Duelo de Rosas

El Legendario Asesino Blanco

El señor Right se encontraba en su oficina leyendo uno de los tantos libros amontonados en su escritorio, cuando una de las corregidoras ingresó con su café de la mañana y sorprendida preguntó:

  • Señor Right, ¿Por qué está leyendo cuentos para niños?, todos estos libros hablan sobre las leyendas del evangelio.
  • Buen día Laila— saludó el hombre mientras mantenía su vista sumergida en una de las lecturas— sabe oficial, mi abuelo solía contarme que cuando era niño le cantaban una canción de cuna muy tenebrosa. — levantó la mirada— Una de las frases más comunes en ese arrullo era “no dejes que el hombre de espada blanca te quite el sueño”
  • Nunca he oído algo así jefe, ¿Qué podría significar?
  • Pues según todas las leyendas que he leído solo existió una persona con una espada blanca, y ese es el Asesino Blanco.
  • Habla del primer supremo de Hope— dudó por un momento la joven—¿no se llamaba Rosa Blanca como los demás?
  • Fue llamado así cuando lideró el concilio de la rosa, pero antes de eso era llamado el asesino blanco.
  • Ahora que lo pienso todos los líderes se llaman por un color en específico— razonó Laila mientras dejaba la taza de café en el escritorio— en un principio creí que era algún tipo de cargo o clase social.
  • ¿Qué piensa cuando le dicen color blanco?
  • Supongo que, ¿nada?
  • Exacto, aquel hombre se hizo conocido por asesinar a sus víctimas sin derramar una sola gota de sangre, de hecho, su misma expresión jamás demostró una mueca o sonrisa, era un papel en blanco.
  • Aunque nadie sabe porque, he buscado información en todas partes sobre él, pero solo aparece en unas cuantas líneas del evangelio, ¿Cómo consiguió averiguar eso señor?
  • Tal vez debería ir a terminar con su papeleo pendiente, señorita.

La corregidora temerosa salió de inmediato de la oficina para continuar con sus labores, mientras era perseguida por la mirada molesta del señor Right. Una vez solo, el jefe de corregimiento continúo anotando todo dato importante en una pequeña libreta, para luego guardarla en un cajón con llave bajo el escritorio.

Sky se encontraba en su nueva habitación revisando las heridas ocasionadas por su pelea de presentación, terminaba de vendar su torso ahora con una enorme marca de color verdoso, mientras analizaba con cuidado las palabras de los líderes, su pensamiento concordaba en que su edad no era suficiente para cumplir un papel tan importante en el continente, pero su consciencia también estaba dispuesta a demostrar que su entrenamiento no había sido en vano. La joven terminó de cubrir los golpes de su debilitado cuerpo con una blusa, cuando la puerta que conectaba su habitación con la del joven Líes se abrió, a su vez el muchacho un tanto preocupado se le acercó comentando.

  • Espero que estés mejor, Naranja dijo que en unas horas iremos a ver al supremo.
  • ¡Claro que estoy mejor! — fingió entusiasmo mientras erguía su postura—hace falta más que unos cuantos golpes para que quede incapacitada. – respondió la joven alegremente mientras escondía una ligera mueca de dolor.
  • Hablando de la pelea, tu estilo es muy parecido al que enseñan en el instituto para ser corregidor— argumentó acomodando sus anteojos—¿Quién te enseño a pelear de ese modo?
  • No sabía que los corregidores supieran pelear, pero en realidad, solo actué por reflejo, nada más.
  • ¿Dices que peleaste por reflejo?, pero no solo esquivaste los ataques, también respondiste y lograste vencerlo.
  • Y que milagro ¿verdad? — comentó la joven— cuando actúas por reflejo puedes ser mucho más rápido, pero si te entrenas bien, también puedes ser mucho más fuerte, esperé que eso funcionara, claro que si no controlas bien puedes…
  • Matar a alguien— interrumpió el joven viendo el rostro serio de la muchacha— ¿cierto?
  • Quien sabe— explicó con tono despreocupado— como dije, no esperaba que actuara, mejor dime ¿puedes hacer el favor que te pedí en el pasillo?
  • Aún no me has dicho que quieres que haga esta vez, o es que ¿acaso piensas lanzarme una señal cuando veamos al supremo?, dudo mucho que estés en condiciones de pelear de nuevo.
  • Descuida, solo hablaremos esta vez—aseguró— pero necesito tus habilidades analíticas, para saber si mis sospechas son correctas.
  • ¿Sospechas?, ya entiendo es sobre la justificación que dio naranja antes de reunirnos con los líderes—colocó su mano sobre su mentón mientras pensaba— además aún no sabemos nada sobre los herederos.
  • Correcto — guiño su ojo sonriente—ya debimos haberlos conocido junto con los líderes, y solo se me ocurre una razón para que no sepamos nada de los herederos.
  • Tiene sentido, supongo que habrá que confirmar la información con el supremo.

Se acercaba la hora indicada para visitar los aposentos del supremo, cuando Naranja llegó para escoltar a ambos nuevos inquilinos a su destino, los tres transitaban por un pasillo oscuro únicamente iluminado por las velas que llevaba el líder Naranja en su mano, finalmente se toparon con una puerta con detalles majestuosos enmarcados en sus bordes, al abrirla la sorpresa de Sky y Víctor no se hizo esperar al ver a un hombre de aspecto pálido y enfermo recostado en su cama.

  • Gran líder Rosa Blanca— reverenció naranja— le presento al señor Víctor Líes de Astra y a su flor más leal, la señorita Sky. – dijo con voz gruesa y respetuosa el mensajero del supremo
  • Cuantas veces he dicho — mencionó el hombre con voz reseca— no hay necesidad de que te inclines al entrar Naranja, prefiero tu actitud normal y alegre, amigo mío. —continuó con voz baja—
  • No puedo olvidar ciertas costumbres, pero sabe que eso forma parte de mi personalidad.
  • Lo sé, ahora bien, me gustaría ver de cerca a estos jovencitos, me alegra que quieran ayudar a este viejo moribundo.




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