Dulce Mentirosa

Capítulo 2

Cubierta con mis sabanas hasta la cabeza, observaba mi celular sobre la mesita de luz, habian pasado mas de 18 horas de aquel evento, pero algo en mi me decía que muy pronto recibiera una llamada de la policía dándome solo 5 minutos para entregarme.

Flashback

La mirada de aquel hombre se quedó puesta en mi como si estuviera analizándome, podía sentir su mirada recorrer cada parte de mi cuerpo, la sensación de sentirme desnuda no se hizo esperar, atribuía a que me sentía de esa forma porque me encontraba en un momento de suma, extrema, palpitante vulnerabilidad.

Su colonia no se hizo esperar para invadir o envolverme con su olor, causando en mi una respuesta inmediata.

— Necesito usar el ascensor — su voz tan varonil hizo que volviera a estremecer, solo pude verlo sin decir una palabra — Det måste vara ett skämt (Debe ser una broma)

El miedo por esas palabras desconocidas hicieron que llevara mi mirada al suelo donde estaban esparcidos mis papeles. No me importo si las hojas se arrugaban, logre levantarlos del suelo para incorporarme del suelo.

Al encontrarme delante de aquel hombre me dejo ver que era aún mas alto, tal vez unos centímetros mas alto que Noah, definitivamente mas alto que Noah.

— Es muy guapo — susurré.

— Cariño — volteé encontrándome cara a cara con una chica de mi misma estatura, extremadamente hermosa — ¿Sucede algo?

— No — terminé dando un paso hacia atrás, dejando paso a esa mujer a un lado de ese hombre.

Sin siguiera mirarme, ambos presionaron uno de los botones del ascensor cerrando las puertas metálicas.

Fin Flashback

Gracias a ese momento olvidé mi mentira blanca, pero solo hizo que terminara olvidando lo sucedido tempranamente. El cargo de conciencia hizo que estuviera bastante distraído toda la noche, provocando que mi padre me regañara mas de una vez por estar distraída y dejar algunas mesas sin servicio.

Dormir en la noche fue casi imposible, me la pasé dando vueltas en la cama, revisando internet todos esos artículos que tenían que ver con esa fábrica. Estaba a solo minutos de enloquecer, tal vez solo estaba siendo un poco paranoica.

Cuando comenzó a sonar “Closer” mi corazón se detuvo, mi canción favorita me daba aviso que alguien trataba de comunicarse conmigo. Tome mi celular para presionar el botón de apagado, volví a esconderme debajo de las sabanas rogando porque se me perdonara por esa mentira.

— ¡Valentina! — me levanté de la cama de un salto imaginando que esas personas se encontraban llamando a la puerta del restaurante — ¡Valentina el gato!

Rápidamente, baje encontrando a mi padre, sujetando por el lomo a Saturno, quien tenia un manojo de tocino en su boca.

— Ya estoy cansado, Valentina — tomé al gato — No estoy seguro como lo hace, pero siempre se las ingenia para molestar en las mañanas.

— Lo siento, Pa — caminé de regreso a mi habitación.

Regañar al gato no tenia mucho sentido, solo seguía sus instintos, opte por dejarlo encerrado en mi habitación para volver a bajar a la cocina. Mi padre se lo veía molesto con su café humeante en la mano derecha y en la izquierda de forma elegante sujetando su tostada.

— ¿Estás molesto conmigo? — me senté delante de mis tostadas con mantequilla.

— No, no estoy molesto cariño — su mirada azul se quedó puesta en mi — Solo siéntate a desayunar y luego coloca….

— Lo siento, se que estás molesto…

— Cariño, no estoy molesto — señalo mi lugar — Vamos a desayunar.

El sonido de un bostezo hizo que volteara encontrándome con Noah, quien tenia un pantalón de dormir de mi padre y una sudadera.

— Buenos días, señor Greco — desvié la mirada — Buenos días, pequeña Valentina.

— Espero que hayas podido descansar bien, el sillón puede ser un poco incómodo — mi padre se levantó para servirle una taza de café — Las tostadas estarán en unos minutos, siéntate.

— Gracias, logre descansar bien — Noah se sentó a mi lado — Aunque los ronquidos de Valentina no me dejo dormir muy bien — coloco su mano en mi cabeza — No te molestes pequeña, solo era una broma.

— Claro — hasta su toque se me hacía indiferente.

— ¿Qué te sucedía anoche? — le di una mordida a mi tostada esperando que Noah se diera cuenta de que lo estaba ignorando — Estabas tan distraída.

— ¿Cuánto tiempo te quedarás? — al escuchar eso mi piel se erizo.

— Solo hasta conseguir un nuevo departamento económico — mi padre se me quedo viendo — Espero no molestar.

— Noah se quedará un tiempo con nosotros, Valentina — asentí, aunque no me agradaba para nada esa idea — Estaba pasando un momento difícil.

— Claro, no hay ningún problema — algo me decía que habría muchos problemas.

— No notaron mi presencia, pienso ayudar y trabajaré muy duro en el restaurante — la sonrisa de Noah me parecía en extrema falsa — Ahora podremos salir a hacer las comparas al mercado señor Greco todas las mañanas, Valentina podrá descansar e incluso podrá ir a sus entrevistas de trabajo.

...

Ver a Noah merodear por la casa era raro e incómodo, en otro momento me hubiera parecido un sueño, el comienzo de nuestra historia de amor, pero ahora, ahora solo me provocaba desagrado tenerlo a solo metros de mi.

Cuando el reloj marcaron las 18:00hs el restaurante abrió sus puertas, me coloque el delantal y detrás de mi salio Noah con su traje blanco y su cofia con dibujos de verduras que le habia regalado por su cumpleaños.

— ¿Te encuentras bien? — recogí mi cabello ignorándolo.

— Si — me limite a decir.

— Se que estas molesta conmigo — se colocó delante de mi — Es porque no prepare tu postre favorito? Ahora que viviré aquí lo prepararé todos los días para la cena ¿Que dices?

— No gracias — lo miré fijo a los ojos — El doctor me dio una nueva dieta.




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