Dulce Equivocación

*3* FOTOGRAFÌAS

Horas antes de conocer a Salma 

"MAX"

 

 

Entro en el instagram de Natalie y le doy un vistazo a sus fotos.

Está en Zúrich, trabajando en una compañía de teatro que hace presentaciones infantiles y teatro musical.

Siempre se ve sonriente. Vestida de muñequita o princesa, rodeada de niños, y amigos. Parece que a ella no le afectó nuestro rompimiento. Es más, diría que luce más feliz y radiante que nunca.

Recuerdo la primera vez que la vi, exponiendo sus ideas en aquella conferencia sobre el medio ambiente, es que tiene un talento para estar en el escenario.

¿Y si conoció a alguien?

Busco desesperadamente una foto que la delate, entre cientos de imágenes, al lado de algún chico bien parecido, algún suizo, quizá, pero aparte de las fotos de grupo, donde salen algunos hombres que pueden ser sus abuelos, no encuentro nada.

Debo parecer un imbécil, ¿no?

Ella pasándola bien y yo aquí, como un resentido, stalkeando sus imágenes, como si con eso pudieran cambiar las cosas. Como si con eso voy a lograr que ella regrese, o  evitar que conozca a alguien más.

Hice todo para que se quedara, pero ella no quiso. Simplemente se alejó y cambió su número de teléfono para que no la molestara.

 Niego con la cabeza.

¿Acaso ella no tiene derecho a enamorarse, a encontrar un hombre que le dé esos hijos que tanto desea?

Natalie tiene razón. Soy un egoísta. Un egoísta por no querer verla feliz con otro, cuando yo cada noche, antes de dormir, pienso en ella.

 Dejo el teléfono sobre la mesa y voy camino a la cocina, cuando tocan el timbre.  Son extrañas las visitas a estas horas de la noche, pero como no me avisaron por el intercomunicador, asumo que es alguien conocido. O sea, mi madre.

Joder, ¿y si no le abro?… No. Mala idea…. Si la dejaron entrar es porque saben que estoy aquí…Para la próxima tendré que hablar con el vigilante.

Me paso la mano por el cabello resoplando. Hace más de un mes que mamá me está pidiendo que me repita los exámenes  con su nuevo novio, dueño de una de las clínicas más importantes de fertilidad de la ciudad.

Abro la puerta.

—Luca.

—Hey.

—¿Qué haces aquí?

—Uhm, pero que manera de recibir a tu hermanito menor.

—¿Qué quieres?

—Vine a visitarte, a recordar viejos tiempos, ¿o es que no puedo?

—Te mando mamá, ¿verdad?

Sonríe, cínico.

—Quisiera decir que no. Pero sí. —Me hace a un lado, y entra—. Veo que esta casa todavía huele a esa porquería. ¿Que esa no se fue hace varios meses?

—Primero, esa, tiene nombre, y es Natalie. Segundo, no es porquería, es incienso  —Luca se saca un cigarrillo—. Y tercero, aquí no vas a fumar. —Se lo quito y lo arrojo a la papelera.

—Carajo, pero estas peor que mamá. —Se acuesta en el sofá, a todo lo largo, montando sus zapatos en los brazos del mueble—. Y bien, ¿qué vamos a hacer hoy, hermanito?

—No sé tú. Yo iré a prepararme un emparedado y a dormir.

—Joder, pero eres más aburrido que ese ex de mamá, Carlos, era que se llamaba, ¿no? y eso que el pobre estaba en silla de ruedas.

—No soy aburrido, simplemente tengo que descansar porque mañana hay mucho trabajo. A diferencia de ti que te gusta gastarte el dinero, a mí me gusta ganármelo.

Se incorpora, quedando sentado.

—Vamos a dejar las cosas claras, yo no quiero estar aquí, y tú tampoco  quieres que yo esté aquí… Pero, mamá está muy preocupada, piensa que ya sabes, en cualquier momento puedes convertirte en “rarito” Y como también tenemos el precedente de Billy, y tú te pasas la mayoría del tiempo con él, bueno, tú me entiendes… Ella dijo textualmente así: Luca, lleva a tu hermano a una discoteca, necesito que conozca chicas, o yo me encargaré de presentarle a las hijas de mis amigas.

—Joder. —Suelto un bufido y me dejo caer en el sillón de enfrente.

—Así que tú decides, o salimos esta noche, o mamá te atormentará para que salgas con la hija de alguna de sus amigas. Que por cierto, son muy pretenciosas, pero sexis. —Se aclara la garganta—. Me refiero, a las hijas, no a  las madres… Además, cito textualmente lo que continuó diciendo mamá: “quiero que me llamen cuando estén allá, y, por supuesto, me envíen fotos”… Así que bueno, es hora de que te vayas a arreglar.

Me enredo las manos en el cabello.

—No soy un adolescente, Luca, no haré lo que ella quiera.

—Bien.  —Se levanta y se estira, como si hubiera pasado horas durmiendo—. En ese caso, atente a las consecuencias.

Camina hacia la puerta.

—Espera…—Me vuelve a mirar—. ¿Qué tan comprometida la viste con lo que estaba diciendo?

—Muy comprometida. —Se dirige a mi bar y se sirve.

—¿Qué haces? Tú no puedes beber.

—Solo es un trago. Lo estoy controlando.

—Claro.

—Desde que esa mujer te dejó, te la pasas encerrado y si no fuera porque vas a la empresa, nunca te veríamos la cara. —Bebe de un solo trago el contenido del vaso—. Dime algo, ¿desde cuándo no coges? —Toso y él suelta una risita—. Vamos, somos hombres… y además hermanos.



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En el texto hay: amor embarazo

Editado: 08.01.2023

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