Capítulo 23.

Ha Noah le temblaba la mano con la que sostenía el arma, ya que después de todo era la primera vez que usaba una y sin duda era la primera vez que le disparaba a alguien, pero a pesar de ver como el moreno caía al piso y a pesar de su evidente nerviosismo estaba seguro de que no sentía ningún arrepentimiento. 

— Ahora somos libres para amarnos — Dijo en tono alegre mientras dirigía toda su atención hacía la rubia, quien había caído de rodillas completamente en shock al ver la escena — Cariño, debemos irnos — Volvió a hablar él intentando tomarla de la muñeca para arrastrarla fuera de aquel hospital, ya que era seguro que en cualquier segundo entrarían por la puerta de la habitación y se darían cuenta que era él el culpable. 

— A-Adler... — La voz de Talya a penas y había sido un susurro pues su mente no podía procesar palabra alguna, ya que lo que veía la estaba superando, ella no se sentía tan fuerte para ver eso. 

— Talya, ¿acaso quieres que me vena y nos separe? — Aun viendo aquel cuerpo en el suelo, Noah no mostraba ningún signo de que eso le importara en los más mínimo, parecía que en su mente él creía que había realizado el acto más heroico de su vida. 

Justo en el momento en el que había logrado que Talya se levantará del piso sintió un fuerte golpe en la mejilla derecha que provoco que un sabor metálico inundará su boca en tan solo segundos, cosa que lo enfureció rápidamente al sentir que la rubia se estaba resistiendo a ir con él, con el ferviente deseo de hacerla pagar por ello la acerco a él para que lo mirará a los ojos, algo que comenzó a considerar un error cuando noto aquel color carmín en el iris de Talya, mientras se veía perdida en sus pensamientos. Al parecer en ese instante su amor se esfumo, porque había alejado a Talya de él como si su cercanía lo quemará, eran tantos sentimientos los que ella trasmitía en su mirada que le había sido imposible a Noah seguir mirándola. 

De pronto unos golpes se escucharon en la puerta, ese era uno de los médicos que seguramente había escuchado el alboroto en la habitación. Tanta había sido la preocupación y el nerviosismo de Noah que había salido por la ventana, dejando a Talya atrás pesar de que ella había sido su objetivo. 

La rubia no estaba dispuesta a dejarlo ir, le había disparado a Adler con tal de llevársela y ahora que la dejaba parecía que se estaba burlando de la vida del moreno, ahora era claro que todo lo que había hecho solo había sido para burlarse de ambos, quizás él ya estaba loco, pero Talya no le iba a perdonar lo que había hecho, así que antes de seguirle los pasos la rubia abrió la puerta, dejando entrar a los médicos que como locos comenzaban a empujar la puerta y al entrar lo primero que hicieron fue revisar al león. 

— Tiene pulso... — Aquellas palabras habían logrado que a Talya le regresará el alma al cuerpo, pues sabía que su compañero estaría bien, ahora era turno de calmar a su loba interna que pedía venganza, pedía destrozar al culpable que había herido a su mate. 

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Le había costado dejar a Adler en aquel hospital, pero, sabía que su compañero estaría bien, por fortuna los médicos eran criaturas del mismo mundo que ellos y por fortuna el hospital también estaba inundado de ellos, así que lo había dejado en el mejor lugar posible, en uno en el que lo atenderían como se debía y detendrían el avance de aquel letal veneno. 

Talya corrían entre arboles espesos y verdes que a pesar de todo no entorpecían su camino, ya que su loba era la encargada de seguirle el paso a su enemigo. Estaban tan solo unos cuantos pasos lejos el uno del otro y Noah ya casi podía jurar que sentía la respiración de Talya en la nuca, algo que le causaba terror puro, pues sabía que el precio a pagar sería más costoso de lo que había imaginado. 

El pequeño bosque había sido más como un parque, por lo cual había sido fácil llegar hasta una calle, donde se podía ver que no dejaban de pasar autos de todo tipo, grandes y pequeños, lo que trajo a la mente de Noah un sin fin de escenarios que podrían ocurrir en esos momentos, entonces se dio la vuelta hacia atrás donde ya se encontraba Talya, mirándolo fijamente. 

— Te amé desde el primer segundo en que te vi... — Dijo de pronto con una sonrisa en los labios — Y tu rechazo solo hizo que te amará más... — Él había creído que con todo el dinero que poseía habría sido fácil enamorar a la rubia — Y cuando lo aceptaste a él mi mundo se desmorono... — Hasta ese momento a un se podía decir que Noah guardaba una pizca de cordura — Sabes a pesar de verte sufrir por él, no me arrepiento de lo que hice — Aseguró — Y sé que me harás pagar por eso, pero no estoy dispuesto a morir en tus manos... No permitiré eso — Rápidamente se dio la vuelta mientras cerraba los ojos para después lanzarse a aquella calle, pero, justo antes de ser arrollado Talya lo salvo. 

— ¿Será que esta vez me aceptarás? — Preguntó esperanzado, pero por más dulce y amable que fuese Talya en ese momento ella no era quien tenía el control y no pensaba detener a su loba en lo que sea que fuese a hacer, era ella quien decidiría lo que haría con él y las ideas que pasaban por su mente eran peor de lo cualquiera pudiese imaginar. 

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Su loba no se había tentado el corazón, había demostrado que podría ser tan fuerte mentalmente como su hermana. Así como Adler se había desecho de muchos hombres que seguían a Noah ella había desaparecido a aquel que había herido a su compañero, y como muestra del poder de los Baumann y los Novikov se envió un pequeño obsequio al enemigo, esto justo antes de que Talya en nombre de su mate enviará a todos los hombres a su disposición para ayudar a detener a aquellos que habían erróneamente decidido atacarlos. Desde las sombras Talya y Adler habían sido una clave importante en la lucha de Vanya y Kasch y eso nadie lo cambiaría.