Dulce Mentira

3. MAX

Después de que Maddie rechazará mi propuesta me quede sin ideas, según ella estaba loco.

¿Quién sabe?, quizás lo este, pero qué más da. Odio que se rían de mi en los pasillos, en los entrenamientos o a donde sea que voy.

No lo soporto.

Mi novia me engaño no una sino varias veces, estoy furioso, con ella, con el y con todos los idiotas que se burlan de mí. Sabía que no era el mejor novio, pero engañarme y con Oliver, el idiota Oliver Mack.

Con el idiota que se cree mejor que todos solo porque es bueno en el fútbol, realmente me pregunto que vio Maddie en él, ella merece algo mejor. Una joven inteligente, bella, carismática y dulce. No negare que Maddie tiene sus cualidades, pero ante mis ojos, todas se esfuman en cuanto abre la boca. La conozco desde que tengo memoria y siempre ha sido así y que su madre sea gran amiga de la mía, nunca ayudo a calvario. Cuando ella se mudó me sentí aliviado, teníamos nueve años y para mi suerte perdimos contacto, un año después luego del divorcio de mis padres, yo y mama nos mudamos aquí. Cuando mama me dijo que ellos se mudarían aquí realmente me sorprendí. Creí que jamás volvería verla, pero no esperaba que fuera la niña molesta como lo era de niña y efectivamente no lo era, ahora era arrogante y parecía adorar corregir cada cosa que decía y eso para mí fuerte personalidad fue un golpe duró. Intente ignorar eso, pero cuando llega a la escuela y encanto a los profesores comenzó la guerra, ella y yo competíamos por el mejor promedio, luego empezó nuestra rara competencia, en pocas palabras compartíamos por todo, desde lo más insignificante hasta la cosas más importantes. No lo negaré, es divertido. En especial cuando tiene la cara roja de irá.

—¿Que tal te fue? —preguntó Jack, divertido.

Es mi mejor amigo, mi único amigo en realidad y solo porque es mi primó.

—Me dijo que estaba loco y luego se fue dejándome con la palabra en la boca.

Él es el único que sabe de la propuesta, confiaba en él lo suficiente como para contárselo, además no podía ocultarle nada. No porque no quisiera sino porque el me conocía lo suficiente como para saber que estaba mintiendo.

Me mira burlón.

—¿No lo hace siempre?

Si, si lo hace.

—No es lo mismo, mi honor y el de ella están en juego.

Mi orgullo estaba herido y solo quería repararlo. Además, esta era una buena manera de molestar a Oliver.

¿Qué tan feliz estará de verme con su novia?

Bueno, Ex-novia.

—Solo quieres fastidiar a Oliver.

—No voy a negarlo.

—Maddie no tiene nada que ver en tu guerra de niños con él.

—Lo sé — Confesé sin remordimiento alguno.

Pero era oportunidad perfecta.

Se que Maddie me odia tanto como yo a ella, pero ahí algo que tenemos en común son el gran orgullo que tenemos.

—Ella aceptará, nos beneficia a ambos.

El niega con la cabeza lentamente.

—Suerte—ríe y se va dejándome solo.

¿Qué mierda tienen todos con dejarme con la maldita palabra en boca?

Melissa

¿Podemos hablar?

NO.

—Tenemos que hablar te guste o no—dijo el diablo a mis espaldas.

¿Es el día de enfrentar a los ex’s hoy?

—Te dije que no, no quiero.

Ella se interpone en mi camino.

—Max, somos lo suficientemente maduros como para resolver esto.

Me rio.

—Oh, ¿enserió? ¿Y cómo?

—Somos una pareja fuert…

—Éramos una pareja.

Ella me mira herida y asiente.

—Lo siento, te mereces una disculpa.

—Melissa…

—¿Sí? —escucho ilusión en su voz.

—Suerte.

La miro unos minutos hasta que tomo mis cosas y me voy.

No negare que dolió, la aprecio mucho. Es una gran chica, pero ninguno tiene material de pareja, tampoco intentamos trabajarlo. Quizás ese fue nuestro error, nunca nos detuvimos a hablar, solo éramos pasionales. La quería y la quiero, pero no creo que la amara.

Me dirijo a el estacionamiento y me encuentro a Jack y Jessica hablando.

—¿Qué tal, Jessie?

Ella me regala una mirada asesina.

—Vuelve a llamarme así y juro que te mató.

—Intento convencer a Jess de ir a mi fiesta de cumpleaños —dice Jack.

Mi primo tiene un flechazo con Jess, no es bueno disimulando y sumando la relación de sexo sin compromiso que tienen no ayuda para nada al corazón de mi primo.

—No puedo ir…

—Vamos, por favor—decimos los dos al mismo tiempo.

—Eres parte del equipo ahora —dije yo ahora.

Ella me mira horrorizada.

—Jamás vuelvo a compartir mariguana con ustedes.

—Eso dijiste hace un año y aun sigues asiéndolo —dijo Jack.

Sonrió y paso mi brazo por encima de sus hombros.

—Se que nos amas.

Ella sonríe y presume su dentadura perfectamente blanca.

—Amaría matarlos.

Conocí a Jessica cuando me mudé aquí, ella siempre ha sido amiga de Jack. Jack y yo estábamos enamorados de Jess de pequeños y como no estarlo, era la niña mas hermosa que vi en vida, pero Jess no nunca estuvo interesada, pero a diferencia de mi primo, si logré superar a la impresionantes pelinegra.

Jack, Jess y yo nos volvimos inseparables. Cuando ambos nos sentíamos solos siempre íbamos a buscarnos y de cierta manera nos entendíamos, yo lidiaba con el doloroso divorcio de mis padres, Jack con el reciente abandono de su padre y Jess con el caótico matrimonio de sus padres. Siempre es más fácil sentirte cómodo con personas que pasan algo similar a ti o así era para nosotros.

Éramos algo así como los tres mosqueteros, de echo ese siempre era nuestros disfraz en Halloween cuando éramos niños.

—Puedes matarme a mí, si quieres. Pero de otra manera — propone Jack.

—No, gracias. No ere mi tipo.

Jack finge estar ofendido y ella le sonríe.

—¿Cuál es tu tipo exactamente? —pregunte.



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En el texto hay: odio, mentiras intrigas

Editado: 21.02.2022

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