Drakkar: Ignition (nueva Version)

Un sacrificio por la Humanidad

La atronadora voz de los entrenadores se sobreponia al murmullo creciente de las voces de los estudiantes. Cada uno trataba de que sus aprendices estuviesen en formación mientras las sanadoras hacían lo posible por atender las heridas en movimiento. La histeria y la anticipación entre las 6 divisiones había llegado a niveles insospechados y ¿Por qué era eso? la respuesta era simple. La existencia de todos los que estábamos formados hoy alli y habiamos pasado ese agotador entrenamiento se basaba únicamente en alcanzar un objetivo. Entrar al Escuadrón de Élite Especial y convertirnos en Rangers.

 

- Dejen de armar tanto alboroto y formense de una maldita vez!- bramó alguien.

- Sois todos unos malditos quejicas- respondió otro.

 

El estrés estaba llegando a niveles insospechados y no era para menos. Convertirse en Ranger era uno de los mayores logros que se podían alcanzar en estos momentos. Explicar que es un ranger no es precisamente fácil. Son guerreros, soldados, los mejores de todos, creados y entrenados únicamente para derrotar a las bestias y salvar a la humanidad. Son más que simples humanos, son más que la nueva generación. son héroes, nuestros héroes y la única esperanza que tenemos de sobrevivir y ganar en esta guerra.

Aparecieron por primera vez hace casi 50 años, el héroe de la humanidad descubrió la manera de convertirse en uno y derrotó al primer dragón. Nos dio la clave para acabar con ellos, pero el poder no puede ser manejado por todos. Solo los más aptos y preparados pueden pasar por el ritual de conversión, algo que se llevaba en completo secreto ya que....muy pocos sobrevivían a él. Sin embargo la oportunidad se presenta para todos los interesados una vez al año, solo una, donde deben pasar una innumerable cantidad de entrenamientos solo para ser aceptados dentro del grupo de élite y ni siquiera de esa forma se garantizaba que llegases al final. 

Hoy iban a escoger a ese grupo de élite, a los afortunados que recibirían el entrenamiento especial bajo el mandato del mejor entrenador de la academia.

 

- ¿A qué diablos están esperando?¿a una invitación formal? ¡MUEVAN SUS PUTOS TRASEROS AHORA MISMO!

 

Marcus Walsh, el ranger intocable. 

 

Un hombre de metro noventa y seis, corpulento como una bestia y de rasgos faciales prominentes empezó a desplazarse entre mis compañeros. con un paso tan rápido y preciso que les obligaba a apartarse del camino si no querían ser aplastados por su inmenso tamaño. Marcus era un hombre intimidante. Pero no era solo su apariencia de bestia, su mandíbula marcada y su cráneo rapado cubierto de cicatrices lo que causaba tal pavor y respeto. No, su reputación le precedía. No era nombrado el intocable por cortesía general. Era el único guerrero dentro de los 4 clanes de la humanidad que había permanecido invicto en una pelea directa contra los dragones. Nunca había sido dañado por ellos después de su conversión. Se rumoreaba que sus reflejos iban más allá de la realidad y que él simplemente podría desaparecer de la vista de todos. 

 

- Tienen 5 malditos segundos para formarse de una buena vez o ninguno de ustedes será escogido para ser un maldito ranger!- definitivamente su temperamento y su vocabulario también influían mucho en el miedo general que causaba.- ¡Se nota que a ustedes malditas nenazas les gusta que les griten para que tengan que hacer las malditas cosas bien!

 

El lugar había pasado del bullicio absoluto a un silencio total, donde solo los gestos y gruñidos del implacable profesor eran audibles. Todos ocupaban sus lugares, se habían olvidado de sus heridas, de sus dolores y de todos sus dramas sólo para hacer caso a las palabras de ese hombre. No podía juzgarlos, ya que yo misma guardaba silencio en mi sitio.

 

- Bien, escuchen con atención, pequeñas bailarinas, porque solo diré esto una vez.- habló con fuerza mientras se colocaba al frente de todos los grupos.- Ninguno de ustedes destaca en nada, sois basura, sois escoria y definitivamente harán perder nuestro valioso tiempo solo para verlos morir en los primeros segundos en una batalla real. Afronten esa maldita realidad desde ahora. No será un paseo por el campo, no será algo agradable y más de la mitad de los que habéis llegado hasta aquí morirá de manera lenta y dolorosa. 

 

Si antes el silencio era palpable, ahora podía ser cortado con los cuchillos en nuestros bolsillos. Los chicos a mi alrededor habían perdido toda la capacidad del habla, sus rostros yacían vacíos y absortos en las crudas palabras del profesor mientras intentaban procesar lo que acababan de escuchar.

 

- Así que aquellos que no quieran ver ese destino, pueden dar media vuelta y regresar al refugio. este lugar no es para ustedes. Aquellos que perdieron miserablemente en este juego de niños, larguense de aquí. Aquellos que llegaron "por poco" hacia este punto, pierdanse de mi vista. Ustedes no sobrevivirán allá afuera. Ustedes solo serán carnada. USTEDES no sirven para esto.

 

Varios lamentos surgieron de entre la multitud, quejidos silenciosos que temían ser escuchados y poco a poco, algunos retrocedieron y empezaron a retirarse con miradas vacías. Sus palabras eran duras, su criterio era fuerte...pero a pesar de todo él tenía razón. Aquellos que no podían escapar de un humano, apenas podrían escapar de un dragón. Sus muertes eran inevitables. Sin embargo, la mayoría no retrocedió. Muchos aún permanecíamos en nuestros puestos, sin apartar la mirada del hombre en frente de nosotros.




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