Eclipse de Medianoche

Capitulo 5

Fra-ca-so.
 


 

La única palabra que queda perfectamente conmigo, mi aliada que por más que intente cambiarla se aferra a mi. Uno aprende a vivir con ello, pero en días como hoy aborrece su lealtad.
 


 

Ya conocieron al profesor Wilson y la enemistad que surgió entre nosotros ¿Verdad? 
 


 

Bueno conozcan a mi otro enemigo: El tiempo.
 


 

La pesadez de mis piernas no da para apresurar el paso en los ya desolados pasillos, mi respiración se empieza a agitar por lo apresurada que voy mientras tomaba en sorbos acelerados mi café negro.
 


 

Maldita sordera mañanera.
 


 

Universo si hay una conspiración contra mí declaró bandera blanca, hoy me rindo.
 


 

Mi cuerpo afligido si sitúa frente la grande puerta de madera de mi aula, solo queda rezar a los ángeles del cielo para que se apiaden de mí y el profesor se olvidé de toda maldad hacía este ser indefenso.
 


 

Amén.
 


 

Después de un largo suspiro mis nudillos tocan levemente la puerta, las enormes cortinas no permitían ver nada a través de los grandes ventanales que adornan cada aula. Pasaron varios segundos y no abrieron.
 


 

Tal vez no oyeron.
 


 

Nuevamente volví a tocar la puerta, está vez más fuerte.
 


 

Un minuto… Y nada.
 


 

La desesperación empezaba a hacer efecto en mi.
 


 

Un intento más no pasa nada, volví a tocar aún más fuerte, está vez con el puño cerrado. El ruido que emitió no podía pasar por desapercibido.
 


 

Pero para mí pésima suerte fue así, mi ruego quedó en la puerta ignorada.
 


 

Irme y resignarme a perder la primera clase sería lo más sensato e inteligente que podía hacer, pero vamos sin drama no hay historia. 
Wilson no podía cantar victoria y yo no quería irme de aquí. Así que de nuevo toqué exageradamente pero decidida a entrar tomé la fría perilla para que notara mi presencia y exigirle una oportunidad para entrar. 
 


 

La puerta se abrió antes de que yo pudiera hacerlo, la sonrisa de triunfo abarcó mi rostro y entre la alevosía de felicidad dedique unas palabras.
 


 

––Pido, no, más bien exijo que me permita darle una explicación de mi retraso y me de la oportunidad de entrar a clase.
 


 

Grité en una forma de controlar mi inquietud, había tomado más de un litro de café aún sabiendo que no éramos aliados pero Dulce insisto que no podía irme sin haber tomado algo.
 


 

––Señorita Johnson.
 


 

Y como desde un principio mencioné, el fracaso me acompaña siempre.
 


 

Mi rostro se contrajo y un ligero ardor ruborizó mis mejillas. Al universo no le bastaba que llegará tarde a la clase con el profesor que me detesta. No, no, no. Este quería más y que mejor escena que la que haya abierto está puerta sea ni más ni menos que la directora de la escuela.
 


 

Jamás pensé que diría esto pero ¿Dónde diablos está Wlison?
 


 

––L-lo lamento.–– dije apenada.
 


 

––Yo también lamento que interrumpa la clase con tremendo escándalo.
 


 

––Pensé que no me habían escuchado.
 


 

––La oímos la primera vez, Johnson. Pero aquí hay un reglamento y una de las reglas habla de la puntualidad.
 


 

––Lo se, pero…
 


 

––No hay pero que valga. Si no hago respetar las reglas del instituto ¿Qué clase de directora sería?
 


 

Bien, quise intentarlo, pero si aclarar el mismo punto con el profesor Wilson es frustrante sería peor con la mismísima directora Watson. 
 


 

Derrotada asentí lista para partir pero la voz de cierto personaje captó la atención de todos.
 


 

––El tipo de directora que se empatiza con sus alumnos y los escucha en cualquier situación para tener una solución. Todos tenemos inconvenientes que nos pueden retrasar.
 


 

La mirada de todos se enfocó en aquel chico de cabello dorado y rebelde con mirada azulada y sombría.
 


 

Nate.
 


 

––O por lo menos eso deduje yo.–– finalizó y se encogió de hombros.
 


 

El silencio abundó, la mirada perdida de Watson cambió de dirección hacia mi, hizo una mueca y en un largo suspiro relajó sus músculos.
 


 

––Pase Johnson, que sea la última vez.
 


 

Entré al instante que me dio el paso, acomode mi trasero en la única butaca disponible y sin más preámbulo siguieron con la clase.
 


 

Bien, le debemos una al nuevo.
 


 

Pasaron varias horas y no hubo señales de Wilson, las clases siguieron con la misma monotonía hasta que por fin el timbre que daba por finalizadas estás sonó.
 


 

Sentia mis músculos aún tensos por el efecto de la cafeína en mi cuerpo. 
 


 

Mis compañeros empezaban a salir a paso apresurado como si su vida dependiera de ello, aunque no los culpo yo también quiero salir de aquí, pero no sin antes agradecerle a cierta personita. Buscaba entre los exasperados ansiosos por salir pero no encontraba su alta silueta.
 


 

––Aquí estoy, Johnson.–– respingue cuando oí su voz en mi oído.
 


 

De inmediato volteé hacia él, sigo sin entender la extraña comezón que aparece cuando estoy cerca o hablo con Nate.
 


 

––Ah ehm... –– dije torpemente.–– Yo, quería...
 


 

––Tranquila, no pasa nada.–– interrumpió obteniendo así mi silencio.
 


 



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En el texto hay: destino, romance fantasia magia, secretos drama

Editado: 24.08.2022

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