Eclipse

Capítulo 3 Las estrellas

La conexión de dos corazones siempre será más poderosa que cualquier adversidad, el destino tiene sus grandes planes en la vida de las almas, elige con quien conectas, a quien amas y a quién conoces, las decisiones y acciones de cada alma son las culpables del rumbo de sus caminos. ¿Que complicado, no?Para bien o para mal, cada ser tiene la responsabilidad de elegir sus respuestas antes las lecciones del universo. Muchos creerían que el peor castigo que se pudiera obtener sería la muerte, pero en realidad el universo no castiga, al contrario te pone obstáculos hasta que entiendas la vida y sus procesos.

Particularmente en la Tierra cuando alguien muere no es sinónimo de dolor y miedo como sus habitantes lo creerían, todas las ideas que los humanos se crean al respecto son simplemente eso, ideas que quedan como energía que no se materializa, la verdad es muy simple, los humanos son energía conectada y atraen lo especial, claro cada cosa que llega a su vida es por obra del famoso destino. Algo que es indudable es que cada humano tiene un ser que los protege, cuando alguien importante en su vida muere, se convierte en energía cuidadora, guiados por la Diosa de las estrellas, Lau, siendo su poder recolectar cada alma que muere para convertirla en pequeñas constelaciones que cuidan a una persona en la tierra, esas energías cuidadoras cuentan con la sabiduría otorgada por su diosa de cumplir pequeños deseos, así que cuidado con lo que le pides a las estrellas.

Selene despertó agresivamente al instante en que su abuela terminó de contar su historia, aunque ella creía que había estado escuchando la historia de su abuela, realmente se quedó dormida casi desde que Aurora inició su relato. Selene un tanto confundida se frotó los ojos con la intención de enfocar bien su entorno, sin embargo, no logró encontrar a su abuela, la cual, ya se encontraba dormida en recámara de al lado; De pronto la joven se percató que su habitación se tornó de color azul, el ambiente parecía de invierno con colores fríos como si una tormenta de nieve hubiera atacado, una sensación de escalofríos le recorría todo el cuerpo, parecía un sueño muy irracional, un poco asustada comenzó a examinar su cuarto y aferrada a las sabanas miraba cada lugar con la esperanza de despertar en cualquier momento, al poner su vista justo en la esquina frente a ella, la silueta de un hombre se hacia presente, lucía como un joven medianamente alto con cabello negro, sin embargo, no podía distinguir su cara, ya que, de su silueta emanaba unos rayos de luz brillantes e hipnotizantes.

—Hola soy Ben. Decía aquella silueta y sin poder terminar su oración sintió un ligero golpe en su abdomen, era una almohada que Selene le había aventado.

Con cara de terror, la chica estaba en shock, por fuera paralizada pero en su interior gritaba tan fuerte como podía. Al lograr reunir valor replicó.—Tus.. tus… tus pies, tus pies no tocan el suelo, estás flotando.

—Tranquila, si te molesta puedo caminar. Chasqueando sus dedos inmediatamente Ben dejó de flotar y sus pies comenzaron a tocar el piso,—Ves, fácil.

—¿Quién eres?, ¿Qué haces aquí?, ¿Eres un fantasma?¿Estás muerto?.¿Qué eres?... Vamos, responde.

—Si tan solo me dejaras hablar, Selene.

—No lo sabes pero me sé defender muy bien, te puedo atacar y lastimar. Selene intentaba parecer valiente pero su nerviosismo la delataba.

—Me atacaras con otra almohada, !uhh!, que miedo, por favor, no te creas tan importante, estoy aquí para guiarte, además tú me invocaste. Decía Ben mientras se sentaba en la esquina de la cama, al instante Selene encogía sus piernas y los abrazaba con sus manos. —Por lo que veo, no creo realmente que tú me hubieras invocado, tal vez fue tú abuela, que por cierto, ¿cómo está Aurora?.

Selene sin responder nada, acercaba sus manos a Ben para intentar tocarlo, imposible, ya que, cada vez que lo hacía pequeños brillos y destellos emanaban de él.—Ajá, se supone que te crea. Mirándolo con una cara de incrédula, respondía, —La Señora Aurora -con un tono de arrogancia- se encuentra bien, ¿cómo sabes su nombre ?, ¿Cómo sabes mi nombre?,¿Estoy soñando?, seguramente lo estoy, pellizcame para despertar. Ben la pellizco y ella muy enojada lo regaño.—!Auh!, era sarcasmo, no lo tenias que hacer... ¿Por qué tú si me puedes tocar y yo no?

—Selene, te callas para que yo pueda hablar. Gritaba Ben y al hacerlo las paredes de la habitación temblaban. Un poco asustada la chica solo movió su cabeza, afirmando que se mantendría en silencio. —Gracias, como decía, soy tu estrella guía, he estado protegiéndote desde que tus padres. Sin poder terminar en ese momento Ben se interrumpió a sí mismo al ver la mirada de temor de la chica, haciendo un pausa comprendio que ella no sabia del todo acerca de sus padres, así que susurro,— perdón, no quería ser imprudente.

—No entiendo cómo sabes ni mi Nombre ni qué haces aquí. Selene se encontraba alterada ya no creía que esto fuera un sueño, mientras que Ben no sabía qué hacer, puesto que él creía que había sido una gran forma de presentarse, puede que no le gustó que fuera imprudente o tal vez ella no quiere saber lo de sus padres, esa era la gran incógnita que necesitaba averiguar; Si él había pasado toda su vida protegiéndola porque no la entendía, sin tener idea qué hacer, con un dedo toco su frente y con su polvo de estrellas mandó a dormir a la joven.

Selene despertó de ese sueño tan incómodo con un dolor muy fuerte de cabeza, volviendo a su normalidad regresó a dormir creyendo fielmente que eso solo había sido un muy mal sueño o mejor llamado una pesadilla.




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