Dulces Mentiras

SORPRESAS

CAPÍTULO CINCO

Washington - Seattle

Detesto la comida hecha en casa.

Detesto usar maquillaje.

Detesto estar en un lugar con mucha gente.

Detesto el clima caluroso.

Pero sobre todo y en especial… detesto las fechas festivas.

En general cualquiera que tenga como tradición las reuniones familiares.

Noche buena.

Navidad.

Año nuevo.

Dia de gracias.

Mi cumpleaños, aunque ese día Aarón siempre se las ingeniaba para que ambos viajáramos o hiciéramos algo especial al igual que en el suyo, no sé cómo podremos organizarnos para el siguiente ya que justo ese día de mi cumpleaños él debía estar en sus clases... en Londres.

Y no, no estábamos ni un poco cerca de mi cumpleaños gracias a Dios, pero si estábamos cerca de noche buena, de hecho, faltaban solo dos días.

Hoy veintidós de diciembre viajaríamos a Canadá.

Estaríamos mas de dos horas sentados en un avión viendo películas o leyendo un libro, aunque personalmente yo quería aprovechar ese tiempo para leer un libro en especial que tenía pendiente, imagino que Aarón se la pasara durmiendo o quejándose por los mareos.

Los días que estuve con Aarón pasaron volando uno tras otro, edric y Elisa nos visitaron un par de veces y Elisa siempre me decía que los chicos preguntaban por mí, claro que eso lo decía cuando Aarón y edric salían a hablar de no sé qué, mi padre tenía que estar en un viaje que lo ausentaría durante meses según su última llamada, eso no era nuevo, el solía desaparecer siempre en estas fechas y Aarón no la pasaba con sus padres desde hace años atrás. Estos momentos de festividad ahora eran nuestros, pero aun así sentía amargo ya que esas mismas fechas estaban catalogadas por creencias para pasarlas con toda la familia.

Éramos solo él y yo desde hace un par de años , el año pasado solo quisimos estar en nuestro lugar especial y explotar cohetes como si fuéramos unos niños, comimos hamburguesas con queso, pero la de el sin queso, y duramos horas hablando y riendo hasta que nuestro estomago doliera.

Su madre sabía que él estaba en la ciudad, y llegue a pensar que ella o el señor gray lo llamarían, pero nunca lo hicieron, nunca sucedió, y él me demostraba importarle poco con el silencio que me daba cada vez que decidía preguntar si iría a verlos, aunque muy en el fondo yo sabía que le importaba, era consciente de que Aarón extrañaba pasar fiestas con sus padres y brissa.

Sabía que Aarón estaba evitando tocar varios temas desde el último ataque que tuve, siempre lo hace.

No mencionamos a Vicente.

No mencionamos nada de lo que sucedió ese sábado por la noche.

Y ninguno de los dos habla o comenta acerca de sus padres, que jodido era que nos costara hablar sobre un tema que debería ser tan sencillo.

Y por último, nunca me volvió a mencionar el tema de las canciones pendientes, sin embargo cuando estaba solo en la sala lo escuchaba suspirar con cansancio mientras las escuchaba cada una, o murmuraba cosas que no llegaba a entender, al inicio pensé que quizás me estaba esperando para hablar y que le diera una explicación, pero nada, justo cuando me acercaba a él Aarón apagaba la música y me daba a entender que nada sucedía, o bien solo me sacaba otro tema.

¿Como te sientes?

¿Como sigues?

Y ahora más debido a que estaba tomando mis pastillas nuevamente, porque si, de nuevo estaba yendo a mis consultas y volví a tener un seguimiento de pastillas, solo que el ahora verificaba que me las tomara, verificaba que comiera todo y como era debido.

_¡Ada! ¡¿Dónde estás?! _el grito de Aarón me sobresalto y de impulso se me cayó al suelo la ropa que planeaba llevar al viaje.

_¡Pues en mi habitación! _le respondí con ironía en su mismo tono de voz.

Los pasos en las escaleras se volvieron rápidos y fuertes a lo que yo me dispuse a tomar más ropa de mi armario, estaba estresada, tenía días sin dormir bien y eso me hizo resaltar aún más mis ojeras, mi cabello castaño estaba hecho un moño desordenado y solo llevaba puesta una camiseta gris de Aarón que me llegaba hasta los muslos, me sentía con nauseas e irritada.

Me sorprendía que Aarón no se hubiera dado cuenta. O el últimamente estaba muy distraído, o yo era muy inteligente.

Me voy más por la primera opción.

_¿Has tomado tu pastilla, pato? _me había dado cuenta de algo en su tono de voz.

Mientras más le decía que me molestaba ese apodo, más me lo decía.

Solo lo hace para molestarme.

Deje la gran cantidad de ropa en la maleta de manera desordenada, soltando un bufido de cansancio.

_Justo en el momento que te fuiste _me crucé de brazos al igual que el para ver que yacía apoyado en el marco de la puerta con esa sonrisa radiante _mi alarma me recordó y fui a tomarla... te dije que podía sola.

_¿Y qué tal?

Miré la ropa y solté un suspiro nostálgico de manera dramática.

_Con fatigas, náuseas he insomnio... lo normal _enumere cada efecto secundario _Supongo que me golpearan más fuerte esta vez por haber estado algunas semanas sin consumirla.

Todo se me volteo y creí que dejando las pastillas y las consultas estaría bien, pero, aunque las consultas no me ayudaban del todo también admito que tenían algo positivo… me hacían mantener un orden, sabía que debía comer gracias a mi nutriólogo, y sabia sobre algunos métodos de ayuda cuando entraba en crisis, hasta el mismo Aarón se la sabia.

Le había dicho a mi psiquiatra como me estaba sintiendo, las emociones negativas y el miedo que sentía al buscar ayuda, también estaba el hecho de que yo solo tenía a dos personas a quien acudir cuando mi mundo se derrumbaba, y uno de ellos era mi novio, mientras que al otro debía pagarle para que me escuchara.

Aarón relajo sus brazos para acercarse hasta mi a paso lento.

_No te atormentes con eso _miro a la maleta deshecha y luego a mi _Mejor dime ¿Ya estas lista para irnos? Salimos en una hora.




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