CAPÍTULO DOS
Aarón iba manejando mi coche y solo podía ver su perfil de reojo por escasos momentos, se veía tan concentrado en lo que nos quedaba de camino que aproveche para admirar y enumerar la cantidad de pecas que tenía en su rostro, y contar los tatuajes que cubrían la mayor parte de su cuerpo, me los sabia a pulso cada uno, los que cubrían sus dedos y llegaban hasta sus hombros.
_¿Y que a dicho tu nutriólogo respecto a tu alimentación? _me pregunto de repente, mordí mi labio con fuerza sin saber que responder, debía estar preparada para esta pregunta ya que él siempre estaba pendiente de mis consultas y progresos, pero estas dos semanas la distancia no solo eran todos los kilómetros que nos separaban.
Si no también la falta de comunicación que hubo por parte de ambos, más por su parte que por la mía, pero no lo culpo.
Mi lengua sintió la sensación del sabor a hierro, y había caído en cuenta que me había hecho daño de tanta presión, a veces llegaba a lastimarme sin ser consciente.
Hay momentos en donde el dolor físico es una sensación de alivio al no saber manejar el dolor emocional.
¿Era mejor la verdad?
NO.
Solo dile la verdad.
¡No!
Estuvimos durante meses invirtiendo tanto esfuerzo y tiempo... que decirle eso podría decepcionarlo.
Acabarlo… Y acabar conmigo.
_He subido medio kilo, nada más _le mentí mirándolo a los ojos, y el abrió los suyos con sorpresa soltando una sonrisa de orgullo.
Las mentiras blancas valen la pena.
_Joder, felicidades cielo. _añadió con regocijo y sonreí de manera forzada _ ¡Esto hay que celebrarlo como se debe!... Iremos a tu restaurante favorito a comer lo que tú quieras, trataremos de que sea como en los viejos tiempos en donde podíamos llegar a comernos dos en una noche solo por un reto. ¿Recuerdas?
Claro que lo recordaba, qué tiempos aquellos en donde podía comer sin culpa.
En donde podía ser yo misma sin miedo, y lo extraño, extraño la persona que era antes.
Extraño mi verdadera esencia.
Asentí sin borrar mi sonrisa la cual no llego a separar mis labios ni un poco, Aarón puso una canción la cual era desconocida para mí, y después siguió manejando con una expresión diferente a la de antes.
Que rápido podía llegar a cambiar de humor a veces, podía conocerlo de casi toda la vida y el seguiría sorprendiéndome.
La canción se me torno un poco extraña, empezaba con el sonido que hacían los monitores cardiacos, y luego pasaba al sonido de una guitarra.
Y luego, como si no fuera suficiente, decidí añadir algo más a mi mentira piadosa.
_Fue difícil _resople sin mirarlo, jugueteando con mis dedos _con todo el estrés pensé que más bien bajaría, pero aún no he podido recuperar mi peso de antes, parece un largo camino para llegar hasta donde quiero.
_Pero no fue así, lo estas logrando y eso me hace sentir mucho orgullo _vi como apretó las manos al volante con mucha fuerza, provocando que sus nudillos se tornaran de un color blanco _¿Tu padre que dijo? ¿Qué piensa?
_Me felicito, dijo que iba por buen camino y que siguiera así… también está comenzando a darme más libertad.
_¿Y tú psiquiatra? _esa pregunta la soltó con tanta delicadeza y lentitud que mi piel se erizo _¿Que dice el de todo esto? ¿Qué te dijo al ver tu progreso?
Tragué saliva lentamente antes de responder, mordí mi lengua por los nervios.
_Me dijo que saliera un poco más, que me distraiga y esas cosas, que respecto a mi peso voy bien, pero que aun así tratara de almorzar con gente a mi alrededor, ya sabes, eso ultimo siempre me lo dice… también dijo que me suspendería el medicamento _respondí tan rápido que tuve miedo de delatarme, el camino se me hacía algo desconocido _¿Iremos a tu casa?
Quise cambiar rápido de tema tras decir eso último, voltee mi rostro hacia él cuando no obtuve una respuesta inmediata, esperando que estuviera concentrado en la carretera.
Pero no.
Me miraba a mí con el ceño fruncido, para después negar con la cabeza y seguir manejando.
_¿Por qué te ha suspendido los antidepresivos? _me pregunto glacial _¿Ese tipo está loco o qué? No puede hacer eso, Ada.
No me hacía falta un psiquiatra, solo necesitaba tener tranquilidad, justo lo que tenía antes de consumir esa porquería que no servía para nada.
_Me lo suspendió hace dos semanas _susurré inestable _la reacción que estuve teniendo de ellos no fue nada positiva para mí.
Aarón golpeo el volante con puño cerrado sin dejar de conducir.
_!Mentira¡.. Estuve en todo el proceso contigo, es imposible que un médico profesional te quite los medicamentos así porque si _me grito de forma acusatoria, parecía como si le estuviera gritando a algo que tuviera en frente _si los únicos síntomas que tuviste por efectos a la pastilla fue las náuseas y el insomnio. ¡Y en ese tiempo yo estuve contigo! ¡¿LO VEZ?¡ !ES LOGICAMENTE IMPOSIBLE!
Mire a cualquier lado que no fuera el.
_¿Acaso crees que yo…
_¡Estuviste dos malditas semanas en abstinencia! _estaba perplejo _ ¡Semanas en las cuales yo no estuve!... Me voy dos semanas y haces un desastre con tu vida. ¿Qué demonios pasa contigo?
El silencio se volvió tan incomodo que tuve la necesidad de bajar las ventanas or un poco de aire.
_No las necesito.
_!¿Algún profesional de la salud te lo dijo?¡ _me grito la pregunta _Porque si es así permíteme pedirte disculpas por mi comportamiento tan abrupto.
Eso ultimo había sonado a ironía.
_Yo sé que no las necesito, yo lo sé, y me siento mejor desde que las deje.
Aaron soltó un largo suspiro, pidiendo paciencia en un susurro.
_Ada. ¿Si te escuchas cuando hablas?... Por favor di que no, Porqué hasta ahora lo único que a salido de tu boca son tonterías.
Su expresión se vuelve frívola, yo decido guardar silencio en mi lugar, y dice lo siguiente:
_Empezamos a ir con el psiquiatra y nutriólogo para ayudarte, y digo empezamos porqué siento que tus logros y problemas también son míos, dijiste que ibas a comer, que ibas a salir y tomar las pastillas de manera correcta _el suspira sonoramente _¿Por qué me estás mintiendo?... ¿Qué fue lo que hice mal para que no te sientas en libertad de contarme la verdad?
Editado: 02.11.2021