Eclipse de Mar

Capítulo 11: La traición al capitán Bennett

CAPÍTULO 11

LA TRAICIÓN AL CAPITÁN BENNETT

 

La mañana tiene horas cortas, y el capitán Bennett lo sabía, así que ordenó que todos volvieran a sus habituales tareas, mientras tanto Nailah permanecería en la recámara destinada a los asuntos medicinales, bajo la estricta supervisión del doctor Martin. Así como les indicó que nadie dijera una palabra sobre el tema, que él tomaría la decisión más apropiada cuando fuera el momento preciso y que les haría saber.

—La estaré observando con mucha atención capitán, pero debe usted reconocer que lo que estamos haciendo aquí es algo que nunca antes se ha hecho, mantener en un barco a una criatura marítima pero de este tipo, que ya no sé si describirlo como un mito vuelto realidad, una leyenda o la entrada a las puertas de un mundo sobrenatural cuya existencia, los hombres, hasta nuestra actualidad, no han podido demostrar —le dijo el doctor a Bennett, quien había sido el último en salir de la habitación, para continuar con sus labores.

—Por ahora todo lo que necesitamos saber es en dónde se encuentra esa isla, y luego dirigirnos hacia allí, debemos llevarla a donde nos ha pedido…usted siga con sus ocupaciones pendientes y no se preocupe, ya pudo comprobar que Nailah no nos hará daño —finalizó el capitán, a la vez que iba hacia la cubierta.

—En realidad sabemos muy poco, y no podemos asegurar que no nos cause algún perjuicio en el futuro, incluso aunque no sea intencional —sentenció el doctor.

Durante los siguientes días notaron que ellas comían únicamente carne de pescados de mar, y algunas frutas, no bebían nada, ni siquiera agua, también registraron que se alimentaban cada dos o tres días. El doctor Martin comenzó a escribir en un diario todo lo referente a ellas y a hacer registros sobre lo que Nailah le contaba o cómo ellas reaccionaban a ciertos eventos o cuestionamientos que él les presentaba, así, las estudió por dos semanas, hasta que por fin dieron con la ubicación exacta de la isla de Alcalia.

—Nos ha tomado demasiado tiempo encontrar este lugar señor Ward, no figura en ningún mapa, pero me lo esperaba…dadas las circunstancias —le dijo el capitán a su contramaestre, quien durante esos días, le había seguido insistiendo en que debían decirle a la tripulación sobre lo sucedido, que ellos tenían el derecho de saber sobre el descubrimiento.

—El doctor ha estado hablando mucho con esa criatura capitán, ¿le ha contado acaso lo que ella le ha dicho? Es importante que le diga todo…y creo que usted está de acuerdo conmigo en este punto.

—Me ha mantenido informado señor Ward, el doctor Martin es un excelente profesional, es más, no sé qué hace en este barco, cuando podría estar trabajando en una gran ciudad, es científico, me lo ha mencionado antes, cuando nos conocimos, al ser asignado a este buque, pero no quise indagar más sobre sus asuntos, así que dejé así las cosas…Nailah le ha relatado que en esta isla pueden ella, y su hija, estar a salvo, no me ha descripto qué es a lo que tanto ellas temen, siendo tan fuerte como lo es Nailah, no entiendo cómo puede sentirse de esta forma, su cuerpo ha sanado por completo, la niña está en óptimas condiciones, incluso, la noche pasada, le he ofrecido que elija, si permanecer con nosotros o si prefería tomar alguna otra ruta, y ella se ha mantenido firme en su decisión de que la lleváramos hacia Alcalia. 

—Pienso que debe haber algo más en esa isla capitán, ¿y si existiese allí…oro o piedras preciosas? ¿Se ha preguntado eso? Sería más fácil dejarlas e intercambiar alguno de esos tesoros por su bienestar, dado que si algo las persigue o las tiene aterrorizadas, estamos arriesgando nuestras vidas, y las de toda la tripulación, por eso insisto, una vez más, que es mejor decírselos, ¿hasta cuándo mantendremos este asunto en secreto capitán? Esta decisión no puede ser sólo suya —le reprochó su contramaestre.

—Por supuesto que es una decisión sólo mía señor Ward, soy el capitán del SaltWater, así que se hará lo que yo indique, la tripulación tiene todos sus derechos en otros asuntos, no en este, y respecto de lo otro que ha dicho, de ninguna manera, ¡no somos un barco pirata! —Le respondió con gran seriedad.

—Le cuestionarán sobre el repentino cambio de rumbo capitán, y créame, a estos marineros no les gustan las sorpresas…—finalizó y se marchó a comunicar al timonel las nuevas coordenadas a seguir.

El capitán sabía que lo que le había dicho Ward era muy cierto, porque todo había sido planeado antes de embarcarse en el océano, y los marineros ya habían sido informados sobre las islas que recorrerían en ese viaje, por esa misma razón, es que estos cambios no agradarían a su tripulación. Sin embargo Bennett estaba convencido de que informarles sobre semejante hallazgo sólo ocasionaría confrontación de opiniones sobre lo que debía hacerse, era un tema muy delicado, y decidió mantenerlo oculto de posibles enfrentamientos entre los marineros. Ward, quien se había fastidiado por la irrevocable respuesta de su capitán, tenía ideas muy opuestas.

Pasaron unos días, todo continuó igual, Nailah y su hija permanecieron tranquilas, el doctor las alimentaba y las cuidaba, lo que había hecho que le tomara cariño a ambas.

—Capitán, algunos están comenzando a notar que algo pasa, usted ya no hace presencia en el comedor, está muy callado, Ward, el jefe de máquinas y su oficial están cada uno en sus asuntos y casi no comparten charlas en las comidas, como antes, esto no me gusta, usted debería acelerar el rumbo hacia la isla, o me temo que habrán confrontaciones —le dijo el doctor Martin, durante la cena de la noche anterior a la llegada a Alcalia, mientras el resto se encontraba comiendo y bebiendo, al mismo tiempo que Ward estaba a punto de dar un paso que provocaría un trágico y fatal desenlace para todos.




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