Dulce veneno

5

Ha pasado un mes desde que Ónix se marchó. Century es un chico agradable, aunque en ocasiones deja un tiradero, y me toca recoger a mí.

En todo este tiempo, solo nos hemos cruzado con Amy muy pocas veces, pero hay un problema; es que Century solo sabe hacer barreras de distracción, y así alejar a Amy; corriendo por nuestras vidas.

Century me contó que no es bueno peleando, así que hace lo mejor que puede, que es crear distracciones y correr.

—¿Qué haremos hoy? —cuestionó Century.

—Iremos a mí trabajo, después a la biblioteca, y por último con los chicos —contesté esbozando una sonrisa.

Estos días, en mi trabajo han estado ocurriendo algunos accidentes, según Century por culpa de Amy. ¿Cuándo volverá Ónix?

Me encuentro tan sumergida en mis pensamientos, que solo escuchó los murmullos de Century.

—Mundo mortal llamando a Nube.

Century mueve sus manos frente a mi cara, tratando de volverme a la realidad.

—¿Decías algo? —respondo sin tanto interés.

—¿En qué tanto piensas? —arqueo la ceja.

—¿Cuándo crees que vuelva Ónix? —intrigué desviando la mirada.

—¿Te preocupa Ónix?

—Un poco. ¿Él estará bien ¿Cierto?

—Sí. Antes de irse me comentó que solo se iba por un tiempo para entrenar y controlar su lado oscuro de demonio.

—¿Su lado oscuro?

—Si. Sí algo aprendí de los demonios, es que tienen un lado bueno, pero también un lado oscuro, que no quieres encontrar si los haces enfadar.

—A eso se refería Amy aquel día —susurré.

—¿Dijiste algo?

—No.

•••

Ambos siguieron caminando, y sin previo aviso, Century tapándole la boca jaló a Nube hasta un callejón.

—Creo que vi a Amy, así que no hables muy fuerte —ordenó —. Sino llamaras su atención —masculló.

—¿Nos tenemos que esconder cada vez que lo ves? —susurró Nube.

—A menos que Ónix estuviera aquí te diría que no, pero como no está sí. Yo no puedo luchar contra Amy, porque es uno de los ángeles más fuertes. Yo no soy nada a lado de él —se encoge de hombros.

—Vaya. ¿Por eso Ónix se fue a entrenar?

—Así es. Tuvo que ir a entrenar y controlar su lado oscuro, para poderle hacer frente a Amy.

—Pero ¿A dónde fue?

—También quisiera saber a dónde fue mi amigo Ónix.

—¡Amy! ¡Largo de aquí! —bramó Century poniéndose enfrente de Amy.

—Calma, pequeña catana —sonrió de lado —. Ambos sabemos que sin Ónix no eres nada, sino un simple e indefenso chico.

Ante el comentario, Century agachó la cabeza triste.

—Sigo sin entender porque Ónix no aceptó cambiar catana. Si te hubiera cambiado él sería más fuerte y no tendría una catana inservible.

—¡Ónix no me cambiará! El prometió que iba a estar conmigo siempre —cerró los ojos —. Y yo le creo.

—Pobre alma en pena solo está contigo por lástima, y ambos lo sabemos. Un demonio no es de fiar, tampoco cumplen sus promesas.

—Eso es mentira —masculló Century —. Ónix está conmigo porque me estima —tartamudeo cabizbajo.

—¡Amy! —enfrentó Nube.

—¿Qué pasa humana?

—Todo lo que dices son mentiras. Ónix es de palabra —replico Nube.

—Claro —agregó en tono sarcástico Amy —. Estamos hablando de Ónix, el peor demonio de los cuatro. Es mentiroso y tramposo.

—Yo creo en él —defendió Nube.

—Por favor, te dejó abandonada junto a su catana, y aun así ¿Crees en él?

—Sí él dijo que volverá, sé que lo hará.

—Da igual. De todas formas, te mataré junto a su catana —advirtió sonriendo de lado.

Ante el comentario de Amy, Century niega con la cabeza.

—No defraudaré a Ónix. ¡Barrera! —gritó Century.

Century creó una barrera que alejó a Amy de Nube, aprovechando para salir corriendo hasta llegar al estudio donde se encontraban los cuatro demonios.

—Guau. ¿Por qué tan agitados? —interrogó Damián.

—Nos encontramos con Amy —respondió Century recuperando el aliento.

—¿Están bien? —curioseo Jack.

—Sí —contestaron al unísono Nube y Century.

Dicho esto, Nube y Alaska se fueron a la sesión de fotos, dejando solo a los tres demonios junto a Century.

—¿Te pasa algo, Century? Te notó decaído —cuestionó preocupado Luke.

—Lo que pasa es que Amy dijo algunas cosas que me dejaron pensativo.

—¿Cómo qué? —inquirió Jack arqueando una ceja.

—¿Ónix está conmigo por lástima?

—Mira Century. Nuestro padre le dio a Ónix la opción de obtener una de las espadas sagradas del Inframundo, pero él no acepto diciendo que se quedaba con su fiel catana. Él se refiere a ti como su fiel compañero. Sí él estuviera contigo por lástima, no te llamaría su fiel compañero, y Ónix no le da su confianza a cualquiera. Créeme, tú eres de las pocas personas o entidades que se la ganó —animo Jack.

Ante el comentario del demonio, a Century se le dibujó una sonrisa en su rostro.

—Ya veo. Fui un tonto al haber creído en las palabras de Amy.

—Concuerdo contigo —añadió Luke.

—Reconozco que Ónix sabe cumplir sus promesas, pero es un tramposo tratándose de apuestas —chilló Damián.

—No seas llorón Damián, sí conseguimos dinero solo tronando los dedos —rio Jack —. ¿Qué es perder unos cuantos pesos? —se encoge de hombros.

—Aun así —replicó Damián.

—Además, somos demonios, solemos hacer trampa. Te apuesto que hasta Century que es un alma es tramposo. O ¿Me equivoco Century?

Century asintió con una mano tras la nuca.

—Yo soy un demonio limpio que no hace trampa —informó Damián.

—Si tú lo dices. ¿Recuerdas cuando jugábamos cartas y hacíamos apuestas? Hablo de antes de que Ónix se volviera el rey del engaño.

—No, para nada —contestó Damián desviando la mirada.

—Yo sí —respondieron Jack y Luke al unísono.

—Solías ser tú el tramposo que nos estafaba, mendigo. ¿De qué te quejas ahora? —contraatacó Jack.




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