿como demonios seguía viva? aquello ya era surrealista.
Miré hacia arriba y el cielo azul se vio más allá de aquel agujero. Debían ser cerca de unos 20m de altura. Una caída peligrosa, una por la cual debería haber muerto...y sin embargo allí estaba. Sin estar viva ni muerta, esperando a que el dueño de la cueva apareciese en algún momento.
Volví a intentar levantarme. Esta vez, con mejores resultados que la anterior, logre poner todo mi peso sobre aquellas 4 enormes y dañadas patas. Me tambalee levemente por un par de segundos antes de lograr mantener el equilibrio. Mis ojos intentaban enfocar algo dentro de aquella oscuridad pero aun me sentía algo confusa. El veneno no había abandonado mi sistema, simplemente mi cuerpo había decidido resistirlo.
Di un par de pasos para bajar de la montaña de huesos y luego de unos momentos tropecé cayendo de bruces y deslizando mi enorme peso cuesta abajo de forma dolorosa. Sentí las astillas lastimando mi piel hizo que profirió un gruñido salvaje, el cual resonó por toda la gruta y aun podía seguir oyendo minutos después de haber tocado el suelo.
«es...bastante grande..» pensé intentando alejar el dolor de mi mente. « debe...debería de...haber otra salida..»
El eco resonó en mis oídos mientras mantenía mis ojos cerrados intentando sacar fuerzas para seguir adelante....pero...¿habia alguna razon para seguir? Sentí el llamado de la inconsciencia queriéndome llevar de vuelta a ese mundo de los sueños eternos. Quizás esta vez no volviese a abrir los ojos....quizas podria descansar para siempre....
«no....despierta....» me dije a mi misma y trate de abrir mis ojos. Debía encontrar a Carter, debía volver a ser humana, debía volver a casa «vamos...vamos.....»
Respire profundamente y levante de nuevo mi cuerpo, paso a paso lo moví fuera de ese montículo de huesos para tratar de buscar una salida a todo aquello. Mi rugido había hecho eco...durante varios minutos, lo que quería decir que debía de haber una salida...algo como una entrada o una grieta lo suficiente...ah! allí estaba! a un par de metros de mí, una apertura llevaba hacia algun tunel. Lentamente me dirigí hacia aquel punto exacto oculto en las sombras. Sin embargo a medida que avanzaba me daba cuenta de que...no podría pasar por allí.