Dulces Mentiras

UNA VERDAD 1/2

CAPÍTULO SEIS

Canadá - Ciudad de Calgary.

Aarón Gray.

La temperatura es fría en Calgary por estas fechas, más fría que los tratos de adara hacia mi persona cuando esta en sus días.

A nadie le gusta llevarle la contraria a una mujer cuando esta en marea roja.

En fin.

El tráfico era del asco y ni hablar de lo lejos que era transitar hasta el centro de la ciudad si vivías un poco alejado de esta. Si yo hubiera sido quien planeara este viaje, estaríamos en un departamento cerca de la ciudad, pero como no lo planee yo del todo, hubo cosas que fallaron.

Bien dicen que si quieres que algo te salga bien debes hacerlo tú mismo.

No me gustaba el invierno, yo era más de otoño y verano, sucede que en el invierno mi alergia a veces puede tornarse intensa, y eso era lo que más me hacía cabrear.

En general, soy como una bomba. 

Pero por el lado bueno de todo esto, me causaba gracia la piel de Adara en este tipo de clima, su nariz y labios se tornaban de un color rojo intenso y su alergia podía ser más fuerte que la mía.

Cruel, pero justo.

Salimos de un clima frío, para entrar en otro más frio.

Habíamos llegado hace aproximadamente una o dos horas a la casa de los Hamilton _cabe recalcar que una de las cosas que más me fascinaba de esta familia, era el apellido_ la casa estaba algo alejada de la ciudad y era como una cabaña lujosa de dos plantas, una vez que habíamos llegado el olor de comida casera se hizo presente y eso me hizo recordar viejos tiempos.

Que ironía que los bonitos recuerdos lleguen a causar tanto dolor.

Y justo ahora me encontraba en el patio trasero con vista hacia la sala gracias al ventanal de vidrio trasparente, mi atención se la llevaba Adara que estaba recostada en el mueble leyendo un libro.

Era adorable.

Una sonrisa cerrada se escapa de mis labios.

Tan linda, quien diría que esa misma mujer me hizo cocinarle algo aparte porque becca había hecho sushi y a Adara no le gustaba.

Menuda engreída.

Mi sonrisa se borró en el momento que sentí la presencia de edric aparecer con los demás entre el bosque, tenian más de media hora de haberse desaparecido por esos lados, quizás jugando a las espadas, que se yo.

Los tres hablaban de la grandiosa idea que había tenido Adara para darnos unos regalos de manera anónima, no se bien como era el dichoso juego. Edric se posicionó en donde yo estaba con la misma vista fingiendo que nada estaba mal.

Todo estaba mal.

Fruncí el ceño lo más que pude.

_¿Quieres quitar esa cara? Parece que te hemos obligado a venir _me soltó edric con un suspiro cargado de fastidio.

¡Que le den!

Clave la mirada en el con una furia la cual iba creciendo.

Debo repetir diez veces que no debo perder el control.

_Pues no estoy de acuerdo, punto _me invade la irá, llevé la copa con el líquido a mis labios y lo bebí de golpe, no sentí nada en mi garganta debido a que era jugo y no alcohol _simplemente no me parece, primero tu hermana descuida a mi novia y ahora me sales tu con esto.

Mi enojo era tan profundo que todo me daba vueltas.

Me sentía fastidiado y hastiado de tener su presencia tan cerca de mí... en especial de Ada.

Tuve que aguantarme su cercanía en el avión y ahora en casa, definitivamente serían unos largos días.

_Este es nuestro último viaje hermano, después de esto todos estudiaremos en lugares distintos. Aparte todo fue de último momento _se excusó _ no creí que aceptarían.

Mi psicóloga dice que debo pensar antes de hablar.

_Pero lo hicieron, lo hizo _comenté entre dientes, apreté la copa entre mis dedos.

Respira.

Claro, no fue a su novia a la que se le insinuaron.

Y no es que sea paranoico, conozco la clase de chicos como Vicente, conozco su forma de cazar y persuadir.

Vicente era como un cazador con años de experiencia mientras que Ada solo era un inocente cordero con pensamientos de que todos eran buenos en este mundo.

Era como si no conociera la maldad.

Yo debía cuidar y mantener esa inocencia.

_Vale, quita esa cara porque Vicente deducirá que estas así por él.

No, yo estaba así por el hecho de que se invitara solo en este viaje, me amarga la existencia y él lo sabía.

Menudo idiota.

Menuda mierda.

_¿Y no es así? _escupí la pregunta.

Edric puso los ojos en blanco, observo todo con admiración finjiendo ignorarme, aunque la verdad es que no podía culparlo en eso, este sitio era naturaleza en su máximo esplendor.

A brissa le hubiera gustado ver todo esto.

Sacudo la cabeza pestañeando varias veces, no es momento para recordarla.

Vi como Erick y Vicente entraron a la casa hablando animadamente, Adara alzo su vista cuando los sintió entrar y ambos se sentaron en el sofá frente a ella haciendo que pudiera ver solo sus espaldas, aun así, supe que conversaban con ella por las expresiones que hacía, ambos le buscaban conversación.. o quizás ella se sentía algo avergonzada mientras que él se imaginaba esa noche.

O quizás yo estaba loco.

Si, debe ser eso.

Yo quería hacer todo lo posible para olvidarla, para dejar el recuerdo atrás. Ese momento exacto en donde Daniel miró hacia su ventanal de cristal oscuro y luego volteo de reojo para sonreírme con maldad, pidiéndome que me asomara a mirar con mis propios ojos el espectáculo que ambos estaban montando.

_Créeme, lo que vas a ver no te hará para nada feliz.

Jodido de mierda.

Me daba un dolor amargo en el estómago solo con recordar y sentir la misma rabia y amargura de aquel día.

_No, tú estás así porque bailo con tu novia… estas así porque la dejaste con mi hermana y la encontraste en otro lado... con vicente.

Él podía seguir… y acabar con mi cordura.

Lo mismo, idiota.

_Tengo esta sensación… este deseo... de.




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