Dulce Mío

Capítulo 13.

“Cielo, yo soy y seré tu esclavo” 

Cada vez que Talya recordaba esas palabras no podía evitar sentir como un escalofrío recorría toda su espina dorsal, jamás en sus veinticuatro años había creído que alguna vez escucharía tales palabras tan cursis y mucho menos que fuesen para ella, si le hubiesen preguntado a la Talya de quince años habría dicho que eso era una total locura. 

— Auch — Se quejo la rubia al sentir como una pequeña gota de aceite muy caliente había caído en su mano. 

— Parece que hoy no estás aquí — Dijo una de sus compañeras — Jamás te había sucedido algo como esto — Y era verdad, siempre había sido tan buena en la cocina que jamás había sufrido una sola quemadura, pero, que se le iba a ser, al fin y al cabo, el amor a veces vuelve torpe a las personas, o al menos a ella sí. 

— Lo siento — Se disculpo la rubia, ya que sabía que por culpa de su falta de concentración estaba retrasando a todos en sus trabajos, pero ¿Qué podía hacer?, ese moreno siempre se las ingeniaba para no salir nunca de su cabeza. 

Al volver a recorar lo de aquella noche la rubia no había podido evitar sonreír, ya que sentía que volvía a revivir cada una de esas cosas, incluyendo los besos, algo que cada vez la hacía parecer un tomate de lo sonrojada que solía ponerse, aunque, a pesar de los buenos ánimos que tenía ese día, también debía decir que no estaba muy contenta con el hecho de no verlo, sabía perfectamente que estaba trabajando, ella conocía muy bien a los de su especie y sabía que para ellos su trabajo era muy importantes, por ello no quería molestarlo, pero, no podía negar que necesitaba hablar con él, comenzando por ciertas cosas que había inconclusas y que debían estar claras. 

— Talya — Dijo uno de sus compañeros desde la puerta de la cocina — El jefe te llama — Volvió a decir cuando la rubia se giró para prestarle atención. 

Aquello simplemente dejo extrañada a la rubia, quien sin protestar ni preguntar nada más solo se limitó a dejar lo que estaba haciendo para ir a ver su jefe. Todo el camino hasta allá se la paso pensando en posibles cosas de las que tendrían que hablar y si, una de ellas tal vez podría ser Noah, ya que desde esa noche que no cruzaba palabra con él. Al llegar frente a la oficina toco suavemente a la puerta, recibiendo a cambio un “adelante” de cierta voz que se le hacía conocida y o se había equivocado, ya que en aquel escritorio al otro lado de la puerta estaba el castaño, esperándola. 

— ¿Me llamó? — Dijo Talya, si perder el formalismo entre un jefe y una empleada. 

— Toma asiento Talya — Noah se veía tan alegre como siempre por lo que la rubia dudo un poco sobre el tema que él abordaría. 

— Primero que nada, lamento muchísimo lo de esa noche, no tenía ni idea de que eras alérgica al pulpo — Dijo el castaño como lamentación en su voz, ya que aún se sentía realmente culpable. 

— Descuida, no tenías por qué saberlo — Respondió ella un poco más relajada al ver que no era nada más que por eso que la había llamado. 

— Claro que tenía porque saberlo... Debí saberlo — Dijo con él con tanta lamentación que Talya ya no estaba entendiendo la situación en la que se encontraba. 

— ¿Como? — Preguntó con curiosidad y sin poder entender que era lo que él deseaba decir. 

— Se supone que cuando alguien te gusta debes conocer a esa persona, ¿no? — La sola palabra “gusta” la dejo atónita, sin saber que responder y sin entender en qué momento era que eso había sucedido y como. 

— ¿Es broma? — Sus palabras habían podido ser hirientes y bastante duras al punto de ser crueles y más por el tono de voz con la que las había pronunciado, pero, era tanto su shock que eso había sido lo primero que había llegado a su mente. 

— No, no lo es — Respondió Noah con sinceridad y bastante seguridad en su voz — Me gustas Talya — Las palabras resonaban en su cabeza una y otra y otra vez, como si su mente intentará creer lo que escuchaba y lo que estaba pasando, pues ahora comprendía que lo que sus amigos decían era cierto, siempre había sido cierto — Y había planeado decírtelo ese día, pero no pensé que eso fuese a suceder — Volvió a hablar él al mismo tiempo en el que intento tomar la mano de Talya. 

— No — respondió ella alejando su mano antes de que Noah la pudiese tomar. 

— Tal vez ahora yo no sea correspondido, pero déjame intentarlo... — Pidió Noah esperando que ella cambiará de opinión. 

— No, discúlpame — Respondió ella sin pensarlo. 

— ¿Por qué? — Preguntó él — ¿Es por el hombre de esa noche? — Talya no le pensaba crear falsas esperanzas, así que cuando él dijo eso ella solo asintió, dejándole en claro que el moreno de aquella noche era quien en esos momentos se encontraba en su corazón. 

— Créeme que yo no sabía de esto, si lo hubiera sabido no habría salido contigo ese día, lo siento, no quería crear confusión — Dijo ella esperando sonar clara. 

— No importa — Dijo de pronto — No importa que no sea correspondido — Las palabras salía normales, tal vez sin ninguna emoción, por lo que ella estaba un poco preocupada. 

— Lo siento de verdad — Ahora era Talya quien hablaba, en tanto se levantaba de la silla — Debería irme — Pero antes de que siquiera pudiera hacerlo él volvió a hablar. 

— Si alguna vez llega a pasar algo, o necesites algo, recuerda Talya que yo estoy aquí, para ti — Las palabras habían salido de la boca de Noah un poco forzadas, pero también con sinceridad, aunque aún así ella no podía sentir ni decir nada más, porque tenía muy claro lo que sentía por el moreno, ahora más que nunca comprendía lo que sentía y solo estaba segura de algo. 

— Gracias... pero eso nunca sucederá... espero nunca necesitar de ti... 

Pero el destino siempre es incierto... 

♥♥♥NOTA ♥♥♥ 

¡¡Hola!! 

Aquí les dejo un nuevo capítulo, espero lo disfruten. 




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