Dulce karma

4

Odette

Estaba en el patio trasero dibujando y mientras lo hacía no dejaba de pensar en Crhistian... ¿Porqué me protege? Tal vez ya no le tengo miedo... solo un poco pero es raro. La vez pasada estábamos en el patio mientras el nadaba y yo estaba sentada leyendo, Dulce nos trajo una limonada pero con agua mineral y a mi no me gustaba, no le iba a decir para no hacer que vuelva a hacerla pero el vio mi cara de desagrado tal vez y actuó por mi.

-Muchas gracias Dulce- Dije amablemente y bebí de el vaso probando qué era agua mineral pero aun así no hice según yo ninguna cara de desagrado.

-Señora Dulce... traiga otra limonada para Odette, no le gusta el agua mineral- Voltee a verlo con el ceño fruncido, ¿como sabía que no me gustaba el agua mineral?

-No es necesario esta bien con esta- Trate de hacer que no hiciera otra vuelta la señora

-Que testaruda eres Odette... traigale otra por favor Dulce- Me volteo a ver con una sonrisa Crhistian

-Perdoneme señorita Odette, enseguida se la traigo.- La señora se fue con mi vaso oara cambiarlo

-¿Cómo sabias que no me gustaba el agua mineral?

-Tu cara habla antes que tu boca niña- Desvíe la mirada por la vergüenza, sabía que mi cara tiene subtitulos pero no creía que se notará tanto

-Pense que no se daría cuenta, al parecer mi cara tiene subtitulos.

Era un día lluvioso y habia tormenta, la lluvia parecía que quería romper los cristales con la fuerza de esta misma. Estaba asustada por los rayos, así que me senté en la cama y me tapaba los oídos para no escuchar tanto los rayos cuando caían. Horas antes había escuchado gritos desgarradores y disparos, suponía que habían matado a gente. Mis labios se apretaban para contener el llanto porque había aprendido a llorar en silenció... si me escuchaba iba a recibir un castigo y aunque se que Crhistian no me haría algo así o al menos eso creo.

Escuche pasos fuera de la habitación pero supuse que era una de las que limpiaba la casa pero era Crhistian y cuando entro se veía con el cabello despeiando y su traje un poco desarreglado.

-¿Que tienes?- Se acercó lentamente y yo me hice un poco para atrás

-No tengo nada- Tarde, ya había caído una lagrima y eso me delató y esperaba el golpe o grito pero el no hizo nada de eso.

-No llores... se que es duro que de un día para otro te tengas que acostumbrar a una nueva vida.

-No lloro por eso...- Dije en voz baja pero me alcanzo a escuchar

-¿Entonces porque lloras?- Me agarro del mentón y me hizo levantar la cabeza -Nunca bajes la cabeza

-Me dan miedo los rayos- En eso se escucho otro rayo y me sobre salte haciendo que el se ría un poco -No te rías

-Bien... ¿Solo por eso lloras?- Le hice mala cara -Me quedo claro

-Todos le deben tener miedo a algo, yo a los rayos... ¿Tu a que le tienes miedo?- Se me quedó viendo pensativo y luego desvío la mirada hacia otro lugar.

-A nada- Arrugue mi entrecejo -¿Qué?

-¿Cómo que a nada?

-Asi como lo escuchaste

Todo ese rato estuvimos platicando y conociéndonos más. Vi que no era tan arrogante como se veía ah y por cierto, tiene mucho ego y orgullo. Se cree que es el mejor de toda su familia porque solo el tiene más estatura y ojos de color verde. Aun así cae bien y hace chistes muy malos pero por eso mismo dan risa, porque son malos. Y descubrí que tiene 23 años aunque se ve de 25 y cuando se lo dije se ofendió...

Me desconcertó que se haya quedado conmigo hasta que la tormenta paro un poco... ahora no entendía nada de el pero por primera vez no quería entenderlo, solo quiero estar viva.




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