Eclipse de Mar

Capítulo 13: Al rescate del SaltWater

CAPÍTULO 13

AL RESCATE DEL SALTWATER

 

Eran las cinco de la madrugada, cuando el doctor Martin se dirigió con el mayor de los cuidados, hacia el camarote en donde dormían Nailah y Nivia, entró, habiéndoselas ingeniado para conseguir la llave de la puerta, y las liberó de las sogas que las mantenían apresadas. Ward era un hombre cruel, y lo era a tal grado, que incluso a la niña había mantenido bajo las mismas ataduras que había impuesto a su madre. Luego, las llevó hacia la cubierta, y con ayuda de Evans, bajaron a la playa con dirección hacia el interior de la espesa selva.

—Hemos visto a los habitantes contemplar el barco por las mañanas, son curiosos, pero no se han atrevido a acercarse…es mejor así, porque si Ward se llega a enfadar con ellos, puede causarles un gran daño, es extraño, que no haya querido ir al pueblo para provocar uno de sus revuelos, o tal vez, sólo no ha tenido tiempo, considerando que ha preferido concentrarse en organizar a un grupo de hombres para buscar el oro, también puedo decirles que he visto a una anciana, ella sí se ha acercado bastante… ¿lo han notado? —Comentó Davies a sus amigos, a quienes acompañaría hasta que se alejaran lo suficiente del barco.

—Así es, creo es la sabia del pueblo, es bien sabido que en este tipo de comunidades suelen haber ancianos sabios que siempre están para brindar auxilio a los demás —agregó Evans.

—Nailah la ha estado buscando, es con ella con quien debe encontrarse…—les dijo el doctor Martin— creo que tiene una comunicación especial con esa mujer y pienso que tiene que ver con el destino de Nivia.

—Su nombre es Marla —le dijo Nailah al doctor, ella es mi portal con este lugar, a ella debo ceder el amparo de mi niña, la conozco desde hace mucho tiempo, aunque será la primera vez que nos veamos… —finalizó.

—Bien, Jones estará vigilando el camarote de Ward, y hemos conseguido que otros marineros se unan en nuestro plan, ya hemos hablado sobre qué hacer en caso de que algo inesperado ocurra, pero debemos apurarnos para prevenir ser vistos, hasta aquí se extiende la playa…—les dijo el señor Davies, indicando el sendero que los internaría en las profundidades de Alcalia— no podemos ir más lejos.

—Nailah ¿estás segura de que prefieres seguir sola? Podemos ir contigo —le preguntó el doctor, mientras ella se disponía a avanzar junto a su hija.

—Estoy segura Lucas, debo continuar ahora…ustedes deben regresar al campamento y al barco antes de que Ward despierte, nunca duerme hasta pasadas las seis, y lo primero que hará será ir hacia donde nos tenía a nosotras cautivas…—insistió ella.

—Muy bien Nailah, pero estaré aguardando, mi único deseo en este momento, es que puedas ir entonces con Marla, y así regreses a salvo…tenemos que priorizar el poder detener a Ward lo antes posible para que podamos irnos de aquí y que al menos, sientas que Nivia estará protegida…hasta que decidas volver por ella —le dijo Lucas, y le entregó un pequeño frasco de vidrio opaco, cuyo contenido viscoso se movía en su interior— esto es para tu seguridad —le indicó— es algo que hará que el agua dulce que todavía retiene tu cuerpo sea eliminada por completo, debes ingerirlo una sola vez, cuando oscurezca, allí todo tu poder se renovará…—concluyó,  con un amargo pesar en su corazón al verla partir de su lado, sosteniendo a Nivia en sus brazos, mientras se desvanecían entre las sombras de la selva.

Entonces retornaron al SaltWater, sabiendo que deberían enfrentar a Ward una vez que él hubiera advertido la ausencia de ellas, y que debían derrotarlo antes de que Nailah volviera.

El tibio amanecer acariciaba las arenas de la isla, llevando una suave brisa hacia las copas de los altos árboles, agitándolos en armonía. Ward pronto descubrió que la que iba a ser su esposa ya no lo sería, se había marchado con ayuda del doctor, fue lo primero que pensó, y seguro con el acuerdo de otros de sus hombres.

— ¿Dónde las ha llevado? ¿En dónde las tiene? —Gritó Ward al doctor Martin, a quien había mandado a buscar— ¡dígamelo en este preciso instante o tendrá el mismo destino que el pobre capitán Bennett!

—Ya no podrá seguir haciéndoles ningún daño Ward, están muy lejos de aquí…están a salvo de su tiranía y de su maldad…—le respondió Lucas, con afán.

— ¡Llévenlo a cubierta! ¡Recibirá los latigazos que debí haberle dado antes! —ordenó aquel, con una increíble malicia.

—Ya no tiene a sus marineros Ward, los pocos que hasta anoche ciegos, le seguían, ya no lo harán —le dijo Lucas, al tanto que en el barco se había levantado una revolución, y en medio de la lucha de los marineros de ambos bandos, Ward escapaba, con cobardía, hacia la selva, en busca de Nailah, ya no para hallar el tesoro que escondía la isla, sino para vengarse de su osadía.

—Y usted doctor, no las tendrá a ellas…nadie obtendrá aquí lo que quiere…me aseguraré de que aunque sea mi fin ¡lo sea el de todos en este lugar! El SaltWater se hundirá para siempre en las arenas de esta isla maldita —remarcó con su voz embravecida por la ira que se había apoderado de su lóbrego corazón.

—Señor Davies ¡deje todo lo que está en el campamento! Abandone todo lo que no sea de utilidad, las últimas reparaciones al barco ya han sido realizadas ¡debemos partir! —recalcó el señor Jones, al tanto que habían logrado apresar a los únicos marineros que se resistieron, y estos habían sido recluidos en recámaras apartadas del resto de la tripulación.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.