La sangre corría desde una enorme herida en su hombro, hasta la punta de sus dedos, escurriendose hasta el suelo. Sus bellos tatuajes blancos se manchaban de carmín, mientras mantenia en su rostro aquella habitual sonrisa pasiva. Se veia cansado, ajeno a la realida; mas que por la lucha en si....de hecho...se veia...muy cambiado. No solo eran las ojeras que adornaban sus megillas, tenia barba, una barba mas allá de incipiente que hubiese sido imposible que creciese en dos dias.
Sacudí mi cabeza, intenté pensar, era imposible ese razonamiento, pero parecia tener una especie de bruma en la cabeza, una niebla denza que se condenzaba mientras mas trataba de pensar generandome impotencia y haciendome gruñir.
— Aena sef!—gritó una de aquellas criaturas y todas parecieron ponerse en posicion de ataque de nuevo
Por instinto me encontré rugiendoles de forma baja, incluso sisee un poco, hasta que me di cuenta de lo que estaba haciendo y me detuve sin poder creerlo. Les habia gruñido? yo?
— tranquilos — saltó Carter a hablarles sin elevar la voz. Ellos realmente no le prestaban ninguna atención, pero tampoco hicieron el intento por avanzar, lo que quiere decir que le...respetaban?..o le temían?
No tenia la mas remota idea de lo que estaba sucediendo alli, todo parecia patar arriba. Como si de alguna manera, las cosas hubiesen sido volteadas, drasticamente...sin vuelta atras.
— todo bien por aqui?— dijo una voz e inmediatamente cada alarma de mi cuerpo gritó "peligro". Me sentí tensar por completo, antes de que el peliazul apareciese por la entrada dejandose ver.
—todo bajo control— respondió Carter, luego me dio una mirada detenida y prosiguió.—Por el momento.
El peliazul se veia tan plano como hacia unos momentos, cuando me habia lanzado aquel encantamiento. Sin embargo, vestia diferente y traia su melena azul suelta, llegando casi a tocar sus hombros. Tan apatico a la situación que me provocaba repeluz solo de verle. No era alguien a quien pudieses subestimar por verse en calma. Era poderoso, malditamente poderoso y peligroso. Tanto, como para que cada instinto asesino dentro del enorme cuerpo donde me encontraba, reaccionase a el de manera agresiva.
— Necesito sacarla de aqui— habló Carter, distrayendo mi atención del chico.— tengo que llevarla ante Akish para la decision final de su condición.
—Por supuesto, Sr Jhonson, me encargaré de ponerle las cadenas ahora mismo.
«¿Cadenas?» gruñí para nada complacida y me encontré retrocediendo, ante la espectativa de tener que luchar de nuevo.
La cara del chico me mostró una mirada neutral, llena de la mas profunda indiferencia. Esa que dice: si quiciese hacerlo por las buenas o por las malas, de todas formas no podrias negarte. Mas, ni una sola palabra salió de sus labios. Solo dejó que el resto de esas cosas avanzacen hacia mi tratando de arrinconarme.
—Pierce...¡Pierce!- me llamaba Carter, colocandose delante de mi.— Ey...Pequeña A, mirame.— rogaba, mientras levantaba su mano buena, moviendola frente a mi en busca de mi atención— Eso es, mirame a mi. Bien...tranquila. Todo va a salir bien.
Bien...que todo iba a salir bien....esa promesa la habia escuchado demaciadas veces en tan poco tiempo. "Salir bien" no pegaba en lo absoluto con dejarme poner grilletes y que me llevasen, como un animal de feria, de vuelta a aquella mujer.
— Ey...por favor, confia en mi. Siempre puedes confiar en mi.
La ira en mi interior, vaciló ante esas palabras. Era Carter, era el. Siempre estuvo ahi, siempre me ayudó....siempre pude confiar en el.
— Por favor.
La suplica en sus ojos y la familiaridad que encontre en ellos, me hizo relajarme. Me sentia tan cansada, derrotada...con tantas ganas de regresar a casa, si...a mi casa, a mi tienda vieja y sin poseciones, a los brazos de Jason, a los regaños de gemma...a mi padre. Deseaba tanto que todo acabase y volver, que simplemente cerré mis ojos y no me resistí.
— Buena chica— Habló el peliazul antes de avanzar hacia mi.
— Con cuidado
—Ya se las he puesto antes, Sr Jhonson. No es la primera dragona rebelde a la que atiendo.
Con suma habilidad, sus delicadas y menudas manos colocaron las cadenas en mis 4 extremidades. Yo mantenía mis ojos cerrados, escuchando solo el metal arrastrarse y chocar entre si. Luego de que 4 grilletes me atasen y se uniesen entre ellos, senti una presion en esa parte del cuerpo que no debia estar alli, las alas. Estas tambien fueron amarradas por las cadenas, impidiendo su movilidad y pegandolas a mi lomo. Se sentia incomodo, pesado, sin embargo no dolia, lo que era algo bueno, para variar. Ese pensamiento me hizo mirarme fijamente...para notar que mi cuerpo estaba curado por completo, no tenia herida alguna sobre el. Cosa que realmente me desconcertaba...
«Que...diablos...?»
Por ultimo, una cadena fue atada a mi cuello y en el momento en que fue ajustada, el peliazul pronunció un hechizo por lo bajo. Una leve corriente me tomó por sorpresa haciendome gruñir, pero desapareció al instante. Apesar de eso, mi gruñido no se detuvo, mas el chico solo me ignoró y se retiró.
— Ya puedes llevarla.
Carter asintió despacio mientras le veia partir seguido por todos los humanoides. Luego, cuando nos encontramos solos, me dió una larga mirada y sonrió de lado.
— Es bueno volverte a ver, Allison.
« debiste aparecer antes» bufé.
El pareció ver la mirada recriminadora en mis ojos ya que sonrió con calma
— Lamento la demora. Me vi...retrazado por las circunstancias.
«¿¡Retrazado por las circunstancias?!» quice gritar, mas de mis fauces solo salieron extraños sonidos gruturales.
— Tranquila, prometo que te contaré— aseguró y empezo a caminar hacia la salida. — por ahora solo puedo decirte que estas fuera de peligro, no por mucho tiempo — se apresuró en decir— pero el suficiente.